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CAPÍTULO DOCE

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—¿Ese era Logan? —se encontraba sobándose el hombro, en un intento de aliviar el dolor de la zona. Sara volteó la mirada, para luego asentir —. Es un idiota, ¿por qué no podías ser hija única? —soltó un bufido mientras seguía caminando en dirección a la cafetería. La pelinegra rió.

—Perdón, le haré llegar el mensaje a mis padres si es que te hace sentir mejor —blanqueó los ojos, para que luego Sara lo tomara del brazo. Siempre hacía eso desde comenzaron a pasar más tiempo juntos en la secundaria. Puede que así fue como comenzaron los rumores —. ¿Viste al chico con el que estaba?

—No vi nada porque si no te diste cuenta me casi me caigo al suelo —la pelinegra blanqueó los ojos ante su sarcasmo. Una de las cosas que más odiaba. Intentó ignorarla, y solo seguir avanzando.

—Como sea, solo era un chico de cabello rojo. Eso es nuevo, no creí que Logan tuviera algo con los chicos con cabello de colores y tatuajes. Él casi siempre es el "chico malo", y no creo que sea bueno juntar a dos de esa clase —asintió, sin estar nada interesado en cualquier conversación que involucrara al hermano de Sara. Lo único que quería era su leche de fresas, ¿eso era mucho pedir? —. Ellos son más tu estilo.

—¿Qué? —ya se encontraba en la cafetería para eso, y como era de esperarse la pelinegra se separó de su lado y fue corriendo hacia la fila por esa estúpida bebida energética que hacía que soltara demasiadas (más de lo normal) palabras por minutos.

Se separó de ahí y, como siempre, decidió esperar a que la fila se hiciera más corta para poder ir por su comida. Mientras iba avanzando sintió unas cuantas miradas ir en su dirección, algunas eran amigables y otras algo menos... sutiles. Contestó algunas, con un ligero sentimiento de incomodidad.

Algunas veces sentía que debajo de ellas había pena, como si se compadecieran de su persona. Sabía que no era así, pero no podía evitar que ese pensamiento vagara por su mente desde hacía un buen tiempo.

Como sea, aunque sea esto era mejor que cuando estaba relativamente "soltero". Era molesto cuando algunas chicas se le acercaban solo para pedir su número u otros chicos intentaban hacer una clase de movimiento, solo para después alardear que había pasado algo entre ellos. Según Logan, decía que tenía esta clase apariencia "misteriosa y encantadora", pero sinceramente siempre creyó que era algo que decía para que se acostara con él.

Llegó hasta la mesa en la cual siempre se sentaba, donde ya Ashton y Calum se encontraban. El moreno se encontraba lanzando unas cuantas papas en dirección hacia el otro chico, mientras este intentaba concentrarse en el libro que se encontraba en su delante. A veces no comprendía como es que el pelinegro logró que Ashton comenzara a salir con él.

—Logan no es nuestro amigo, ¿verdad? —fue lo primero que dijo, dejándose caer al lado del castaño. Este levantó la mirada de su libro, para verlo algo confundido.

—¿A qué se debe la pregunta? —Ashton volvió a poner la mirada en su libro, posiblemente dándose cuenta de que quitó la atención de algo relevante solo para hacer caso a otra de sus estúpidas preguntas sin contexto. Se encogió de hombros.

—Estoy harto de tener que verlo todas las mañanas. No puedo creer que sea tan estúpido para haber perdido su licencia —soltó un bufido, para luego apoyar la cabeza en su mano. Calum le tiró una papa, la cual pudo agarrar antes que cayera al suelo, para luego metérsela a la boca.

Leave Your Mark With Every Bite ☆ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora