Leave Your Mark With Every Bite ☆ muke

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CAPÍTULO TREINTA

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Tenía la mirada puesta en la pantalla de su celular, mientras succionaba la leche de fresas de la pajilla. A su lado se encontraba Calum, explicándole a Michael lo importante que era que ganaran la final, especialmente al ser su último año de secundaria. Pero, lo único que escuchaba eran pequeños "mhm" se parte del otro chico. No pudo evitar sonreír.

No era demasiado común que todos se sentaran juntos en el almuerzo, debido a los diferentes horarios de clases que tenían o las actividades extracurriculares en las que estaban anotados, pero casi todos los viernes lograban verse en la misma mesa, para hablar de su día. Ashton se encontraba al otro lado, intentando acabar con la tarea de química (o más bien copiándose de la suya). La única que faltaba era Sara, quien posiblemente seguía con los arreglos para el baile.

Su mirada fue hacia un lado, para encontrarse con el chico de cabello rojo, quien tenía la cabeza apoyada su mano con una expresión algo aburrida. Sus miradas se encontraron, para que luego el chico pusiera sus dedos, en forma de pistola, en su frente y fingiera dispararse. Calum no lo notó, por estar demasiado concentrado explicando su plan de juego, pero eso no evitó que se riera en voz alta. El moreno vio a Michael, quien ya se encontraba con una expresión neutra, fingiendo estarle prestando atención. No se dio cuenta de lo mucho que extrañó al chico hasta ese momento.

Después del segundo examen de matemáticas de Michael, ambos estuvieron demasiado ocupados con prácticas y proyectos como para verse. Era raro, porque estuvo demasiado acostumbrado a su presencia desde que regresó, tanto no tenerlo a su lado le afectaba ligeramente. Era como cuando era niño, y no podía pasar ni un solo día sin asomarse por la ventana de su habitación para verlo. Algo que, hizo unas cuentas veces últimamente. Casi nunca se encontraba con él, pero las veces que lo veía concentrado leyendo algún libro o escuchando música, una sonrisa automáticamente se posaba en su rostro.

No se dio cuenta que mantuvo la mirada sobre el teñido hasta que este volvió a verlo, algo confundido y con una pequeña sonrisa. Rápidamente alejó la mirada, y volvió a posarla sobre la pantalla de su celular. Eso estuvo cerca.

Pasar demasiado tiempo con Michael realmente lo estaba afectando, porque lo único que pasaba por su mente era el sabor de sus labios y la textura de ellos contra los suyos. Puede que su mente estuviera jugando consigo por no haber salido con otras personas desde que comenzó esta falsa "relación" con Sara, para no levantar sospechas. Quizá necesitaba salir a un bar y divertirse un rato, para poder despejarse y dejar de imaginar escenarios que involucraran a cierta persona.

Acostumbrarse a Michael no era una buena idea. Lo único que hacía es que sentimientos que creyó haber dejado atrás aparecieran y terminaran por confundirlo más. No quería alguna clase de relación, mucho menos con él. Solo arruinaría todo, como siempre lo hacía. No sería el culpable de dañarlo, de nuevo.

Antes de poder seguir bajando por la pantalla, una mano quitó el teléfono de sus manos, para dejarlo a un lado. Frunció ligeramente el ceño, para luego despegar sus labios de la pajilla y levantar la mirada.

—Necesitamos hablar —las palabras de Sara hicieron que los otros tres chicos de la mesa llevaran la mirada a ambos. Seguía confundido, y ella lo notó —. Quiero una cita para el baile.

—¿Quieres que vaya contigo o-

—Oh, no —ladeó la cabeza, todavía sin entender el punto de todo esto. Sara tomó asiento a su lado, permaneciendo con una mirada seria. Eso era algo que no hacía demasiado a menudo —. Es el último baile y quiero que sea... mágico. No me lo tomes mal, eres mi amigo, pero me gustaría que mi cita sintiera algo por mí que vaya más allá de la amistad. No es como que busque a la persona con la persona con la que me voy a casar, pero quisiera recordar ese momento con alguien por quien siento... algo —levantó las cejas, algo sorprendido con las palabras de la pelinegra.