Thing Of Two || BNHA

D i e c i n u e v e

> Descubierta <

“ ¡All Migth! ”

— ¿Señorita? ¿Está despierta, señorita?

No quería abrir sus ojos, además de no poder realmente no quería hacerlo. ¿Para qué? ¿Para que le digan lo obvio?

— No puede mentirme, señorita. He estado en esto por muchos años, más de los que usted puede imaginar.

Y era más difícil si tenía a Recovery Girl cuidándola.

“ ¡Inoru, sal de ahí! ”

Abrió sus ojos de a poco, siendo lo primero que viera el hermoso y luminoso rayo de luz colarse por la ventana abierta a su izquierda, moviendo con gracia suavidad las blancas cortinas para su deleite y acariciando su rostro y cabello con aquella brisa vespertina. La borrosa imagen de la anciana se posó frente su hermoso escenario, parecía mover su mano de un lado a otro para confirmar que le veía y no que había quedado ciega. Lo cual era un gran alivio para las dos.

— ¿Qué hora es? —preguntó Inoru apenas en un hilo de voz, comparada con un bebé hasta él hablaría mejor. Su garganta estaba seca, dolía siquiera tragar, pero no lo demostró. Era orgullosa, además de precavida. No quería que le hicieran estudios.

— Pasan de las cinco. —no trató de hacer movimiento alguno, principalmente porque no sentía siquiera los dedos de sus pies e intentar huir en esa condición sería vergonzoso. — Ha venido mucha gente a verte... Sobretodo el revoltoso de Endeavor.

— Usted no vive con él... —el ambiente era tan pesado que cualquier cosa dicha parecía solo empeorar lo, en vista de la ninja hay que aclarar.

A la menor le importaba muy poco que aquel hombre se preocupara por ella, estaba cansada de todo y todos, no quería saber nada que llevara el apellido Todoroki incluído. Se había metido en graves problemas no solo con la escuela, y no quería imaginar lo que estarían hablando a sus espaldas. Porque eso hacían las personas.

— ¡Ja! A ese mocoso le encantaba visitar mi estación de trabajo muy a menudo. Puedo no parecerlo, pero en mis tiempos tenía muchos pretendientes señorita.

Si la anciana esperaba que ella riera con ese descabellado descubrimiento, estaba muy mal de la cabeza o no estaba al tanto del pésimo humor que se cargaba la rubia.

El silencio se hizo presente unos segundos después de que finalizó la charla; Inoru no quería seguir gastando energía en cosas innecesarias como lo era aparentar que todo estaba normal y la mujer mayor no sabía qué decirle para conseguir información de ella.

¿Cómo tratas a una estudiante que, antes de ingresar en el plantel, fue una asesina a sangre fría? Ni el mejor maestro del mundo sabría cómo enfrentarse a ese problema. No era típico. No estaban en un libro de ficción, era el mundo real. Al menos para ellos.

¿Qué sentido tenía darle esperanzas a una niña que ya lo ha perdido todo otra vez? A nadie le gusta ser el malo, menos alguien que es catalogado como héroe y que a salvado muchas vidas a lo largo de su travesía. Recovery Girl tenía fe en que Inoru era buena, que se podía confiar en ella, pero quién tenía la última palabra era el director.

Suspirando en rendición, bajó de su silla y camino a pasos pequeños hacia la única puerta de la habitación por donde se podía entrar. — El Director vendrá a verte. Tiene una charla pendiente contigo.