37. Curando el corazón I

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Realmente no podía soportar un día más así, la calma que había en el lugar era demasiada para ser verdad y le inquietaba la actitud evasiva que había adaptado el alfa después de que los primeros días se la pasó gritándole y ya era el tercer día qu...

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Realmente no podía soportar un día más así, la calma que había en el lugar era demasiada para ser verdad y le inquietaba la actitud evasiva que había adaptado el alfa después de que los primeros días se la pasó gritándole y ya era el tercer día que ocurría lo mismo. Cada vez que su mirada se cruzaba con la suya era como si quisiera matarlo o simplemente desviaba su vista y murmuraba maldiciones que al parecer él creía que no escuchaba o lo más probable es que no le importaba si lo oía o no. Cada vez que el alfa hacía algo así se sentía culpable, pero no había razón alguna para sentirse así ¿verdad? No recordaba hacerle nada malo y eso lo ponía un poco ansioso. Tal vez él era el único que creía que ahora eran más cercanos que antes y se había pasado de la raya. Algunas veces su personalidad aturdía un poco a las personas y estaba totalmente consciente de eso, pero no podía evitarlo, así era él. Debía pensar en algo para preguntarle directamente qué ocurría, el chico explosivo le caía bien a pesar de su carácter y quería que se llevaran bien al menos ahora que convivían bajo el mismo techo.

- Perdonen por dejar que alguien desconocido se quede en nuestro hogar – habló a la nada – sé que no es de la familia, pero necesita ayuda ¿ustedes hubieran hecho lo mismo que yo?

Sabiendo que esa pregunta lanzada al viento no iba a ser respondida se dejó caer boca arriba en su cama y soltó un largo suspiro para agarrar una almohada cercana y cubrir sus gritos de frustración, él no merecía ser tratado así y menos cuando le dio la medicina especial que consiguió de Recovery Girl y le dejó quedarse – ese chico me va a volver loco uno de estos días – se dijo a sí mismo.

Despeinó sus cabellos aún húmedos de la ducha que acababa de darse y casi podía sentir todo su cuerpo doliendo, definitivamente nadar a contracorriente del río había sido un muy buen entrenamiento y ahora le estaba pasando factura. No tenía fuerzas para nada y aunque quisiera salir a mirar las estrellas un buen rato seguramente terminaría resfriado si es que ya no lo estaba porque olvidó llevar una toalla consigo cuando fue a nadar un rato y tuvo que volver totalmente mojado a su hogar ¿sería mejor tomar alguna pastilla para prevenir? Porque no parecía que su dolor corporal fuera a disminuir y realmente necesitaba estar bien para mañana. Casi se quedaba dormido entre tanto pensar cuando el brazalete encima de una mesita al lado de su cama empezó a vibrar y parpadear ligeramente. Se estiró lo más que pudo para alcanzarlo mientras sentía sus músculos hormiguear del esfuerzo que hacía, definitivamente tomaría una pastilla.

- Creí que habías dicho que el brazalete era para emergencias – habló con burla al ver quién lo había llamado

- Es diferente que marques por emergencia a una llamada normal – se quejó el contrario – uno parpadea de color rojo y otro verde

- Ya leí bien el manual y me disculpé por eso – dijo avergonzado, había asustado a Todoroki hace unos días cuando no supo diferenciar algo tan sencillo como eso por no leer las instrucciones del aparato

- Bueno – se escuchó un suspiro - ese no es el tema ¿cómo te encuentras?

- Ya sabes, Todobro – sonrió – me encuentro bien, nostálgico, pero bien

Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora