35. James Maslow

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-¡______! ¡Dios mio! ¿Dónde estuviste? ¡Te marcamos toda la noche y nunca contestaste!- se quejó Katia, mi mejor amiga cuando recién entraba al departamento que compartimos.

-Fuimos a buscarte a la barra, te esperamos y ¡Nunca regresaste!- habló esta vez Gus, su novio mientras yo tomaba asiento en el sofá -¿Qué tienes que decir al respecto?- me limité a sonreir recordando todo lo que habia pasado la noche anterior.

Flashback

Katia y Gus me invitaron a un bar que acababan de abrir, se dice que tiene un ambiente muy bueno y las bebidas son deliciosas, quizá iría de mal tercio pero, bueno, ellos me invitaron.

Una vez en el dichoso lugar, los tortolos me dejaron en la barra y se fueron a bailar, lo cual no me importaba, pues me encantaban los cocteles y mi ventaja era que el alcohol no me hacía efecto tan rapido, sino hasta el día siguiente.

Había pedido mi sexta margarita de la noche, veia a las parejas bailar hasta que un sujeto llamo mi atención.

-Un martini, por favor.- le pidió al bartender. Volteó su vista y nuestras miradas se encontraron -Hola- saludó en mi dirección, enseguida recibió su trago y tomó asiento a mi lado -Puedo preguntar, ¿Qué hace una chica tan linda como tú aquí sentada, en vez de estar bailando?- dijo antes de darle un trago a su martini. Diablos, se veía que lo disfrutaba, quizá pida uno.

-Disfruto más los cócteles que el baile- contesté antes de darle el último trago a mi bebida.

-¿Me permites invitarte algo?- Preguntó. Yo asentí con una sonrisa y él me la devolvió -¿Algo en especial?

-Uhm... desde aquí puedo ver que tu martini esta delicioso.- él amplió más su sonrisa y pidió otro. Cuando este llegó, ambos chocamos nuestras copas y les dimos un trago.

Después de ese martini me invitó a bailar, yo debía rechazarlo pues no sabía hacerlo, sin embargo, acepté.

-Sólo una cosa- dije cuando ya estábamos en la pista.

-No sabes, ¿cierto?- asentí con algo de pena y él soltó una risa -No es difícil- se acercó a mi oido y susurró -sólo déjate llevar.

Sus palabras me hicieron estremecer, y como por arte de magia, me comencé a mover pegada a él.

Después de un par de canciones, volvimos a la barra para tomar algo.

-Nada mal- me dijo después de pedir dos daiquiris de fresa.

-Eso lo dices para no hacerme sentir mal.

-No, hablo en serio. Gracias.- me dijo primero a mi y luego al bartender, pues ya nos había entregado nuestras bebidas.

-¿Quieres bailar un poco más? ¿O prefieres ir a otro lugar?- Me preguntó acercándose poco a poco, dejando un pequeño espacio entre nuestros rostros. Yo solté una risa.

-¿Dónde sería ese otro lugar?- Él sonrió triunfal y tomó mi mano sacándome de ahí. Llegamos a su departamento.

-Toma asiento, ¿Te gustaría tomar una copa?

-Claro, gracias.- él se dirigió a una habitación mientras yo me sentaba en la sala, minutos después llegó con dos copas y una botella.

-Traje un vino espumoso, espero que lo tomes.

-Me encanta la sensación de las burbujas.- abrió la botella y después de servirle a mi copa, me la dio.

-Brindo, por haberme topado contigo esta noche- dijo y chocó mi copa para después, ambos tomar de ellas.

Cuando la copa se separó de mi boca, él se acercó a mi y me robó un beso. Eso fue suficiente para que me acercara a besarlo.

Tomó mi copa, la dejó en su mesa de centro y se abalanzó a besarme. Todo estaba de maravilla, de no ser porqué mi celular sonó. Me separé de él para ver quien era él genio que interrumpía tan perfecto momento, pero él me quitó mi celular y también lo dejó en la mesa.

-¿Fuiste con alguien al bar?- preguntó entre besos.

-Si, seguramente ya me están buscando- le respondí de la misma forma. Sé separó un poco de mi para tomar aire y volvió a hablar.

-Deja que llamen a la policía si quieren, esta noche sólo será tuya y mia.- depositó un beso en mis labios y se levantó del sofá, tomó mi mano y me dirigió a su habitación.

Una vez en esta, me ayudó a deshacerme de mi vestido y yo de su traje, me tomó de la cintura e iba a besarme, en eso, el celular volvió a sonar, pude oírlo.

-Quiero que te pierdas en mis besos, y si no paran de llamarte, ya mañana habrá tiempo de ver las llamadas perdida- dijo y volvió a besarme.

Fue una noche magnífica, muy especial y él, se portó muy lindo. Al dia siguiente me levanté antes que él, me dolía un poco la cabeza por el alcohol que habia ingerido la noche anterior, pero de inmediato el malestar se fue al encontrar a mi lado a... Ahora que lo pienso, nunca intercambiamos nuestros nombres.

Me levanté y me vestí. Estaba por irme pero antes, decidí dejarle una nota.

"Me la pasé increíble anoche, y como tú dijiste, espero que esto no quede como cosa de una sola noche.

55-82-37-24-94

Mi nombre es ______, por cierto."

Dejé la nota en su buró y me fui de ahí.

Fin del Flashback


-¿Y bien? ¿No dirás nada?- preguntó nuevamente Gus.

En eso, recibí un mensaje en mi celular

"Y el mío James"
"¿Podemos vernos hoy?"
"Puedes invitar a tus amigos de ayer"

Inmediatamente una sonrisa se formó en mi rostro.

-¿Salimos hoy otra vez?







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