3.

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Kakashi se había encargado de que su hija durmiera toda el día de ayer y toda la mañana de hoy, no tuvo que hacer mucho esfuerzo ya que por el desgaste físico que tenía que esté tremendamente agotada era normal. Se levantó temprano en la mañana y preparó almuerzo, tenía tiempo limitado si quería solucionar todo. No le parecía ni un poco la idea de que comience a relacionarse, mientras más sentimientos por la aldea o sus habitantes tuviera más difícil sería decir adiós. Pero ya la había ocultado del mundo seis años, se arrepentía una y otra vez no haber iniciado con esto antes, así como las emociones te hacen ligeramente más débil también te ayudan a pelear por lo correcto. Al poco rato apareció la Hatake menor se sentó a la mesa ocultando su cara entre su cabello.

-¿Todo en orden?-Asintió sin mirarlo.-¿Que tienes pequeña?-El mayor se acercó preocupado al ver la falta de respuesta. Se arrodilló y descubrió su cabello para encontrarse con sus hermosos ojos negros inundados en lágrimas. Se preocupó mucho al verla pero por mucho que intento no logró sacarle palabra. Al final ella terminó hablando, se retiró la máscara ligeramente mojada por las lágrimas.

-Papá... ¿vamos a irnos...?-El mayor palideció, seguramente los había escuchado hablando con el Hokage.-Si no vamos... al final tú te iras. Me quedare solita...

-Cariño...

-¡Y que es esa misión tan importante que no te deja tranquilo!-O era soltarle la bomba así o tratar de disuadirla. Estaba por hablar pero alguien tocó a la puerta, Kakashi la abrió pero no encontró a nadie, sino hasta bajar la vista para encontrarse con un rubio sonriso.

-¡Kakashi-San! Ayer vi al Hokage y a usted entrar aquí supuse que era su casa. ¿Donde está Kamari-Chan?-Miró a su espalda donde La Niña fingía una perfecta sonrisa detrás de su máscara tapando sus ojos con su fleco.

-¡Naruto-kun! Viniste.

-¡Hai! Tenía que venir a agradecer a mi salvadora. Kakashi-San... ¿puede Kamari-Chan jugar conmigo afuera?-Sonrió con ambos brazos puestos a su nuca. El miró a su pequeña que seguí inmóvil en su puesto, al menos esto le daría tiempo de pensar en cómo decirle todo esto.

-No hasta muy tarde, Naruto... espero y la cuides.

-No se preocupe Kakashi-San, ayer estaba desconcentrado por eso pudieron conmigo. ¡No dejare que lastimen a mi amiga, de verás!-El mayor asintió convencido. Se giró hasta su hija y bajo su máscara para darle un beso en la coronilla. El mayor le sonrió, ella devolvió el gesto aún afligida y ambos niños salieron del lugar. El se limitó a maldecir. Los niños salieron del edificio y caminaron por las calles.-A ver Kamari-Chan. ¿Que te gusta hacer?

-Me gusta dibujar y leer.-Naruto la miró confundido.

-¿Por que?-Nunca le habían preguntado por que le gustaba, tampoco tenía una respuesta clara.

-Amm... tu... ¿por que te gustaría convertirte en un gran Shinobi?-El asintió entusiasmado.

-¡Por que es mi camino ninja! Me inspira a ser mejor. Además no solo seré un gran shinobi. ¡Seré el siguiente Hokage, de verás!-la mirada de La Niña se ensombreció.

-Para Eso tendrás que derrotarme primero, Naruto-Kun.-El rubio la miró perplejo. Era la primer persona que no le decía algo como que sería un sueño imposible o difícil para el, sino que lo retaba a enfrentarse a ella por el puesto.

-¡Ah Kamari-Chan! ¡Una carrera por el puesto!-Ambos corrieron divertidos mientras reían y asustaban a la gente, La Niña chocó contra alguien, nuevamente.

-¿Kamari-Chan?

-Oh... I-Itachi...-La niña quedó perpleja hasta que el rubio se acercó.-siempre termino golpeándote...

Lazos del destino;             Kakashi's daughter                    Gaara y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora