14. James Diamond

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-Unos meses en Hollywood cambian a la gente, pero ustedes siguen siendo los mismos chicos centrados que eran- respondió Camille.

-Si y a todo esto, ¿dónde está James?- pregunté yo, pues no lo veia por ahi.

-Hola chicos- dijo abriéndose paso entre Logan y Kendall. A caso es, ¿naranja? -Otro bronceatastico dia en Hollywood- dijo una vez que se sentó en un camastro -Oh, hola _____, no te habia visto.- me saludó y centró su vista a la revista que traia entre sus manos. Nosotros nos alejamos un poco.

-No tartamudeo- dijo Logan viéndome.

-Camille, creo que hablaste demasiado pronto.

-¿Qué?- preguntó Kendall.

-James, tiene la fiebre de Hollywood- le contesté al rubio.

-Si me escucharon que, ¿no tartamudeo?- replicó Logan -Él, jamás se habia puesto tan nervioso por una chica hasta que te conoció. Siempre ha tartamudeado cuando te tiene cerca y, ¿Qué pasó?

-Te dije que no le compraras almejas al sujeto de la autopista- le reclamó Carlos a Kendall.

-No. La ciudad comienza a cambiarlo.

-Y el calor sólo lo empeora- añadi al comentario de mi hermana.

-No es posible. Mira, hicimos un pacto cuando llegamos de pertenecer fieles a nosotros mismos.

-Ya notaste que es naranja, ¿no?- le pregunté con obviedad.

-Deben pararlo antes de que pase con el sujeto de la guitarra.

-Cuando llegó al PalmWoods era concertista de chelo.

-Y las Jennifer's caminaban normal.

-Fiebre de Hollywood, eso explica tu raro comportamiento- comentó Logan.

-¿Cuál raro comportamiento?- y si, cachetada, beso, cachetada y se va. A veces, Camille me avergüenza.

-¿Cómo le podemos curar la fiebre de Hollywood?- me preguntó Carlos.

-Mmm... yo le quitaré su fiebre de Hollywood.- Caminé hasta James y los chicos me siguieron. Me senté a los pies de su camastro y lo miré

-James, ¿Qué tal si salimos esta noche? Digo, ahora que ya no tartamudeas con mi presencia.

-Claro que saldré contigo, linda.

-James, estás anaranjado y pareces un loco.

-En realidad, estoy mandarina- dijo sacando dos botes de bronceador acción mandarina. Cuda acababa de sacarlos al mercado, aunque para mi fue una completa estupidez.

-James, danos el bronceador- dijo Carlos intentando acercarse a James y quitarle sus aerosoles. Pero este comenzó a girar y luego escapo.

-Bueno, tendré una cita con un loco mandarina.

-Atrapenlo.

-Les ayudaría pero, tengo una audición en una hora. ¿Les molesta si les llamo para ver que pasa?

-si- gritaron todos desapareciendo de mi vista. Vaya que estos chicos son raros.

Más tarde fui a mi audición y mientras esperaba mi turno, decidí llamar a Kendall.

-¿Qué ha pasado con James?

-Pues, Gustavo lo llamó fenómeno mandarina y dijo que lo despedirá si no logramos arreglarlo.

-Ups, eso ya es malo.

-Si. Logan encontró una botella vacía y, al parecer se quita con agua.

-Entonces, ¿lo tirarán a la alberca?

-Am, en realidad pensamos en pistolas de agua.

-Jaja, okay. Ya casi entro a mi audición, les hablo saliendo- dije y colgué. Espero que puedan resolverlo.

Hice la audición y antes de salir rumbo a Palm Woods llamé nuevamente a Kendall.

-Dime que ya vienes para acá- me dijo el rubio en un tono suplicante.

-¿Qué pasó?

-Pues, el genio de las matemáticas ahora toca los bongoes, Carlos es una Jennifer, ah, ¡Y James es mas naranja!- esi último me lo gritó.

-Tranquilo, estoy en camino. Pero, no entiendo, ¿Cómo es que tú aun no tienes la fiebre de Hollywood?

-No lo sé. Pero te veo en la pista.

-Alto, ¿La pista?

-Si, el hielo y el frio me recuerdan de... de dónde vengo.

-¡Eso es, Kendall! Ve a buscar a Buddha Bob y dile que necesitas hielo, el sabrá que hacer. Llama a todo Palm Woods y los veo en el parque- dije y colgué.

Llegué directamente a Palm Woods y fui a mi apartamento. Busqué entre mis cosas y tomé lo que buscaba. Bajé a lobby y me encontré con Kendall, quien junto con Kelly me tomaron de las manos y gritaron "¡corre!" al parecer ya los chicos los estaban siguiendo.

Una vez en el parque de Palm Woods, todo estaba como pensé. Gustavo gritó "fuego" y muchos de nuestros amigos comenzaron a lanzar bolas de nieve a los chicos, quienes despues de un rato volvieron a la normalidad.

Aproveché para esconderme tras una montaña de nieve y me aplique el labial que habia recogido del apartamento.

-¡Hey James!- le grité una vez que se levantó de hacer su ángel de nieve mandarina.

Le lancé la bola de nieve y cuando esta lo golpeó, me respondió de la misma manera. Comenzamos una pequeña pelea entre los dos hasta que me resbale y casi caigo, de no ser porque él me alcanzó a sostener.

Hola de nuevo nervios Diamond.

Las piernas le temblaron y ambos caimos al suelo, yo encima de él.

-L-lo si-siento, no qu-queria que t-tú...- interrumpi su tratamudeo plantandole un beso en los labios.

-Eso es,- se relamio los labios intentando descifrar el sabor de mi labial -¿labial acción mandarina?

-La versión femenina de Cuda es muy buena.

-Si, creo que si.

-¿Sigue en pie nuestra cita?

-Si me prometes que usaras labial acción mandarina, si.

-Prefieres este- señalé mis labios -, que el bronceador, ¿cierto?

-Supongo que me encanta mas probarlo- dijo y volvió a besarme.

Nos separamos pues ahora el fuego era hacia nosotros. Nos levantamos de prisa y seguimos con la guerra de bolas de nieve.

~Big Time Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora