Cielo despejado

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Una ves..

Antes que mi padre Muriera.

Mamá me dijo que si dos personas estaban destinadas a estar juntas iban a estarlo en el momento indicado, cuando el destino lo decidiera,

No antes.

No después.

Cuando sea el momento indicado.

El lo sabía y también era creyente de aquella teoría incierta que nos contaba mi madre en aquellas cenas en las que nos divertimos a carcajadas mientras papá estaba en la oficina.

Esforzándose para que estuviésemos bien económicamente.

Y su presencia siempre me hizo feliz

Siempre fui consciente de que si estaba con él todos mis problemas se nublaban a tal punto de perder la noción de ellos.

Era feliz.

Y no digo que ahora no lo sea pero nada se compara con mi vida de hace tres años y más.

Cuando estaba en la escuela aún y me escapaba para ir a verlo a su universidad y pasábamos horas en el campus ignorando que tenía clases a las que asistir pero a pesar de mi insistencia se negaba a separarse de mi.

Cuando fingía sentirme mal unas horas antes de terminar mi jornada escolar solo por que sabia que el estaba esperándome fuera de mi escuela para escaparnos en su auto y quería que me dejasen ir con el.

Cuando entraba por mi ventana a mitad de la noche.

Cuando entraba a su departamento a mitad de la noche por que siempre olvidaba ponerle seguro a la puerta.

Todas esas botellas de alcohol en el suelo.

Todas esas resacas mañaneras que valían totalmente la penas si eran junto a él y o provocadas por el.

Aún recuerdo el día que lo conocí y no puedo evitar sonreír ante lo que guarda mi memoria.

Aún así todo sentido y noción se volvió inconexo cuando acabo.

Cuando le presentaron la oportunidad de crear su propia música.

Con una nueva disquera.

Lejos de mi.

Permanentemente.

Por que nunca íbamos a saber que papá dejaría de estar para mamá y para mi y jamás en la vida imaginamos que ella lo superaría tan fácil como para enamorarse y casarse de nuevo en menos de dos años.

Y que por ello nos mudariamos a la ciudad en la que casualmente fue nuestro rincón del amor todas aquellas veces que queríamos escapar de la realidad y simplemente desapareciamos de lo que los demás creerían la fas de la tierra cuando en realidad estábamos en un departamento de lujo demostrandonos cuanto nos amábamos.

Pero como todo lo bueno.

Llego a su final.

Y de la forma más cruel e inhumana que pudo ocurrir.

Dejando el rastro de una pequeña esperanza en forma de promesa.

Ya no me duele tanto como hace dos años.

Sin embargo eso no quita que los recuerdos no me inunden día tras día y me desequilibren por completo.

Ya no lloro como antes, pero sigo pensando en todo e imaginando que abría sido de nosotros si todo hubiese sido diferente.

Pero luego recuerdo que el destino es incierto y que si así sucedió, es porque así debía suceder.

Es jueves y me encuentro escogiendo la ropa que portare en el fatídico día que me espera mientras escucho el programa mañanero de la radio en la que trabajo, el turno de los chicos a los que les toca en estos momentos es uno de los más divertidos y sin duda saben lo que hacen.

● LUAR: Luz de luna ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora