55. En picada

545 83 37
                                    

Sus manos se dirigieron a la venda que parecía recién puesta y aquellos aparatos que ayudaban a inmovilizar aquella ala que antes fue hermosa y un tono rojizo perfecto, pero que ahora miraba con un dejo de desprecio y frustración. Dolía a pesar de la anestesia y los medicamentos que le administraban para el dolor y hasta pensaba que arrancándosela iba a sufrir menos.

El tiempo pasaba y él solo se detenía a mirar el ala que estaría casi intacta de no ser por algunas plumas faltantes y que picaban al empezar a crecer. Era una sensación molesta e irritante pues nunca podía estar tranquilo.

Tenía que lidiar con los medicamentos, con recordar todos los detalles, evaluar el ala que hasta el momento no podía mover, lidiar con los médicos y a todos los que prácticamente querían obligarlo a ir a terapia. Él podía con todo, no necesitaba ayuda si estaba bien y le molestaba que quisieran imponérselo a la fuerza.

Quería pensar que lo tenía todo bajo control, pero en el fondo sabía que no era así. Cuando estaba solo se sentía aliviado, nadie podía verlo soltar una que otra lágrima, nadie lo molestaba con sus palabras de consuelo. Si estaba solo no era carga para nadie más que él mismo.

Movió su mano viendo unas pequeñas plumas que sobresalían y las miró con molestia. Jugó con ellas un rato y las despeinó hasta que le empezaron a molestar así que simplemente las arrancó de un tirón rápido, ya volverían a crecer así que no importaba, ellos le habían dicho lo mismo.

Estaba tan perdido en sus recuerdos que instintivamente empezaron a caer plumas antes de darse cuenta que había arrancado una parte de sus plumas del ala que momentos atrás había revisado. Miró sus puños llenos de aquellas partes de su cuerpo con indiferencia y luego se asustó por sentirse de esa manera, pero se había sentido tan aliviado con aquel dolor que se detuvo a observarlas con detenimiento.

Luego entró en pánico al saber que si veían aquellas plumas podrían insistirle en ir a terapia y a hablar de otras cosas que no sean simples reportes de información ajena a su información personal. No quería recordar, no quería hacer que le recordasen aquellos momentos.

Respiraba rápido pensando si debía esconderlas o botarlas en el recipiente de la basura en el baño ¿Qué debía hacer? Ni siquiera podía moverse bien sin la ayuda de alguien por el peso muerto de su ala y miró el gancho que ayudaba con el soporte.

Se paró de inmediato dejando las plumas a un lado del pequeño sillón en el que estaba y se paró de puntillas tratando de llegar al gancho y soltarlo, no quería depender de esa cosa para moverse. Cuando logró alcanzarlo intentó de todo para soltarse, pero no lograba más que agitar aquellos cables metálicos que sostenían el ala con cuidado y empezó a desesperase porque no podía quitarlo.

Fue en ese momento en el que empezó a golpear el aparato que alguien lo apartó sin mucho cuidado y el reaccionó al toque con un golpe que resonó en la habitación. Giró alertado y abrazó su cuerpo protegiéndose de aquellas manos que lo habían alcanzado.

Su alfa estaba dolido, podía verlo en su mirada. No era la primera vez que sucedía algo como eso y se sentía culpable de no haberlo sentido antes. Él solo era una carga que ahora los estaba dañando a ambos y destrozaba la relación que habían construido con el tiempo y que ambos habían forjado a pesar de los problemas del pasado.

Quería hablarle, decir algo, pero las palabras no salían de su ser. Su boca siquiera se movía para emitir sonido alguno. Le dolía no poder hablarle y decirle cuánto lo había extrañado y que había contado los días para volver a verlo, pero el nudo en su garganta y sus temores eran mayores y siempre se quedaba callado.

- Hawks ¿Qué estás haciendo? – preguntó perplejo y volteó la mirada cuando el alfa notó las plumas ahora esparcidas por todo el piso

Abrazó más su cuerpo y bajó la mirada y probablemente se encontraba pálido ante el reclamo del más alto quien hizo otro intento de acercarse mientras él imponía distancia retrocediendo a la par. No entendía a su propio cuerpo y la razón por la cuál actuaba de esa manera ¡Era su alfa! ¡Era Touya... Dabi! No había otro lugar más reconfortante que estar a su lado, pero ahora simplemente no desea que lo tocara, no quería que se acercara y ledaba miedo perder lo único que le hacía sentir seguro.

Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora