Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]

43. Desventaja

Movía su pierna con un poco de ansiedad tratando de controlar la ira que amenazaba con explotar y terminar gritándole al pelirrojo que lo había llevado a un estúpido lugar porque se quedó dormido. Por otro lado, el inquietante aroma que logró sentir desde un tiempo atrás por la ventada del automóvil lo tenía inquieto. Desconocía su portador, pero realmente sentía una jodida necesidad de ir al sitio del que provenía, no quería admitir que estaba preocupado, pero parecía ser alguien que pedía ayuda – Ni se te ocurra, Katsuki – se dijo. Ya tenía suficiente por ahora y no iba a ir por alguien que ni conocía, menos ahora que tenía prioridades de encontrar al omega peliverde. No merecía más problemas, realmente estaba cansado de que la vida lo jodiera tanto.

Suspiró y soltó una maldición antes de abrir la puerta, lo cual extrañamente no detonó la alarma. De seguro el omega supuso que se iba a aburrir y no se molestó en poner los seguros. Volvería antes de que se diera cuenta, con mucha suerte.

No entendió la forma en que su cuerpo se movía acelerando el paso cada vez más hasta llegar a correr lo más rápido que podía entre uno que otro jadeo hasta que finalmente llegó al lugar del que provenía el aroma y definitivamente era un estúpido por adentrarse en un lugar como ese, esa persona le debería una muy grande.

Estuvo inspeccionando el lugar con mucho sigilo y las posibles vías de escape en caso de que tengan que hacerlo, nunca está de más prevenir. Era una especie de fábrica llena de cajas que variaban de entre madera y cartón, algunas más pulcras que otras, así que debía ser utilizada como un especie de almacén.

Su cuerpo se estremeció ligeramente y su corazón se aceleró al sentir un aroma conocido. Sonrió de lado, no sabía si sentirse enojado, preocupado o probablemente aliviado, pero eso no dejaba de lado que estaban en una situación incierta y un entorno desconocido que los tenía en desventaja.

Se acercó lo más cuidadoso posible y le cubrió la boca al omega fuera de su rango de visión, claro que el inútil de Deku no se iba a quedar quieto y estaba listo para cualquier tipo de movimiento por su parte y dicho y hecho, esquivó un cabezazo directo a la nariz. Al parecer el omega realmente no había captado su aroma y eso lo desconcertó un poco, pero optó por soltarlo para que lo viera y no hiciera todo un drama. Sin embargo, el olor a miedo se hizo más presente a la lejanía y ahora sentía uno que otro olor que se mezclaba en el ambiente, había más de una persona. Le indicó al de ojos esmeraldas que guardara silencio con una seña y avanzaron por los pasillos hasta llegar a un gran ambiente que parecía almacenar tubos gigantes y ahora oxidados que molestaban su olfato. El pecoso pareció notar ese disgusto y entre ligeros tirones le indicó un camino, guiándolo sin duda alguna y él lo siguió sin dudar, pero sin duda alguna odiaba caminar detrás del chico.

Conforme se fueron acercando las voces se hicieron más claras y de entre todas destacaban unos suaves gimoteos y gruñidos que no parecían ser de un adulto o alguien mayor. Reprimió un gruñido y sujetó con fuerza al peliverde para que no cometiera ninguna idiotez que los delatara, su manada era primero que los desconocidos y Midoriya era su prioridad, como su compañero y parte de su familia. Lo guio entre cajas y tubos para ocultarse y tener una mejor visión de lo que estaba ocurriendo, pero él ya se hacía una idea. Su agarre en la mano del omega se ajustó al verlo a punto de saltar cuando escuchó al cachorro gimotear de nuevo y le devolvió el apretón con la misma intensidad ante lo que estaba viendo. Debía idear un plan rápido, pero también tenía que concentrarse en la información que estaban soltando esos sujetos y razón por la cual habían reaccionado al llamado del cachorro, todo era muy confuso y no veía la manera de escapar sin un confrontamiento directo.