Welcome to the fatherhood-Tom Holland

34.

Isabelle Roberts

Hoy Damon nos visitaría y la verdad estaba muy nerviosa no por verlo si no por la reaccion de Tom, ya que se pone muy tenso el ambiente, entiendo que se ponga celoso pero tiene que entender que estoy con el y que solo lo amo a el, como Damon tiene que entenderlo tambien.

—¿A que hora llega Damon?—Tom me pregunto.

—Debería estar llegando en unos minutos ¿Por que?

—Oh no, solo para irme a encerrar a mi habitación y dejarlos solitos.

Solté una risa y me acerqué a él.

—Bueno, ve y enciérrate en la habitación, de todos modos ni quería entablar una conversación pacificas entre ustedes dos.

El rodeo los ojos.

—Si podemos hablar pacíficamente—El dijo.

—Pruébamelo.

La puerta sonó y le sonreí a Tom.

—No puede ser una conversación de menos de 10 minutos—Le dije caminando a la puerta.

La abrí y Damon me sonrió arrugando su nariz.

—Hola—El dijo.

—Hola—Le abrace dejándolo entrar.

—Hola Damon—Tom se acercó apretando su mano y el solo le sonrió—¡Venga! Si ya somos cercanos no tienes que tratarme como una celebridad.

Mire a Tom confundida aguantándome la risa.

—Stanley, ven a saludar—Le grite hacia arriba—¿Quieres algo? ¿Agua, gaseosa?

—No, estoy bien, tú solo siéntate, mírate ese estomago—Me dijo dulcemente.

Me senté mientras Stanley bajaba por las escaleras, le dio un cariñoso abrazo y volvió a subir.

—Lo siento, Tom le ha instalado la play en su habitación y no sale de ella—Me excuse.

—No importa—El río.

—Damon ¿Quieres una cerveza?—Tom le ofreció.

—No quiero incomodar a Isabelle, se que no le gusta el olor—El dijo.

—Que va hombre, no vas a hablar con ella a unos centímetros de su boca—Tom río, reí incomoda.

—Si—Damon sonriente—Tráeme una—Accedió.

Mire a Tom irse por la cocina.

—Ya se irá a jugar con Stanley para que hablemos nuestras cosas—Le dije.

—Isabelle me tratas como si fuera gay—El dijo y los dos soltamos una carcajada.

—Uy lo siento ¿No lo eres?

Los dos reímos, Tom llego con la cerveza de Damon y se sentó a mi lado.

—¿No tienes una para ti?—Damon le pregunto recibiéndola.

—No, a Isabelle no le gusta el olor a cerveza y yo si estoy a centímetros de su boca algunos ratos.

Los dos rieron y yo pellizqué disimuladamente a Tom en su abdomen, arrugó su frente.

—¿Ya están instalados?—Mi amigo pregunto.

—Si, aún nos faltan muchas cosas pero ya estamos más tranquilos—Le dije.

—¿Algo en que les pueda ayudar?

—De hecho si, tenemos que comprar el auto y tiene que ser, obviamente familiar, como tu sabes de autos estaba pensando en que eso nos puedes ser de ayuda—Le dije.