ESPECIAL KENDALL 5/5

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100. Kendall Schmidt

—¡Déjame en paz!— grité antes de cerrarle la puerta en la cara.

—¡Que grosera!— se quejó mi madre. Se acercó a la puerta y quitandome de un empujón, abrió dejando ver a Kendall con la mano en su nariz. —¡Kendall! Pasa, pasa. Ay esta niña.

—F-fue un accidente, señora Parker.— rodé los ojos.

—¡Lo que me faltaba! Que mi propia madre vaya en contra de mi.— me quejé y salí de la casa.

Quería caminar. Despejar mi mente. Todo está mal.

A pesar de que ambos estamos creciendo como artistas, quiera o no, nuestros caminos no pueden seguir unidos.

La noche cayó rápidamente, obligandome a regresar a casa. Metí la llave en la ranura y abrí. Las luces estaban apagadas, lo cual se me hizo raro. Fui a la cocina por un poco de agua y me encontré una nota el refrigerador una vez que encendí la luz.

"Hija, saldré con mis amigas, así que no me esperes. Te quiero, cuídate.

Pd.: Dejo dinero en la mesa del comedor para que ordenen pizza."

¿ordenen?

Ah si, seguramente pensó que Kendall me esperaría pero, no es así. Tomé mi agua y subí a mi habitación.

Perfecto, ahora llorare sola y no tendré a alguien que me reconforte.

Entré al cuarto y me tumbe en la cama. Quería dormir, pero tenía que ponerme la pijama. Seria más fácil si solo me meto entre las cobijas. No, pijama.

Me quité la blusa. La puerta del baño se abrió.

—¡¿Qué haces aquí?!— grité tratando de cubrirme.

—Entré al baño— dijo lo más obvio posible  —Y no hagas eso, no es algo que no haya visto antes.

—¿No te quedo claro lo que te dije esta mañana? ¡No quiero verte! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a mi!— intentaba volver a ponerme mi blusa, pero se acercó y sostuvo mis manos impidiendome hacerlo.— ¡Dejame vestirme!

—No hasta que me digas que está pasando. Porqué ese cambio tan repentino. ¡¿Que está pasando?!

—¡Me voy a Londres!— las lagrimas ya estaban cayendo por mis mejillas. Ante mis palabras, el también no pudo evitar dejar caer algunas. —Me ofrecieron un papel para una serie y, no puedo rechazarla. Es la oportunidad de mi vida.

—¿Y por eso tenías que cambiar conmigo?

—Preferia no hacerte sufrir con mi partida...

—Me haces más daño si me ignoras y me tratas mal.— me abrazó. Eso era suficiente para hacerme llorar aún más.

—Quiero seguir con mi carrera, quiero que tú sigas con la tuya pero... tendremos que terminar para que eso pueda funcionar.

—¿No crees que sea una decisión muy exagerada?

—Yo...

—¿O es que ya no me amas?

—No seas tonto.— le pegué levemente en el pecho  —Nunca he amado a nadie como a ti. Pero, no me gustaría saber que eres mi novio y estás a kilómetros de distancia.

—Te iré a visitar.

—Kendall, tú también tienes proyectos. Es lo mejor para los dos.

Discutimos por todos esos pros y contras de "una relación a distancia, finalmente, había aceptado terminar. Era por nuestro bien.

(...)

—Sabes que siempre tendrás mi apoyo— decía contra mi oído mientras me abrazaba.

Se había ofrecido para traernos a mi madre y a mi al aeropuerto y, no pude negarme... me amenazó y esa era la verdad.

—Gracias por todo.

—Te deseo, todo el éxito del mundo. Realmente te lo mereces.— le dediqué una sonrisa y caminé junto con mi madre hacia la puerta de abordaje. —¡Oye!— voltee a verlo —¿No hay beso de despedida? ¿Como en la serie?

Hace unos años, trabajamos juntos en una serie llamada Big Time Rush, aquí fue donde nació nuestro amor. Casualmente, en esa serie, mi personaje también se va a otro país y lo deja triste. No pude evitar llorar mientras le dedicaba una sonrisa.

Me acerqué de nuevo a él y lo besé. El beso indicado para ser el último.

(...)

—No puedo creer que hayas hecho un escándalo por esa maleta.— dijo cuando abrió la puerta del nuevo departamento.

—Mamá, ¿te das cuenta que ahí venían mis cosas? ¡Todo venia en esa maleta!

—Pero si la maleta está ahi— señaló la sala y si, en efecto. La maleta estaba como si nada en medio de la sala.

—Y como...— no pude terminar.

En ese momento, millones de emociones golpearon mi corazón.

Entró a la sala. Entró con un ramo de flores y con su maleta en la otra mano.

Ya estoy llorando otra vez.

—¿Que haces aquí?— espero que me haya entendido, mi voz no ayudaba mucho.

—No querias una relación a distancia y, tuve que buscar ayuda de muchas personas— decía mientras caminaba hasta mi. En su última frase miró a mi mamá. —Ni mi carrera es tan importante como tú. Te dejé ir una vez a Nueva Zelanda, y a pesar de que fue sólo una actuación, no quiero hacerlo en la vida real.

Era el indicado. Sin duda lo era.

—¿Y se besaran?— nosotros reimos por el rompimiento de tan romántico momento. —Privacidad, lo entiendo. Iré a... desempacar.— y así, mamá desapareció. Dando paso a que nosotros, sellaramos tan lindo reencuentro con un beso.
































F I N ☆

~Big Time Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora