Era la típica historia cliché, dos adolescentes, el era de otro país e iba a vivir a la casa de ella por un intercambio. Todo fue tan rápido y extraño, Elizabeth jamás imaginaría que Jughead sería la primera persona en la que confiaría de nuevo lueg...
Este mordió su labio levemente, bajo la mirada de la rubia. —si, solo que tu no me has visto hacerlo.
Ningunohabían dejado de caminar, Se miraban mientras caminaban al lado.
La rubia suspiró, para luego tomar aire y soltar su mano. Lo señaló. —¿quieres que ame mi cuerpo? —Jughead asintió, sabiendo lo que ella diría. —bueno, lo haré si tu prometesdejar de fumar.
El negó. —no es lo mismo.
—Salud mental, por salud física.
—Betty, no. —negó nuevamente.
Ella lo miró mal. —si, porfavor. ¿Tu quieres que aprenda a aceptarme? Genial. Pues buscaremos alguna forma de que lo dejes.
Betty volvió a tomarsu mano, y se recostó en su hombro con una sonrisita. —gracias.
—Gracias a ti. —este besó su cabeza, y continuaron caminando, solo que esta vez, en silencio.
Una vez que llegaron a la casa, Jughead miró a Betty. —¿quieres dormir conmigo?
Ella asintió. —vamos a dormir, es muy tarde ya.
Y así, cuando la rubia llegó a el cuarto del chico tomó su teléfono y le escribió a sus hermanos, avisando que no dormiría en el cuarto.
Esta lo esperaba, sentada en la cama mientras el cepillaba sus dientes. —te ves muy bien cepillando tus dientes.
El se giró y la miró con una sonrisita. —te ves muy bien con mi camiseta, con tus piernas desnudas y en mi cama. Esperándome.
La rubiasoltó una risita cuando el se acercó a ella. —creo que es muy tarde para tener sexo.
—Nunca es tarde para tener sexo.
El rió, y la beso, empujandola hacia atrás, quedando sobre ella. Pero solamente hicieron eso, besarse.
(...)
—¿Que hora es? —preguntó Jughead, mirando a uno de sus compañeros.
—¿A que hora te has dormido? Son las nueve de la mañana. Estamos recién en la segundahora y ya te duermes. —rió su amigo. Llamado Richard.
—Como a las tres de la madrugada. —contó. —salí a caminar con mi novia.
—Oh. Sabes, deberías traerla cuando nos reunimos, parece ser una buena chica.
Jughead hizo una mueca. —no lo sé, lo suyo no es eso. Prefiere estar sola.
—¿Tímida?
—Oh, créeme que no es tímida. —negó divertido. —es solo que prefiere relacionarse con las personas que ya conoce, prefiere evitar entablar una conversación con gente que no conoce. —hizo una pausa. —de igual forma, la invitaré cuando nos reunamos, pero no prometo nada.
La rubia suspiró, tirada en su cama, ya habían vuelto del colegio. —¿No es mucha tarea?
Jacob asintió. —si, pero tu has elegido no hacerla en su momento.
Esta lo miró mal. —quiero que me ayudes, no que me retes.
David tomó las hojas de su hermano.— debemos copiarlo.
(...)
Una mes pasó, donde la rubia había pasado haciendo tareas. Estando con Jughead los sábados, y durmiendoabrazada a el. Eran felices juntos, disfrutaban su compañía.
Jessica y Jacob eran pareja oficialmente, y David aún... David aún no sabía que era lo que prefería, y Betty había sido una gran apoyo y ayuda en esos momentos.
Jughead se había hecho muy amigo de sus compañeros, los mismos que habían hecho aquel trabajo junto a él.
Betty llegaba a sucasa, luego de haber logrado pasar de año.
—¿Lo lograste? —preguntó Jughead, al ber pasar a la rubia junto a sus dos hermanos.
Ella asintió con una sonrisa. —te he avisado por mensaje.
El tomo su 5teléfono y miró los mensajes de la chica. —lo siento, estaba charlando con tus padres. —dijo haciendo referencia a Mitchael y Nicolas, quienes estaban en la cocina. —felicidades.
Betty le sonrió y caminó hasta la cocina, para ver a sus padres. —felicidades, cariño. —dijo Mitchael con una sonrisa, mientras cocinaba.
—Felicidades. —habló Nicolas.
David ya había finalizado, al igual que los otros dos chicos. Y ya quedaba poco para el fin de año.
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