Juntos ya se habían aseado, también ordenado y probado sus alimentos; ahora, vistiendo ligeros pijamas, estaban descansando en la cama. Ella: sentada con la espalda recargada en la cabecera, y él: acostado boca arriba entre las piernas de su esposa y su cabeza apoyada en el torso de ella.
Ambos miraban el televisor; y en lo que Terrence sostenía y presionaba los botones del control remoto, Candice metía los dedos entre los cabellos castaños y jugaba con ellos.
Conforme su esposo se decidía por un canal televisivo, la rubia lo tomó de la cabeza y la inclinó hacia atrás para mirarlo y llamarlo:
— Terry.
— Sí — él contestó; y ella se inclinaba para darle un beso.
Terminada la entrega, sin despegar sus bocas, la rubia suspiró profundamente, luego...
— Quiero ir a Los Ángeles para...
Ella se interrumpió y se separó unos centímetros para aclararse la garganta y proseguir:
— Traer a Delsin con nosotros.
¡Finalmente lo hubieron dicho!
Terrence sonrió; y ahora fue su turno de regalarle un beso como agradecimiento. Pero...
— ¿Estás segura? — él cuestionó solamente para verificar lo dicho.
— Sí.
Con la rotunda confirmación, el castaño se giró para dejar su torso en la cama, abrazarla por la cintura y besar el vientre femenino.
Ella mientras tanto volvía a jugar con los cabellos suaves de su marido. De pronto, Terrence la miró e hizo un gracioso gesto de extrañeza al inquirir:
— Espera... ¿y quién es Delsin?
Candice rió de la cara de contrariedad de su compañero al que le diría:
— Mi hijo... ¡¿quién ha de ser?!
— ¡Ah! — él exclamó pidiendo información: — ¿así se llama?
— Sí. Delsin Huritt — Nina besó otra vez a Terrence. Y al separarse...
— ¿De dónde sacaste ese nombre? — preguntó el castaño interesado. — ¿Qué significa?
— Nana Amelia era de descendencia nativa, y ella me hablaba en diferentes lenguas — hubo confiado Candice; en cambio Terry querría saber:
— ¿Sabes cuál era la de ella?
— No, nunca le pregunté, pero también hablaba francés. Entonces, quiero pensar que perteneció a las tribus de Québec u Ontario, Canadá.
— Probablemente, pero... ¿por qué elegiste Delsin Huritt? — indagó Terrence.
La rubia se ruborizó, más tuvo que confesar:
— Porque... una de esas tardes que visitabas a papá, desde el ventanal de mi habitación te vi llegar. Mi nanita estaba conmigo. Ella notó que yo te observaba y dijo rápidamente... ¡delsin huritt! Yo la miré no comprendiendo lo que había dicho; y sonriendo me volvió a decir... "Él es muy guapo"
— ¿De verdad? — expresó él con gesto sonriente y altanero.
— Sí — dijo Candice sonriendo con la mirada que le regalaban, — e inclusive mi sobrenombre NINA, viene por parte de ella y significa FUERTE, porque eso me decía cuando era pequeña... "Todos te ven débil, pero yo sé que no lo eres".
— Muy interesante — observó el castaño y se movió. Saltó la pierna derecha de ella y se puso de pie para decirle: — Bien, ahora durmamos un rato... porque mañana debemos proseguir con el camino — él finalizó y precisamente caminó hacia el otro extremo de la cama.
ESTÁS LEYENDO
Castillo de Mentiras
FanfictionESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. Sin saber que uno ni otro existía, la engañosa conveniencia los obligará a estar juntos, aprendiendo los dos en el trayecto a soportarse, y quizá con e...