Capítulo 18 parte "b"

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Juntos ya se habían aseado, también ordenado y probado sus alimentos; ahora, vistiendo ligeros pijamas, estaban descansando en la cama. Ella: sentada con la espalda recargada en la cabecera, y él: acostado boca arriba entre las piernas de su esposa y su cabeza apoyada en el torso de ella.

Ambos miraban el televisor; y en lo que Terrence sostenía y presionaba los botones del control remoto, Candice metía los dedos entre los cabellos castaños y jugaba con ellos.

Conforme su esposo se decidía por un canal televisivo, la rubia lo tomó de la cabeza y la inclinó hacia atrás para mirarlo y llamarlo:

— Terry.

— Sí — él contestó; y ella se inclinaba para darle un beso.

Terminada la entrega, sin despegar sus bocas, la rubia suspiró profundamente, luego...

— Quiero ir a Los Ángeles para...

Ella se interrumpió y se separó unos centímetros para aclararse la garganta y proseguir:

— Traer a Delsin con nosotros.

¡Finalmente lo hubieron dicho!

Terrence sonrió; y ahora fue su turno de regalarle un beso como agradecimiento. Pero...

— ¿Estás segura? — él cuestionó solamente para verificar lo dicho.

— Sí.

Con la rotunda confirmación, el castaño se giró para dejar su torso en la cama, abrazarla por la cintura y besar el vientre femenino.

Ella mientras tanto volvía a jugar con los cabellos suaves de su marido. De pronto, Terrence la miró e hizo un gracioso gesto de extrañeza al inquirir:

— Espera... ¿y quién es Delsin?

Candice rió de la cara de contrariedad de su compañero al que le diría:

— Mi hijo... ¡¿quién ha de ser?!

— ¡Ah! — él exclamó pidiendo información: — ¿así se llama?

— Sí. Delsin Huritt — Nina besó otra vez a Terrence. Y al separarse...

— ¿De dónde sacaste ese nombre? — preguntó el castaño interesado. — ¿Qué significa?

— Nana Amelia era de descendencia nativa, y ella me hablaba en diferentes lenguas — hubo confiado Candice; en cambio Terry querría saber:

— ¿Sabes cuál era la de ella?

— No, nunca le pregunté, pero también hablaba francés. Entonces, quiero pensar que perteneció a las tribus de Québec u Ontario, Canadá.

— Probablemente, pero... ¿por qué elegiste Delsin Huritt? — indagó Terrence.

La rubia se ruborizó, más tuvo que confesar:

— Porque... una de esas tardes que visitabas a papá, desde el ventanal de mi habitación te vi llegar. Mi nanita estaba conmigo. Ella notó que yo te observaba y dijo rápidamente... ¡delsin huritt! Yo la miré no comprendiendo lo que había dicho; y sonriendo me volvió a decir... "Él es muy guapo"

— ¿De verdad? — expresó él con gesto sonriente y altanero.

— Sí — dijo Candice sonriendo con la mirada que le regalaban, — e inclusive mi sobrenombre NINA, viene por parte de ella y significa FUERTE, porque eso me decía cuando era pequeña... "Todos te ven débil, pero yo sé que no lo eres".

— Muy interesante — observó el castaño y se movió. Saltó la pierna derecha de ella y se puso de pie para decirle: — Bien, ahora durmamos un rato... porque mañana debemos proseguir con el camino — él finalizó y precisamente caminó hacia el otro extremo de la cama.

Castillo de MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora