Lazos del destino; Kakashi's daughter Gaara y Tú

44.

La chica comenzó a alarmarse al segundo día. No había rastro de él, la gente comenzaba a hablar. El consejo estaba cada vez más asustado, sin mencionar a la chica que ahora sin padre también había perdido a su novio. Sus amigos la trataron de animar todo el tiempo pero simplemente no podía... tampoco podía llorar, había vuelto al momento en que mato a sus amigos, había vuelto esa ella. La vengativa, insufrible y solitaria.

-¿Kamari? ¿Estas bien?-Despertó del trance mirando al chico enfrente suyo, empujó al castaño para seguir su camino fuera de la torre. Ya no podía confiar ni en el.

-Kamari, detente no sigas con esto. Tienes que dejarte ayudar... tienes que confiar.-La chica volteo hacia ellos.

-No puedo en este momento, déjenme por favor. Hay que buscarlo... no hay noticias ni nada...-Los hermanos se miraron.

-Hay que esperar, no se puede hacer mas-La chica volteo Cansada de la situación tomando al castaño por el cuello y levantándolo del suelo contra la pared. Casi que olvidaba que la chica tenía esa monstruosa fuerza...

-¡Si ustedes están así de tranquilos es por que saben donde esta!-Lo golpeó contra la pared de nuevo-¿Donde esta?

-¡Deja de actuar como una niña! ¡Deja de hacer escándalo y berrinches por todo! ¡Suéltalo!-Le grito Temari, la castaña se sorprendió, no esperaba eso de ella.-Entiendo que hayas perdido a tu padre. Y lo siento. Pero tienes que superarlo y dejar que te ayudemos. Te ahogarás...-Kamari miró hacia el piso. Soltó al chico.

-Lo siento... de verdad... lo siento.-se dio la vuelta y volvió a subir hacia la torre.

-Gracias Temari, ¿pero no crees que fuiste un poco dura?-Señaló la grieta en la pared hecha por su cuerpo al estrellarse.-Bueno... tal vez no.

-Pero si, si creo que lo fui. Perdió a su padre después de todo que era su única familia. Aún que nos tiene a Nosotros...

-Hay que decirle lo de Gaara.

-Confió en él, no falta mucho.-El chico suspiró y asintió resignado. La chica subió hasta la oficina de Gaara entro y se recostó en la ventana. Hasta sus amigos ya sentían que no podrían con ella. Suspiró abatida, extrañaba a su padre y últimamente los minutos que lograba dormir durante la noche siempre soñaba con lo mismo, esa mujer que le decía que todo estaría bien y le besaba la frente. No hacia más que eso, todas las veces. Extraño a todos los días en Suna estaba nublado y oscuro aún en plena tarde en el punto más alto del sol. No había podido hablar con su abuelo se preguntaba si estaba enojado con ella por haber dejado konoha... suspiró mirando por la ventana, le dolía el pecho se sentía vacía. Le llamo a la atención que Algunas personas miraban la entrada y empezaban a hablar. La vista de la torre daba directamente hacia ahí, vio entrar a dos personas por las murallas le llamo la atención hasta que una de ellas se descubrió la capucha, el inconfundible cabello rojo de su novio. No pudo guardar su sonrisa bajando de la torre a toda velocidad, los hermanos la vieron preocupados.

-¡Kamari! ¡No salgas!-la persiguieron un rato hasta ver a su hermano atravesando las murallas y fueron más lento, la chica no se detuvo solo corrió lo más rápido que le permitieron sus piernas, el chico aún no la había visto, estaba demasiado cansado hasta para levantar la cara...

-¡Gaara!-El chico busco la voz, le volvió el alma de escucharla, ella corrió para abrazarlo del cuello. El se quejó un poco, estaba algo lastimado. Ella le tomó el rostro y lo besó sin importar quien los estuviera viendo, el le devolvió el beso agarrándola de la cintura.-Perdóname... no debí hablarte así... agh... Es que estaba tan perdida... mi Padre... lo siento pero mi padre...Comencé a enloquecer, no podía perderte a ti más...perdí a mi familia...O eso fue hasta que volví con ustedes.-Se dio la vuelta hacia los hermanos del chico.