𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 32

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Y así fue, llegaron al gimnacio en un gran silencio, algo incómodo pero no demasiado para ellos.

Cada quien caminó hacia diferentes máquinas que había en el ya dicho, y comenzaron a hacer sus rutinas. Betty, estaba haciendo abdominales mientras que a su lado, Jughead hacia pesas.

Betty suspiró. Estaba cansada, había hecho más de lo normal.

—No te exijas tanto, rubia. —dijo Jughead con una sonrisa.

—No me estoy exigiendo nada. —aclaró sentándose, dejando de hacer sus abdominales.

—Rubia, nunca haces tanto en un solo día. Sueleces hacer diez abdominales, no más de quince.

—Tampoco es tu problema. —soltó, evitando el tema.

—¿porque haces eso? —se atrevió a preguntar mientras dejaba las pesas a su lado, y se acomodaba para mirarla.

—Ya te lo e dicho, no es tu problema.
—repitió.

—Entonces si pasa algo. —aseguró.

—No te metas, Jughead.

Betty estaba rara, otra vez. Claramente estaba confundida, con el. Si tenía problemas, les contaba a sus hermanos, pero este no era el caso en el que les diría a Jacob y David. Tampoco confiaría en Jughead, mucho menos con eso.

—¿pelea con Jacob? ¿Con David?

—ellos son mis hermanos, y los amo. Pero no son lo único en mi vida.
—Aclaró, pero no en un mal tono, tampoco alto, neutro.

—¿Pelea con alguien?

—No.

—¿problemas contigo misma? —este trataba de saber que le sucedía a la rubia.

—No. —parecía que Betty solamente respondía no, pero era el hecho que ninguna de esas cosas era lo que le pasaba.

—¿involucra alguien más?

—Si, pero el problema soy yo. —soltó. Cerró sus ojos fuertemente y suspiró, no quería decir eso, le había dicho mucho en pocas palabras, se le había escapado.

—porque..

Ella no dijo nada, no quería hablar con el sobre eso, sería imposible. Tampoco quería hablarle mal, no como antes. Así que simplemente se quedo callada, esperando a que el comprenda.

Entonces Jughead logró entender, y no dijo nada más por unos minutos. —¿vamos? —se atrevió a decir.

Ella asintió y se levantó. Tomo sus cosas al igual que Jughead y caminaron fuera de ahí hasta el auto. La noche no tardaba en llegar, y llegaron a la casa, en un completo silencio.

—¿Saldran a algún lugar con tus hermanos? —preguntó Jughead mirando a la rubia. Ya era viernes.

—No lo creo, quizás si ellos me dicen de ir a algún lugar, valla. —afirmó mientras bajan de el auto.

Right now | BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora