C u a r e n t a y d o s

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> Bienvenida a casa, Inoru <

Sigue igual a como la recuerdo...

La gran puerta que daba acceso a la aldea se alzaba en todo su esplendor, abierta de par en par, dejando a la vista solo un poco de lo genial que era y siempre sería la aldea de la hoja.

Últimamente, las emociones parecían formar parte de la vida cotidiana de Inoru, por lo que, ya sin ninguna extrañeza, la rubia podía decir con seguridad que estaba igual o más emocionada que cuando se graduó en la academia ninja. Ver nuevamente aquella estructura tan alta, la ponía tan feliz...

¿Estas llorando?

— ...eso creo.

Quito importancia al asunto, escondiendo las pocas lágrimas que lograron salir.

Yoshio sonrió con ternura, dejando de ver a la rubia para presenciar por sí mismo aquello que tanto le había gustado a la menor. Solo era una puerta alta, con palabras escritas en rojo y varios ninjas observando desde lo alto. No le parecía atractivo, pero tampoco lo dijo. No estaba en sus planes arruinar la poca felicidad que poseía la fémina con sus mordaces palabras, Mina lo mataría si llegaba a enterarse.

Con un infantil empujoncito, Inoru agradeció a su acompañante y con una sonrisa retomaron su caminata.

Se podría decir que después de esa loca explicación que le dio el mayor, ambos se hicieron muy buenos amigos. O conocidos, solo podían soportarse. Inoru terminaba ese día con su periodo menstrual y el pobre de Yoshio sería libre por fin de las quejas sin fin de la rubia, todo porque odiaba usar tapones y era lo más recomendado si se estaba al intemperie.

En el camino apenas charlaron, aunque Yoshio daba la impresión de ser parlachin en realidad era igual o más callado que la rubia, además de misterioso y muy molesto debido a su humor cambiante. Bipolar sería una mejor descripción. Lo único bueno de todo eso, es que pudieron distraerse antes de entrar en terreno prohibido.

Aunque la Yamanaka no lo dijera, era notable lo nerviosa que se sentía respecto a la idea de volver a Konoha y reencontrarse con personas desagradables. Entre ellas, su padre.

¿Estará enterado de todos los planes de Ino por traerla de regreso?, era una de las preguntas que se hacía constante mente desde que tuvo su primer encuentro con la mayor. No quería problemas. Solo quería salvar a Sasuke antes de que hiciera una tontería, podría ser muy listo y todo respecto al combate, pero era pésimo a la hora de tomar decisiones difíciles sin la opinión de alguien más. De ella, sencillamente.

Restaban unos cuantos pasos para estar frente a las puertas, cuando ocurrió la coincidencia más estúpida del mundo.

¿Noru...cchi?

Mierda...

¿Que ocu-

¡Norucchi!

Poco le importó dejar desconcertado a Yoshio, Inoru huyó con la poca dignidad que le quedaba.

Los ninjas que custodiaban la entrada vieron con sorpresa la melena rubia de la Yamanaka, pasar a la velocidad del sonido mientras era perseguida por tres personitas última mente conocidas por toda la aldea, ganando la fama que antes poseía Naruto con sus travesuras.

Ingresó entre las calles transitadas por los aldeanos, esquivando a cualquiera que se interpusiera en su camino, saltando, derribando y golpeando los obstáculos tan poco conocidos para su cuerpo. La aldea había cambiado mucho desde su destierro, era completamente extraño verse rodeada por carretas, puestos ambulantes, niños jugando con balones de arena y muchas otras cosas más que nunca vería en Musutafu como algo normal.

Thing Of Two || BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora