Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]

2. Estaremos bien

Esa misma madrugada fue una pesadilla para todos. Los omegas a los cuales se les había puesto aquella sustancia carmín fueron llevados a la fuerza a diferentes habitaciones de alfas a los cuales habían emparejado. El caso de Midoriya Izuku no fue diferente.

- Compress, a... ¿a dónde me van a llevar? – dijo Midoriya nervioso – tengo miedo, por favor dime

El mencionado no respondió, solo pudo dedicarle una mirada firme, pero muy en el fondo mostraban pena y resignación. Había visto y hecho cosas peores que las que le habían ordenado, pero había algo en especial que le carcomía la consciencia con esta orden. No le habían dado muchos datos con respecto a lo que tramaban los jefes, pero se hacía una idea de lo que iba a pasar.

- N-no quiero ir – su voz tembló al ver el bastón echando chispas

- Sujeto 246 en custodia – habló el otro beta por una radio – el traslado lo llevaremos a cabo en unos minutos – 246, no queremos recurrir a la fuerza

Dicho esto, el beta sacó el bastón y le apuntó de lejos. En acto reflejo, Midoriya se arrinconó a la esquina más alejada del cuarto soltando uno que otro gruñido como advertencia.

- Midoriya – esta vez habló el de la máscara

El omega, al ver la mirada a través de la máscara de Compress supuso que no iba a pasar nada bueno si no colaboraba con el traslado. Dejó de gruñir y empezó a temblar.

El beta lo cargaba por el pasillo, muchos otros de sus compañeros omegas habían sido sacados de la misma manera. Se miraban unos entre otros tratando de hallar respuesta a lo que pasaba sin tener éxito. Se dedicaban miradas esperanzadas tratando de convencerse que no iba a pasar nada malo y algunos se daban un adiós o deseaban suerte de manera silenciosa, pidiendo que si existía algún ser superior, los protegiera de lo que les iba a pasar.

- 246, Midoriya Izuku en traslado, acabamos de dejar la habitación. Indicaremos cuando cumplamos con el objetivo. No hubo resistencia alguna – Compress llevó su radio a su bolsillo y su compañero le puso mala cara

Tras pasar una puerta pudo sentir el leve olor de Bakugo, pero sus nervios no le permitían gritar o decir algo. Podía sentir la inquietud del alfa por su aroma en el pasillo. Se le formó un nudo en la garganta que iba en aumento mientras lo alejaban de aquella puerta, se sentía muy débil.

- si se te ocurre hacer algún escándalo no dudaré en hacer lo que sea para que te calmes – amenazó el sujeto que lo cargaba al ver su mirada fija en la puerta – te sugiero que guardes silencio

- Magne, déjalo – le reprochó Compress – ¿no ves que ya está lo suficientemente asustado?

- Solo quiero evitar mancharme las manos – chasqueó la lengua - ¿desde cuándo te preocupas por ellos?

- Hoy no va a salir nada bueno, deja que tengan un poco de paz antes de la tormenta – si es que la consiguen – añadió

- Parece que estás dando tu brazo a torcer – lo miró molesto – eres mi amigo, pero sabes lo que voy a tener que hacer si desistes