27. Solo

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Habían pasado aproximadamente un minuto y el chico de ojos rubíes había dicho más maldiciones que las que él había escuchado en su vida entera

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Habían pasado aproximadamente un minuto y el chico de ojos rubíes había dicho más maldiciones que las que él había escuchado en su vida entera. Definitivamente ese alfa era aterrador, no lo dudaba. Se movía frenético tirando de los cables y hasta juraría que escuchó crujir la madera de la cama a la que estaba sujeto. Por su lado, había logrado no desmayarlo a tiempo. Midnight le había advertido era muy peligroso soltar tantas feromonas cerca a los alfas, si bien los desmayaba otro efecto podría ser adelantar el celo de ellos y eso era lo que menos quería en ese momento. Por otro lado, se supone que debería estar dormido, pero no lo estaba.

Al momento que el alfa se despertó pudo ver su vida pasar frente a sus ojos, así que gritó y por el susto saltó disparado de la cama y se caía en su proceso de escape. Así habían llegado a esa situación, él tirado en el piso y un alfa ladrando quien sabe que. Si Aizawa lo viera en este momento seguramente lo reprobaría o lo mandaría de regreso al menor rango posible en las prácticas. Se iba a asegurar que nadie se enterara de eso. Se tiró una bofetada mental y decidió concentrarse en decidir lo siguiente que haría y efectivamente los gritos nada sutiles del alfa no lo ayudaban.

- ¿Podrías solo dejarme pensar un segundo? – renegó – no puedo escuchar ni mis propios pensamientos

- ¿Acaso pensabas idiota? – le soltó sin vergüenza alguna

Lo miró indignado. Había sido los más amable posible, debería ser él quien estuviese molesto por encontrar a alguien desconocido en su casa.

- Ya suéltame de una vez idiota – lo escuchó maldecir – ¡Desata estas cosas pelos de mierda!

- ¡¿a quién le dices pelos de mierda?!

- Te juro que apenas me libre de esta te voy a matar – gritó – déjame ir, desgraciado

El chico no paraba de decir cosas inentendibles, removerse en la cama y dar tirones para soltarse, gracias al cielo se aseguró que esté bien atado, de lo contrario ya lo hubieran asesinado y si hubiera usado sogas seguramente ya se hubiesen roto. Le extrañó el silenció tan repentino todo el lugar se quedó en silencio y el rubio cenizo dejó de moverse y soltó unos gruñidos por bajo. Lo miró extrañado y luego pudo ver la fuerza con la que el alfa cerraba los ojos. Dirigió su mirada al tobillo hinchado y al parecer en algún intento de soltarse hizo un mal movimiento y terminó por dolerle.

- Quédate quieto y no te muevas – musitó – aunque no creo que puedas irte a otro lado aún si quisieras – añadió y recibió un gruñido espeluznante en respuesta

Bajó hasta la entrada y de entre las cosas tiradas tomó su sleeping bag. Por suerte en la congeladora aún estaba el gel congelado que le ponía su madre cuando se hacía raspones o cuando se hizo un golpe en la frente contra un árbol – y eso que no fue solo una vez – Su madre solía decirle que no sabía cómo aguantaba tantos golpes. Si bien el gel no estaba del todo sólido, pues la electricidad la había activado hace menos de 24 horas, serviría de algo.

Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora