Thing Of Two || BNHA

C u a r e n t a y n u e v e

> Reunión de hermanos <

Después de una acalorada discusión con Sasuke, Inoru salió de la habitación azotando la puerta.

A diferencia de otras veces, donde una discusión con el Uchiha la haría llorar, salió lo más calmada posible y dejó en claro que no importara lo terco que era él, ella lo iba a convencer.

Yoshio, el único testigo y confidente en ese momento, siguió sus pasos con apuro y la encontró meditando a los pies del árbol de cerezos. Suspiró de alivio, hubiera sido molesto tener que buscarla o intentar frenar alguna locura suya. Se acercó a paso cauteloso, cuidando no hacer más ruido del necesario.

Ella abrió uno de sus ojos al sentirlo a una distancia prudente, esperando que tomara asiento frente a ella e iniciara la conversación.

Cosa que así pasó.

— Cuando dijiste que eran inseparables, no pensé que sus discusiones terminarán así.

Cerró el ojo que abrió, pero en sus labios nació una sonrisa de falsa tranquilidad. — Si te refieres a que nos gritamos de lo que vamos a morir, pues sí, nuestras discusiones siempre terminan así.

— ¿Y después?

— Después... nos reconciliamos con una pelea, lloramos y dormimos. Ese es nuestro final feliz. —bufé ante el recuerdo de nuestra última pelea, no esta, me refiero a una muchos años atrás.

No terminó bien, para aldea.

— ¿Qué harás ahora?

— Insistir. —respiró profundo. — Uchiha–sensei sabe que no miento, nunca le he mentido, no puedo hacerlo, además tiene los pergaminos originales con la firma tanto del Hokage y los ancianos, como del mismo Uchiha Itachi–san. Todo eso de no aceptarlo debe ser obra de un berrinche, uno muy grande. —abrió los ojos, enfocando su atención en las gemas violetas iguales a las de ella. — Imagino que dos años alrededor de Orochimaru acaba con cualquiera.

Rió levemente, para darle la razón.

— ¿…no podrías ayudarme?

— Paranoia me permite alterar los miedos y virtudes, así como la perspectiva que tienen las personas sobre mí, pero no las emociones por completo. Solo las amplifico, no las cambio.

El quirk de Yoshio, paranoia, era sin duda especial y caprichoso.

Mira que hacerle creer a las personas cosas que no están ahí con solo verlos, era peligroso y muy útil. Tanto, que en su máximo esplendor podía manifestar de forma física los miedos más comunes y complicados de sus víctimas.

Era un alivio que Orochimaru no lo hubiera descubierto, porque de ser así el mundo ninja estaría en completo caos.

Peinó sus cabellos hacia atrás, sintiendo entre sus dedos la diferencia que tenían algunos mechones al tacto. Debido a la explosión, una verdadera explosión que casi viaja a la velocidad de la luz, quemó su cabello durante el intento de huida con el Uchiha inconsciente entre sus brazos. Si antes le llegaba por debajo de los glúteos, ahora con suerte lo tenía a mitad de espalda y con menos volumen.

Un mal necesario, pensó. En verdad que Inoru ama su cabello.

— Por ahora lo dejaré descansar, —descruzó las piernas, estirando sus extremidades de forma pausada. — ya mandé un clon de sombras para interceptar a Konoha y ganar un poco de tiempo. Lo demás, desgraciadamente, depende de sensei por completo.