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        Luego de cerrar la puerta principal detrás de él, Jungkook caminó hasta la cocina y dejó sus cosas sobre la mesa. Se sorprendió al ver un papel sobre esta, así que lo tomó entre sus manos para leerlo.

        "Jungkookie, no tuve tiempo de despedirme pero iré a la playa con mis amigas durante todo el fin de semana. Volveré el domingo por la noche ya que el lunes trabajo. Te quiero mucho, hermanito. No comas comida chatarra que te hace mal para la salud."

        Rió vagamente antes de arrugar el papel y tirarlo con furia hacia el basurero. Y al no lograr que entrara, caminó furioso hacia el contenedor de metal y lo pateó con todas sus fuerzas. No una, si no seis veces lo pateó, logrando que este se aboyara.

        Decidió que no valía la pena desquitarse con el basurero, por lo que movió sus pies hasta la sala y se recostó en el sillón.

        Tomó una de las almohadas para poder abrazarla con todas su fuerzas. Y lloró. Lloró como un bebé abrazado de su almohada. Como si le hubiesen quitado su chupete. Pero lamentablemente, había perdido algo mil veces mejor que un estúpido chupete.

        Había perdido a quien amaba.

        Con el paso de los minutos, el llanto se intensificó, convirtiéndose en fuertes y dolorosos sollozos.

        ¿Cómo había sido tan imbecil aquel día?

        Se odiaba de todas las maneras posibles.

        Realmente no estaba seguro si se odiaba más por haber sido tan imbecil como para perder al castaño, o por haberlo dañado tanto a lo largo de los meses.

        Al sentir su almohada mojada por las lagrimas y los mocos, la volteó para mojar el otro lado.

        Estaba tan concentrado en llorar, que ni cuenta se dió de que alguien estaba tocando la puerta.

        —¡Jeon! ¡Abre la puerta!— gritaba alguien mientras golpeaba con más fuerza.

        Cuando por fin le prestó atención a algo que no fuera su tristeza, se puso de pie y caminó furioso hasta la entrada.

        Odiaba ser interrumpido.

        —¡¿Qué?!— preguntó violentamente, dándose cuenta de que estaba el castaño en frente suyo.

        —¡Wow! No sabía que estabas... llorando.— espetó.

        —¿Qué quieres, Namjoon?— preguntó fastidiado por la presencia de su vecino.

        —Recibí tu correo por accidente. Venía a devolvértelos.

        Jungkook miró los sobres blancos que su vecino le ofrecía.

        —Uhm... Gracias...— los recibió —Yo... Perdón por gritarte, hoy no fue mi día.

        —Ya lo noté... Pero no te preocupes, no pasa nada. Hasta pronto, vecino.

        Se giró sobre sus talones para entrar nuevamente a su hogar mientras que Jungkook sacudía su mano en forma de adiós.

You warm me up ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora