~Big Time Shots~

59. Kendall Knight

Kendall y yo estábamos viendo una película en la sala del 2J, no en el sillón, sino en el piso... a veces somos raros.

Volviendo al tema. Era una película romántica desarrollada en un mundo futurista. Él era un inventor y ella era una pintora. Toda su historia de amor se desarrolla en la película, ya al final ella está a punto de morir y según los cálculos del doctor solo le quedaba un mes de vida. El chico, destrozado inventa una pequeña cápsula del tiempo, la cual le dice a su ahora esposa, que al activarla podrá regresar al día más feliz de su vida y vivir su vida una vez más.

Ella, regresa al día de su boda, para una vez más compartir su vida, con el amor de su vida.

—Aww— chille abrazando a Kendall por la cintura. —Que lindo.

—¿Ya estas llorando?— bromeó volteando a verme y yo asentí.

—¿Cuál ha sido el mejor día de tu vida? ¿A cuál volverías?

—Pues, si yo hubiera sido ella, volvía a nacer.— rió —Pero, viéndolo desde su perspectiva...

—¿Volverias al día de tu boda?— volvió a reír ante mi pregunta.

—Aún no nos casamos, así que no. Pero, volvería una y mil veces a ese día lluvioso, donde te conocí.

Flashback POV Kendall.

Había ido a Rocque Récords solo, lo cual es raro.

Gustavo me había mandado a llamar para darme quejas de los chicos y que los pusiera en su lugar. Tal pareciera que era la nana de mis amigos.

Iba a tomar el autobús para irme al Palm Woods, pues estaba lloviendo y no pensaba llegar mojado.

Estaba en la parada cuando vi a una chica intentando cruzar la calle... Oh, no. No le veo intenciones de llegar al otro lado.

Un auto se acercaba y ella quedó inmóvil a media calle. Adiós ropa seca.

Corrí hasta ella y la empujé hasta el otro lado de la calle. El auto pasó y ambos estábamos tirados en el piso. Me levanté y la miré, ella se acercó un poco a la acera y se sentó en esta.

Aún a pesar de la lluvia, podía notar que había estado llorando, su mirada era triste y tanto su nariz como sus mejillas estaban rojas.

—Oye, ¿Estas bien?— pregunté mientras le extendía la mano. Sé que sentó, pero por dios, no creo que quiera seguirse mojando.

Ella miró mi mano, y se puso a llorar escondiendo su rostro entre sus rodillas.

Pobre chica, ha de estar pasando por un muy mal momento.

Decidí tomar asiento junto a ella.

—¿Necesitas hablar con alguien? Yo puedo escucharte.— volvió a mirarme y esta vez pude notar que era muy linda.

—¿Por qué quisieras escuchar los problemas de una extraña?— preguntó con la voz entrecortada.

Sonreí ante su pregunta y tomé su mano para estrecharla con la mía.

—Soy Kendall, y me gustaría ser tu amigo.— después de todo el rato que estuvimos ahí, por fin sonrío. —Okay, ahora que somos amigos, ¿me contarás que te pasa?

Ella lo dudo un momento, pero después de soltar un suspiro, habló.

—Terminé con mi novio.