Maldijo para sus adentros por no poder caminar. La idea de esconderse debajo de la camilla era muy tentadora. Estaba muy nervioso y alerta ante cualquier cosa, pero el cosquilleo que sentía en su pecho era cada vez más fuerte y suponía que Todoroki no estaba tan lejos.
Sujetó su rostro dándose un ligero golpe en ambas mejillas para mantener la compostura. No sabía cómo explicarle todas las mentiras que le dijo y trataba de poner un orden a todos los acontecimientos y las disculpas, sin embargo, terminaba divagando y volviendo al inicio de su futuro discurso.
Ahora que lo pensaba con más detenimiento, no era buena idea tirarle toda la información como si nada después de no verlo por tanto tiempo. Por su mente no cruzaba la idea de una respuesta del todo positiva por parte del alfa bicolor, aunque nunca lo sabría hasta tenerlo en frente. Todoroki nunca se había enojado con él, pero el miedo a la reacción de los alfas a su alrededor no había cambiado. Convivir con un alfa tan inestable como Shigaraki lo había acostumbrado a esperar la peor reacción posible.
Negó. Todoroki no era como ese ser despreciable y nunca o sería. Él le tendió la mano y le dio un hogar, lo protegió y le hizo intentar cosas que ya no creía ser capaz de hacer como una persona normal. Pudo ver su serie favorita luego de años, probó un helado que hacía años no comía e incluso lo compró ropa y la colección completa de los episodios de aquella serie que vieron juntos. Su mirada distante y cálida le hacía sentir un cosquilleo en su ser y le transmitían tanta paz que se sentía totalmente a salvo.
Suspiró formando una sonrisa melancólica tratando de alejar su incomodidad y se abrazó a sí mismo rogando que Todoroki lo entendiera. No quería un trato especial, lo que menos quería era volver a sentirse como un objeto diferente del resto. Solo quería sentirse normal consigo y con su cuerpo. No quería que cambiara la forma en la que Shoto lo miraba y lo trataba.
Sacudió su cabeza despejando un poco sus ideas y llegó a la conclusión de que pensar de más las cosas no le serviría de nada. Solo debía esperar un poco, ser sincero y contarle como se sentía. Además, Aizawa le había dicho que no iba a estar muy lejos en caso de que se sintiera incómodo y trataría de ayudar en lo que pudiera en caso de que las cosas se alteren un poco. También dijo que otra persona también iba a venir a ayudar, pero no recordaba muy bien su nombre.
Su mirada fija en sus manos se desvió al detectar el aroma del alfa mucho más cerca de lo usual, debía haber estado divagando por mucho tiempo. Se mantuvo en la misma posición todo el tiempo escuchando la respiración ligeramente agitada la cual luego de unos segundos se dio cuenta que no era suya. Cerró sus ojos y soltó un suspiro por fin teniendo el valor de elevar la vista para observar al alfa a unos metros de él, observándolo en silencio ¿Sus ojos siempre fueron así de bellos? Se veía cansado ¿acaso no estaba descansando bien?
Sus inexpresivos ojos estaban clavados él, escaneando su ser como si estuviera verificando que fuera real y a su parecer se veía muy tierno al verlo ladear la cabeza un par de veces. Tras un par de respiraciones profundas es que finalmente los hombros del alfa se destensaron y dio un par de pasos al frente. Bajó la mirada a sus manos al notar su ligero temblor involuntario, pero no podía quedarse callado para siempre.
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Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]
Fiksi PenggemarTenían solo doce años cuando fueron llevados lejos de sus hogares, un día soleado que pensaron sería uno perfecto para salir a pasear y disfrutar de su compañía mutua. Han pasado seis años desde entonces .Tanto el alfa de cabellos cenizos como el om...