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CINCUENTA

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Metió otra hojuela de cereal a su boca, mientras avanzaba por el campus, con una mochila que mataba su espalda y en un chico a su lado que parecía no estar para nada incomodo con más de tres libros de Matemáticas y Letras en la suya. Puede que sí debiera ir al gimnasio uno de estos días.

Acababa de salir de su segunda clase del día, luego de haber tenido una semana completamente ocupada con nuevas asignaturas, proyectos y profesores. Jamás imaginó que extrañaría la secundaria, hasta ahora. Ni siquiera tuvo demasiado tiempo de ver a sus amigos, porque Sara se encontraba demasiado ocupada practicando con pelucas que arruinaba cada día, Ashton con clases de estadística y Calum con nuevos trabajos grupales. Para este punto, estaba seguro que Luke era el único que la estaba pasando bien.

A veces hablaban, antes que se fueran a dormir, y él le contaba lo mucho que amaba sus clases. Hablaba demasiado sobre lo emocionado que se encontraba con los nuevos proyectos e información que recibía sobre su carrera y que no podía esperar para la visita de estudio que harían dentro de unas semanas para ver las estrellas en un ambiente abierto. Y, estaba realmente feliz por Luke, pero seguía algo frustrado por no poder verlo desde la fiesta de bienvenida.

Además, todo esto de no saber en qué situación se encontraba su relación lo ponía demasiado ansioso. No estaba seguro si debía presentar a Luke como su amigo, compañero, novio o qué. Es decir, no había una categoría, y necesitaba que tuvieran una. Por eso existían las etiquetas, para que no hubiera esta clase de problemas.

—Entonces, recapitulando, este chico, Luke, ¿no te pidió ser tu novio desde que se dijeron te amo en el baile de secundaria? —preguntó Ian, mientras caminaban por el campus. Claro, olvidar mencionar que estuvo pasando bastante tiempo con él, hasta el punto de contarle sobre sus problemas.

—Exacto, y sinceramente, no sé si soy yo el que deba preguntárselo. Es decir, le escribí una carta la última vez. Di el primer paso, ¿no crees que deba ser su turno? —dijo, mirando a los ojos grises de su compañero de habitación. Él frunció ligeramente el ceño, posiblemente pensando en su respuesta.

Aquello era algo en lo que estuvo pensando demasiado los últimos días, desde que la pregunta de no saber en categoría se encontraba con Luke surgió en su cabeza. Y, hasta ahora, parecía algo casi lógico.

Fue el primero en decir que estaba enamorado de Luke, el primero en dejarle una carta confesando sus sentimientos y el primero en volver a su vida luego de tres años en los que él lo estuvo ignorando por completo. Solo quería que por primera vez Luke fuera la persona que lo buscara, y diera ese paso. No era demasiado pedir, porque prácticamente ya actuaban como una pareja. Es decir, ese chico podría llamarlo a mitad de la noche, pedirle que fuera su novio y aceptaría. Porque, lo amaba, solo quería que él lo demostrara, un poco más.

No lo tomen mal, Luke tenía todos estos pequeños detalles que lo hacían especial. Como cuando le prestaba su ropa cuando tenía frio, le daba las porciones de pizza más grande (algo que era realmente importante) y siempre se preocupaba porque se sintiera cómodo en cada ocasión. Pero, no creía que estuviera mal pedir un poco más. Solo una pregunta, y todo esto estaría solucionado.

—Puede que sí. La verdad, no soy experto en relaciones. Mi última novia me engañó en la secundaria —hizo una mueca ante eso, pero el pelirrojo se encogió de hombros, restándole importancia —. Mira, puede que ese tal Luke no sepa que es lo que quieres. Tal vez, necesitas darle indirectas. No sé, pude notar algo de tensión cuando me lo presentaste por su nombre y no como tu novio.

Leave Your Mark With Every Bite ☆ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora