Thing Of Two || BNHA

C u a r e n t a y o c h o

> Tenemos que hablar <

Corriendo sobre el agua, Kiba detuvo su búsqueda para presenciar el tamaño de aquella explosión ocurrida a sus espaldas. Akamaru olfateo el aire y se mostró preocupado, intuyendo algo que pondría nervioso a su dueño.

— Oh no... —fue como una revelación. Shino se acercaba desde el otro extremo del lago, con los perros ninjas de Kakashi igual de tensos que Akamaru. — Esto es malo.

Salieron del agua al instante. Los caninos ninja ya habían dado la alarma y Kiba sabía en el problema que iba a meterse.

— ¿Kiba, dónde están? —no respondió, aumentando la preocupación en el domador de insectos. — Estás loco.

— Confío en ella.

— Yo también. —dijo al instante. Molesto. — Pero ellos no. Si ella comete un error, por más inocente que sea, será difícil ayudarla.

Lo sabía. Claro que sí.

Pero no podía evitar molestarse por ello, por la desconfianza natural que todo Konoha tenía en alguien tan inofensiva como Yamanaka Inoru. Antes no era un arma, un peligro y una salvación a la vez. Era una simple niña. Seguía siendo una niña. Y no iba a permitir que algo malo le sucediera.

— Hay que reunirnos. —dijo uno de los perros. — La explosión terminó.

— Uchiha Sasuke debe estar cerca del área.

Y ella también; pensaron Kiba y Shino.

Mantente a salvo, Inoru–chan...

|👑|

Yoshio mantuvo la espada en alto, sin perder de vista a sus enemigos.

Hace pocos minutos que la explosión terminó, eliminando consigo una gran hectárea de bosque, animales y demás seres vivos que habitaban en el. Inoru hizo acto de aparición segundos después como prometió, con Sasuke inconsciente entre sus brazos y con los niveles de chakra por los suelos, por no mencionar las quemaduras y heridas internas, cumpliendo su promesa de protegerlo incluso de él mismo.

Pero detrás de ellos llegaron más personas, tres sujetos que desconocían y, por lo que decían, querían a Sasuke de vuelta e Inoru no se los daría. Antes muerta que entregar a su razón de ser.

Por eso Yoshio se mantenía con la guardia en alto, estudiando al enemigo en caso de que fueran a atacar. A sus espaldas, Inoru intentaba despertar al Uchiha de su desmayo.

— Uchiha–sensei... abra los ojos, por favor. —retiró los cabellos de su rostro, detallando cada herida en la piel fantasma. Sentía tanta preocupación por él, necesita saber que está bien. — Por favor... despierte.

Golpeó con suavidad la mejilla, sin éxito.

— Su chakra está débil, me necesita. —dijo la mujer pelirroja, la misma con la que Inoru había soñado esa vez que se durmió en la academia. — Aléjate de él.

Hizo el intento de acercarse, pero Yoshio fue más rápido y con la mano libre la amenazó, extendiendo un kunai hasta por poco tocar su rostro.

— Uchiha–sensei no te pertenece. —apretó más al mayor contra su pecho, protegiéndolo de la vista de los demás con sus brazos y rubio cabello. Desvió un momento su vista de ella, para posarla en el rostro durmiente del pelinegro, alimentando las ganas de maldecir su existencia. — Él no le pertenece a nadie... se pertenece a sí mismo. ¡Y no dejaré que tú, alguien que no sabe qué hacer con su vida, se atreva a decir que-