Capítulo 6 parte "c"

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Durante los días que restó del mes de junio y los primeros quince de julio, se suscitaron varios eventos entre la vida de estos dos, entre ellos dos acercamientos del tercer tipo, donde la rubia estuvo sucumbida a caer en la tentación debido a los encantos de su esposo o... ¿eran las hormonas que le había recetado el doctor?

Y esto comenzó a tomar color justo al día siguiente, después de celebrar su aniversario, donde nuevamente una fotografía de la pareja saliendo del restaurante fue captada y publicada en el periódico.

La primera en tener reacción fue Susana, —quien antes de entrar al set para iniciar como de costumbre su programa matutino—, llamó al castaño para invitarlo a cenar y distraerlo, ya que no le estaba gustando verlo tanto tiempo con su esposa, además, de que le había prometido no armarle escándalos. Pero mayor fue su sorpresa al disculparse éste y negarse ante tal ofrecimiento.

Al principio, Malone no le tomó importancia; no obstante, comenzó a preocuparle las negativas de él, las cuales se hicieron más frecuentes, y eso la puso en alerta.

En cambio, Terrence, —aprovechando que Candice también salía temprano hacia la oficina y allá la tenía cerca—, procuró estar al pendiente de ella cuando podía como: ofreciéndose a llevarla a la empresa o por los mediodías invitándola a comer afuera. La rubia al inicio se negó; luego aceptó, pero eso sí le dejó en claro que su situación no mejoraría en nada.

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En uno de los días de trabajo después de dictarle una carta a Patricia, su secretaria, Candice llamó a Neil para pedirle de favor, localizara a una persona: a Amelia, su nana.

Gracias a la experiencia de este hombre, él no tardó en ubicarla. Ante ello, la rubia se vio en la necesidad de viajar a Los Ángeles, ya que Leagan encontró a la noble mujer en un asilo para gente mayor, sola y muy enferma.

La buena cuidadora, en cuanto vio a su pequeña, se emocionó tanto en verla que la joven no dudó en pedirle que viniera a casa con ella; pero Amelia se negó diciéndole que ya estaba muy cansada, además, de que los doctores, a Candice le confirmaron que un viaje hasta Nueva York era extremadamente peligroso para la paciente.

Por ende, la ex empleada apelando a su buen corazón, pidió encarecidamente a Nina trabajo para una sobrina suya. La rubia, —como pago a su nana por todo lo que hizo por ella—, no vaciló en decir que aceptaría a la muchacha.

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De ese viaje, Candice no volvió a la ciudad hasta un domingo por la noche; y eso porque al siguiente día, a las 7 30 AM el matrimonio Walker/Grandchester debía presentarse para realizar la toma de análisis y, también donde Terrence no perdió oportunidad de invitar a desayunar a su esposa.

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A lo largo de la primera semana del séptimo mes, la rubia inició con su periodo menstrual y con ello su ciclo de ovulación.

En una tarde, mientras hacía un poco de ejercicio en el gimnasio, Walker recibió la lamentable noticia de que su nana Amelia había fallecido de un paro cardiaco exactamente en una celebración del 4 de julio, día de la Independencia de los Estados Unidos.

Dos días después, se suscitó el primer encuentro entre Candice y Terrence.

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La noche era caliente; y él, que ya llevaba un buen rato en el agua, estaba a punto de salir cuando vio aparecer a su esposa envuelta en su bata de baño.

Para no llamar la atención y darse cuenta de que había pasado desapercibido por ella, Terrence no se movió de su lugar, el cual era en una esquina del otro extremo de la alberca.

Castillo de MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora