Acababa de subir la última caja a su auto. Realmente quería alejarse de las preocupaciones y tener un poco de paz en las "vacaciones" que tenía. Siempre le había gustado alejarse de la ciudad para disfrutar de la naturaleza. No había ido a esa casa en años, cada vez que iba se llenaba de recuerdos y de nostalgia, le recordaba a sus padres cuando era niño y jugaba en el gran jardín recolectando ramas para la fogata que hacían en las noches y los malvaviscos ligeramente quemados que tanto le encantaban. Definitivamente tendría sentimientos encontrados al pisar ese lugar, pero ya era tiempo de superar la muerte de sus padres. Habían muerto de manera más masculina posible y en honor a ellos y al amor que le transmitieron por ayudar a los demás entrenaba para mantenerse en el escuadrón de acción al igual que ellos.
Sonrió nostálgico mientras conducía y ponía un poco de música para el camino, pues era un poco largo y no quería quedarse dormido o algo por el estilo. Todoroki lo había amenazado con ir a buscarlo si no lo llamaba al llegar a la casa, pero eso era prácticamente imposible ya que él no sabía dónde quedaba, nadie conocía de ese lugar más que él y sus difuntos padres.
Antes de entrar a la carretera revisó los mensajes y suspiró aliviado al recibir la notificación de reactivación y renovación del sistema de electricidad y agua. Gracias al cielo se acordó de reactivar esos servicios, de lo contrario tendría que haber comprado varios bidones de agua y muchas velas. Tanteó dentro la guantera en busca de sus supresores en caso de emergencia y todo parecía estar en orden. Volvió al camino ahora sin poder regresar, ya no había marcha a atrás.
Las prácticas en la agencia y la misión en la que participaron lo había dejado exhausto física y mentalmente. Aún creía inhumano las condiciones de las cuales rescataron a todos de ese lugar y no quería ni imaginarse cómo los tenían en los sectores. La única vez que fue junto a su manada no logró ver mucho, pero si algo podía recordar de ese lugar eran las puertas de metal grueso en todas partes y el ligero y casi imperceptible olor que logró distinguir de entre todos, estaba seguro que lo conocía de otro lado sin saber de dónde.
Realmente planeaba recuperar la paz y tranquilidad que le faltaba. Además, no había nada mejor que entrenar en exteriores. Había traído sus cosas para salir a correr y hacer caminatas, estaba seguro que ahora podría nadar a contracorriente en el río eso no parecía mala idea y fortalecería sus brazos y piernas. De seguro lograría pescar algo de comer uno de esos días, si no se equivocaba el equipo de pesca de su padre debía estar abandonado en el ático. Sonrió melancólico, había pasado casi toda su infancia en ese lugar.
Suspiró y se concentró una vez más en el camino para recordar los lugares en los cuales debía doblar para llegar. Tendría que limpiar todo y gruñó con molestia, por suerte se había preocupado de cubrir los muebles para no tener mucho trabajo cuando volviera. No era maniático de la limpieza como Todoroki, pero tampoco es que le agradara la suciedad.
Él conocía al alfa debido a la UA y se hicieron amigos cercanos con el tiempo, no fue fácil conectar con él pues parecía tener en la cara gravada la frase "me da igual el mundo", pero resultaron siendo amigos muy cercanos al final. Él lo acompañó en el aniversario de los 5 años de la muerte de sus padres y lo había consolado numerosas veces, hasta le dejaba quedarse en su departamento cuando se sentía solo. Igualmente, él le había ayudado a superar algunos de los problemas familiares que el alfa tenía, el regreso de Touya le cayó como un balde de agua fría, pero con un poco de apoyo logró que volvieran a tratarse como antes. De alguna manera ambos trataban de llenar ese vacíp en lo profundo de su corazón con su compañía mutua. Confiaba en él a ojos cerrados y le podría confiar su vida de ser necesario, no por nada ambos eran los mejores del escuadrón, hasta él se sorprendía de lo bien que conectaban y se sincronizaban a la hora de hacer las prácticas.
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Nuestra libertad [Tododeku][Bakushima]
أدب الهواةTenían solo doce años cuando fueron llevados lejos de sus hogares, un día soleado que pensaron sería uno perfecto para salir a pasear y disfrutar de su compañía mutua. Han pasado seis años desde entonces .Tanto el alfa de cabellos cenizos como el om...