Gaara miró atento por la ventana, ya era el segundo día y no había ni rastro de su esposa...
-Ya cálmate, oye. Ten un poco de fe en Kamari.-Gaara volteó hacia su hermano aún jugando con la alianza entre los dedos, solía absorber su ansiedad.
-¿Donde está Kata?-El castaño sonrió, hasta hace poco había jugado con ella, pero se quedó en su habitación.
-en su cuarto, por ahora.-El pelirrojo asintió volviendo a ver el anillo, se lo colocó suspirando.
-Conozco a Kamari, algo sucedió. No se que pero algo debe ser, hubiera mandado algún reporte avisando que tardaría... y no llegó nada.
-En Eso tienes razón, no es natural en ella desaparecer así...-Kankurō suspiró.-Ve si eso te deja más tranquilo. Pero te darás cuenta que solo son tus nervios y que ella estará volviendo, capaz y te la encuentres de ida.-El pelirrojo sonrió.
-De acuerdo, sólo es para confirmar mi sospecha. Iré a buscar a Kamari, no quiero creerlo pero algo no me huele bien de todo esto...-El castaño le dio la razón, por la puerta ingreso la pequeña asustada.
-¿Que sucedió con mama...?-Los mayores se miraron entre sí, su padre se acercó arrodillándose frente a ella.
-No le sucedió nada, pero creo que puede necesitar ayuda, por eso debo ir a ayudarla, te quedarás con el en lo que vuelvo ¿de acuerdo? Ambos estarán a cargo de Suna-La niña sonrió.
-¡¿Como si fuera la Kazekage?!-Preguntó ansiosa, su padre asintió y ella gritó de emoción corriendo hasta donde su tío.-¡Será divertido!-El pelirrojo miró a su hermano que había cargado a La Niña sobre sus hombros.
-Volveré en algunas horas, no se preocupen-Se acercó a su hija y le besó la frente, al hacerlo vio el colgante de Kamari en el cuello de su hija.
Le sorprendió bastante, no quería creer que era una forma de despedirse... no... no podía ser. Se despidió de ambos pidiendo que se informe al consejo su ausencia y dejó Suna a paso firme, subió a una plataforma de arena para avanzar más rápido.-Descuida Kam, ya voy por ti...
(...)
Llegar le había tomado algunas horas, Claro que no fue a muy alta velocidad porque... no quería darle la razón a su hermano de que era paranoico. No era paranoico, se preocupaba lo Justo y necesario.
Bajó caminando un poco por el lugar, que estaba bastante tranquilo no había rastro ni de ella ni del equipo ni de su adversario, pero más allá comenzó a encontrar los cuerpos de los enviados de Suna, tomó su pulso pero estaban muertos, todos con heridas profundas de armas, se le detuvo el corazón ¿donde estaba su esposa...? Corrió por el lugar rogando que todo esté bien porque la sangre y muerte se habían esparcido por todo el lugar, al fondo detrás de unas cuantas plantas reconoció la silueta de la chica tendida en el suelo, corrió hasta ella sintiendo que algo moría en su interior. No podía ser cierto...
-¡Kamari!-Grito llegando a su lado, se arrodilló y tomó su muñeca para medirle el pulso, si lo tenía, muy suave y casi nulo pero lo tenía...-¿Que fue lo que pasó?-La levantó en sus brazos y al hacerlo un líquido espeso y pegajoso se adhirió a su mano, de la nuca de ella había sangre coagulada y nueva comenzando a caer.-Todo va a estar bien, ya estoy aquí... no debí dejarte venir...-Ella lucia pálida pero Justo eso le llamo la atención, su rostro... había cambiado ligeramente al igual que se sentía un poco más pequeña entre sus brazos... ¿pero que...? La chica estaba en sus años de adolescencia todavía, Gaara recordó cuando se reencontraron en Konoha, ella aún tenía diecisiete, Lucía exactamente igual a ese entonces. ¿Que había pasado...?
Le restó importancia, eso era lo de menos ahora. Subió nuevamente a su plataforma yendo a la mayor velocidad que le permitía esta, no le interesaba agotar su chakra, salvaría a su esposa a cualquier costo.
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Lazos del destino; Kakashi's daughter Gaara y Tú
FanfictionTener el apellido "Hatake" en tu nombre es algo tanto peligroso como respetable. Con un pasado que te gustaría borrar, eres mandada a enfrentar tu destino totalmente sola y sin la ayuda de tu padre o amigos. Ocultas un misterioso poder en tu interio...