23. Nuestro Hogar

769 107 28
                                    

Había tenido un sueño muy extraño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había tenido un sueño muy extraño. Seguro se había quedado dormido mientras se aseguraba de cuidar a Bakugou. El alfa ya estaba mejor y la fiebre ya la tenía mucho mejor controlada, pero seguía exhausto y necesitaba dormir lo suficiente como para recuperar energías. Estaba seguro de que lo que parecía ser un esguince en el tobillo del de cabellos rubios cenizos no se curaría como hasta dentro de dos o tres semanas mínimo. Claro que, si se estuviera alimentando bien y con los implementos necesarios no tardaría más de una semana y media, era obvio que ese no era el caso. Hace días que él conseguía muy poca comida para ambos y al final sí había tenido que cazar algunas liebres con tal de tener algo en la mesa. Ya iban dos días seguidos que le había dado gran parte de su porción al alfa para que se recuperase por completo. El río no quedaba tan cerca del lugar y se limitaba a ir las veces necesarias para no dejar a su compañero solo, pues no sabían si los dueños iban a regresar o no. Se suponía que él había decidido ir a la ciudad a conseguir medicinas y algo que les permitiera estar en mejores condiciones. Había encontrado un poco de dinero en uno de los cajones de la biblioteca.

Soltó un largo bostezo y se estiró. Había pensado tanto en ir a la ciudad y armado diferentes planes para que nadie lo reconociera que hasta había soñado que ya había ido y todo, claro que como era un metiche nada le había salido bien. Soltó una ligera risa cuando su mente le jugó una mala pasada y en sus sueños había socorrido a una chica cuando iba de camino a alguna farmacia luego de que un sujeto intentó abusar de ella y él se metió en medio de los dos logrando alejar al sujeto. Ser un héroe no estaría mal, le alegraba la idea de ayudar a los demás. Tal vez en alguna otra vida lo sería.

Negó ante esas ideas propias de un cachorro. Tomó una nota mental y se prometió no distraerse cuando fuera a la ciudad ¿Dónde había dejado el mapa? No lo recordaba, estaba un poco lejos, pero si cambiaba a su forma lobuna no demoraría más de un par de horas. Necesitaba un poco de agua, sentía su boca seca. Oh, ahora que lo recordaba, tampoco tenían agua, se les había acabado el día anterior. Al menos estaba a salvo.

- Kacchan, debo irme ya – volvió a estirarse para quitarse la pereza y el cansancio, extrañamente se sentía mejor y con más energías

Sus ojos le pesaban y fue abriéndolos poco a poco. Su vista viajaba a cada rincón del lugar y su brazo estaba entumecido y muy frío. Miró al techo y la intensa luz blanca casi lo cegaba, pero ahora que lo pensaba él no conocía lugares con ese estilo de luces. Se aterró al darse cuenta de que no reconocía donde estaba. Ahora distinguía las mayólicas blancas,ese olor que le traía malos recuerdos, el olor a químicos y plástico en el aire. Un olor a laboratorio y que a la vuelta de la puerta tendría a un sujeto esperando para hacerle las dolorosas pruebas que él se sabía de memoria. Empezó a hiperventilar y se sentó de golpe en la camilla en la que estaba. Tomó impulso, pero sintió un pinchaso y mucho dolor en su brazo. Sin detenerse a ver lo que era, desesperadamente quitó la intravenosa prácticamente arrancándola y se quitó el resto de cosas conectadas a su cuerpo con violencia haciendo que una de las máquinas soltara un pitido agudo y largo.

Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora