S e i s

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> Respira, hermoso bicolor <

Le parecía ridículo lo que estaba escuchando.

¿Acampar?

No. Quiero dormir a la interperie. No es lo mismo.

Inoru había estado actuando raro, pidiendo muchas cosas al héroe, que le parecían absurdas pero que igual mente le conseguía solo para saber para qué demonios las necesitaba.

Para ella era normal dormir fuera en el bosque cada vez que salía de misión, o cada cierto tiempo como si fuera una rutina, de hecho, hubo días que escapaba de casa y dormía en algún campo de entrenamiento, o hasta en el mismo Bosque de la Muerte mientras estuviera cerca de un lago y lo más alejado posible de la aldea. Amaba la naturaleza, su quirk se lo pedía y ella no se lo negaba. Por eso, estar rodeada de tanta tecnología alteraba su quirk y le hacía la vida imposible. Nadie se había dado cuenta de los pequeños accidentes que había ocasionado por su descontrol, por eso quería ir al bosque antes de que fuera demasiado tarde.

Sin embargo Shouto se negaba rotundamente a que ella se fuera por toda una semana. No quería aceptarlo, pero el bien sabía que se sentiría nueva mente vacío si no percibía por toda la casa el olor a flores, no solo a amapolas sino también a lavanda, yerba buena, menta, manzanilla y claveles. Inoru olía como una florería, como un jardín exótico, ya de por sí se ponía de mal humor en la escuela, lugar donde solo olía a sudor y perfumes baratos, no soportaría estar en su propia casa sin el olor tan típico que calava hasta sus huesos.

La necesitaba, como un adicto a la mariguana.

¿Por qué?

Todos sabían que Enji le daría el permiso, era la reina de la casa, y la única condición que le imponía era saber su razón.

Necesito aire fresco, todo este ruido no le gusta a mi quirk. —dijo sin tapujos y con mucha confianza, pero desprendiendo aún más ansiedad por todos lados. Ambos hombres se habían dado cuenta, y solo uno entendía la importancia de ello.

Una semana. Solo una.

La cara de alivio de Inoru no podía compararse con la frustrante de Shouto. Había escuchado todo a escondidas, viendo a través de la pequeña abertura que habían dejado al no cerrar correctamente la puerta y deseando no haber estado de curioso.

Lo que restó del día Inoru se la pasó preparando su pequeña mochila con proviciones y otras cosillas, todo perfectamente ordenado aparentando que no llevaba nada además de estar liviana, considerando que llevaba lo suficiente para una semana.

¿Solo llevarás eso?

Llevo demasiado.

El bicolor odiaba no entenderla, la había observado ordenar todo y era molesto que ni siquiera haya empacado una bolsa para dormir. Lo único que llevaba eran vendas, ropa, unos termo, lápices y lo que parecían ser pergaminos y botes de pintura. No sabía donde llevaría la comida o botellas de agua, menos una carpa o sábanas para cubrirse, ni siquiera un encendedor o linternas. Realmente parecía que iba a morirse al bosque.

¿Me extrañaras? —preguntó bromeando, sin verlo siquiera de reojo o dejar de buscar algo en su armario, colmando aún más su paciencia por ser ignorado.

Prefiero que no vuelvas. —vil mentira. Bien sabía que no sobreviviría sin ella, cosa que lo estaba volviendo loco.

Thing Of Two || BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora