Lazos del destino; Kakashi's daughter Gaara y Tú

22.

-¡Chicos! No lo van a creer; fue fantástico. Y salió bien todo así que... no tienen de que preocu...-Me calle inmediatamente. No estaban en el punto de encuentro subí a los árboles para observar. No había nadie tampoco no percibía chakra, ni el de ellos... no... no puede ser. Baje viendo manchas de sangre. Seguro y ya se habían encargado de los ninjas, vi un cuerpo más allá.-¿Yu-Yuji? No, no, no, por favor despierta no hagas esto-La alce en mis brazos su máscara se cayó no tenía pulso ni nada-Vamos te voy a curar, despierta... todo estará bien-Le transmití chakra pero no pasó nada. Estaba fría y pálida.-¡Yuji! No puede ser cierto. Levántate.- Un hilo de sangre decencia de su boca. Luego sentí una punzada en mi corazón.-¿D-donde esta Kai?-La deje apoyada lejos del charco de sangre. Esto no es posible. Un poco más allá había una cueva un rastro de sangre guiaba hasta allá. -¿Kai...? Entre mientras la fuerza abandonaba mis piernas. Había otro cuerpo su cara estaba entre los renegados del libro. Lo analice, respiraba de milagro estaba con severas heridas lo levante del suelo mi juicio estaba nublado solo dando paso a mis emociones y lo empujé con todas mis fuerzas a la pared esta se agrietó.-¿Que fue lo que les hicieron?-El tipo se levantó apoyándose, trato de caminar hacia mi.-No te atrevas acercarte. Quiero verte morir de la forma más cruel posible. ¡Donde está el resto!

-P-por... por favor.

-No ruegues miserable-Lo patee devolviéndolo a la pared. Camino de nuevo hacia mi.

-Ka... Kama...

-No se quien eres pero déjame hacerte una promesa. Cazaré a cada uno de ustedes hasta que no quede nadie. ¡Ahora dime dónde está Kai!

-Lo siento...-Avivo mi odio con su intento de disculpas, saque mi espada y la atravesé por su pecho.

-Te torturare un rato. Esta a centímetros de tu corazón lo que si te mueves te matarás solo y hasta entonces solo te desangraras. Tú eliges-El tipo miró el arma y empezó a cambiar. Su cabello se volvió rubio y sus ojos miel-K-Kai... ¡No...! Eso era un jutsu. ¿Como no lo vi?-Me tome la cabeza con desesperacion lo tome en brazos y el me sonrió.

-Kamari... no es tu culpa...-Comencé a llorar sin controlarlo me saque ambas máscaras.

-Kai...-Sonrió mientras expulsaba sangre por la boca.

-Me alegra poder verte una última vez... no te preocupes por mi. Esos ninjas hicieron un jutsu muy complejo no hubieras podido diferenciar si era yo...

-¡Se supone que soy buena! Se supone que hago las cosas bien. Debí darme cuenta de eso antes...-Si sacaba la espada moriria en ese instante, le había perforado el pulmón.-Vamos, esto dolerá pero si llegamos a Konoha Shizune y Tsunade te podrán salvar no puedo hacer nada ahora pero si corremos...

-Sabes que no llegaríamos... me queda poco tiempo. Sentimos haberte chantajeado para ir... si no te hubiéramos dicho que tu padre estaba no te hubieras preocupado.

-Fue mi decisión ir... es mi culpa. No, Kai no vas a morir, mírame llegaremos a Konoha. No puedo curarte sola.-Puso una mano en mis labios llenándolos de sangre.

-Ya no hay mucho que hacer... por favor... vuelve a casa. No sigas con la misión.-Me negué.

-No lo haré... Yuji esta...-El asintió y dio un grito sofocado. Levantó la cabeza y me sonrió.

-Te quiero Hatake... recuerda, esto no fue tu culpa...-Su mano que estaba en mi hombro cayó lentamente y tocó mi collar empapándolo en sangre, el cayó de espaldas con una sonrisa en la cara. Me senté en el piso mientras comenzaba a gritar, grite hasta que mis cuerdas vocales comenzaron a sangrar. Todo mi equipo había sido asesinado. Salí de la cueva mientras las lluvia enjuaga la sangre y tome a Yuji metiéndola junto con Kai. Estando ambos en el piso los volví a llorar. No podía creerlo, todo esto parecía obra de un Genjutsu... desearía que eso fuera... había fallado nuevamente, a mis amigos por abandonarlos, a mi padre por no respetar lo que me había enseñado, a Tsunade por no cumplir con la misión, a mi abuelo... el prefirió el odio del pueblo antes que la muerte de su equipo... Y a todos los que había puesto su fe en mi... hasta Itachi... lo siento tanto... volví a gritar hasta no tener voz.