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CAPÍTULO TREINTA Y TRES

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Sus pies se encontraban descalzos mientras salía de la cocina, podía notar las gotas de agua cayendo de su cabello, cuerpo y ropa de baño, pero no era algo que le importara demasiado. Después, ajustó el puente de sus gafas de sol, algo fastidiado por haber tenido que ir a contestar el teléfono.

Lo peor fue que ni siquiera fue para darle buenas noticias. Solo era esa molesta aerolínea para confirmar su vuelo que sería dentro de una semana.

Ni siquiera recordó que tendría que tomar un avión el fin de semana y volver para los exámenes finales. Era injusto. Lo único que quería era pasar un calmado fin de semana antes de volver a tener que estar preocupado por sus calificaciones, pero al parecer su padre tenía algo en su contra. Soltó un bufido, para luego volver a ingresar al área de la piscina.

Se quedó de pie en la entrada, para poner los ojos en la persona que se encontraba dentro de ella. Un chico daba largos nados de un extremo al otros, flexionando los músculos de su espalda y con los brazos extendidos, salpicando grandes cantidades de agua con cada metro que recorría. Era simplemente perfecto.

Desde hacía unas horas Luke vino a su casa. Esta vez no fue tan difícil convencerlo para entrar al agua, fue él quien dio el primer paso, sin alguna clase de titubeo. Poco a poco comenzó a adquirir más confianza en el agua, para luego practicar diferentes técnicas que se le habían sido enseñadas con el paso del tiempo. Justo antes de tener que salir de la piscina lo dejó practicando movimientos que no parecían demasiado difíciles, por lo que no esperó encontrárselo intentando vencer alguna clase de récord de velocidad.

Sinceramente, tuvo sus dudas sobre dejar al rubio a solas en la gigante piscina de su casa, por lo que tuvo que responder realmente rápido las preguntas de la mujer por teléfono para volver, pero al parecer su presencia no fue demasiado necesaria. Luke estaba haciéndolo solo. No pudo evitar sonreír.

Escuchó a Ashton comentar sobre un chico que tuvo que retirarse del equipo por un accidente que sufrió a mitad del año escolar, el día de su llegada. Lo que significaba que, quedaba una bacante que tendría que ser llenada para la competencia de fin de curso. Era claro que todos pensaron en Luke, pero no querían presionarlo antes de saber que se encontraba mejor.

La cabeza del rubio salió del agua, a los pocos segundos, cuando su mano tocó el otro extremo de la piscina. Pero, su ceño se encontraba fruncido, para luego escuchar una maldición salir de sus labios y que algunas gotas fueras salpicada cuando elevó su mano. Fue en ese momento que decidió acercase.

—¿Estás bi-

—No —fue todo lo que dijo Luke, para luego retirar su cuerpo del agua y sentarse al borde de la piscina. Tomó asiento a su lado, dejando unos cuantos centímetros de distancia —. No soy tan bueno como antes —las palabras salieron en su susurro, mientras veía como las manos del chico se hacían puños en su regazo.

—Has dejado de practicar por un tiempo, Luke. No puedes esperar ser excelente de un día para el otro —el rubio soltó un bufido al escucharlo. Tuvo que resistir la oportunidad para soltar un comentario sarcástico, porque sabía que eso no era lo que necesitaba escuchar —. Solo... ten paciencia.

—Lo intento, pero-... —la expresión del menor cambió, la ira se estaba yendo, pero estaba convirtiéndose en tristeza. Frunció ligeramente el ceño, para luego posar una mano sobre la de él —... mis pulmones ya no resisten como antes y no puedo evitar pensar que yo-... Yo lo causé. Me excedí. Todos me advirtieron que debía dejarlo antes que fuera tarde, pero no les hice caso. Si tan solo-

Leave Your Mark With Every Bite ☆ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora