Era la tercera vez que se despertaba en medio de la noche, algo dolía, dolía mucho dentro suyo y no sabía cómo controlarlo. Buscó calor entre las mantas y quien sabe que cosas amontonadas a su alrededor, pero no encontró lo que tanto buscaba. Ni siquiera sabía la razón por la cual había creado esa pila de cosas que extrañamente lo reconfortaban y eran testigo de sus lamentos nocturnos. Lo extrañaba, lo extrañaba demasiado y sentía que iba a estallar en llanto de nuevo en cualquier momento. Miró al techo y la presión en su pecho empezó a ser demasiada. Empezó a faltarle el aire, no podía controlar más esa angustia dentro suyo. Algo estaba haciendo que se sintiera así y definitivamente sabía que no era algo normal, eso que sentía no era como las demás noches, esta vez era más fuerte y denso. Buscó abrir el canal del lazo con Katsuki para calmarse no funcionó simplemente sentía todo vacío... como si no hubiera nadie al otro lado ¿Lo habían encontrado? – No, Kacchan no podía ser capturado, no de nuevo - Sentía que algo se removía dentro suyo con mucha impotencia y lo torturaba cada vez que podía. Le ardía como los mil diablos y le dolía como si le clavaran miles de agujas. Estaba asustado y dirigió su temblorosa mano a la zona que tanto le causaba escozor. La zona estaba totalmente caliente y aunque no pudiese girar a ver esa zona juraría que estaba totalmente enrojecida. Era la primera vez que le pasaba eso.
Aún estaba en penumbras, peros sus ojos enfocaban todo a la perfección todo lo que le rodeaba y se sentía observado por algo o alguien, pero no había nada más que él en la habitación. Giró con brusquedad cuando juró escuchar algo en la lejanía y con solo ese movimiento sintió nuevamente las fuertes punzadas. Alejó su propio toque ante el susto, no podía ni tocarse. Se mordió el labio con fuerza para contener los sollozos, pero nuevamente las punzadas le impidieron emitir cualquier sonido. Sin pensarlo llevó su mano a la marca entre su hombro y su cuello. El dolor simplemente no paraba, era insoportable.
Enterró su rostro entre todas las cosas y alargó su mano hasta uno de los bultos que había acomodado. Tenía una funda blanca y sencilla, nada en especial, pero tenía un olor que lograba calmar su estado de ánimo y lo ayudaba a dormir; sin embargo, esta vez no pasó lo mismo, seguía inquieto y el malestar no pasaba. Las punzadas seguían y los sollozos lograron salir de su boca, cada vez se hacían más sonoros y su respiración era agitada – tranquilo, tranquilo, es un ataque de pánico, solo respira – repetía una y otra vez en su mente – por favor, Izuku. Tú puedes, respira -.
El aire empezaba a faltarle y los temblores aumentaban.
Necesitaba ayuda, alguien, quien sea.
Cálmate, Cálmate
Con gran dificultad logró dirigirse hasta la puerta, con suerte lograría llegar a la habitación del alfa. No podía gritar en su estado o se quedaría sin aire. Intentó respirar lentamente en lo que caminaba. Ahora sentía su cuerpo completamente helado. Las punzadas se habían ido, pero el miedo y la sensación de vacío, de no sentir a su compañero lo aterrorizaba, fue por unos segundos, pero nunca le había pasado eso. Entonces recordó a Tamaki y todo lo que le estaba pasando concordaba con los síntomas que tenía cuando rompieron el lazo con su compañero. Eso solo lo hizo sentirse más nervioso. Su vista empezaba a desenfocar y el aire era cada vez menor. Había escapado de un lugar de mierda y no podía morir por algo como eso, simplemente no podía. El destino era demasiado cruel con él, ya no quería más. Logró tomar el pomo de la puerta y su cuerpo logró vencerlo. Su mano se deslizó sin fuerza sobre la cerradura y su cuerpo le dolió ante la caída. Había logrado abrirla, pero ahora le era imposible levantarse. Era demasiado frustrante.
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Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]
FanficTenían solo doce años cuando fueron llevados lejos de sus hogares, un día soleado que pensaron sería uno perfecto para salir a pasear y disfrutar de su compañía mutua. Han pasado seis años desde entonces .Tanto el alfa de cabellos cenizos como el om...