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Por la noche, Betty había finalizado su llamada con su hermano.
Habían hablado sobre el nuevo trabajo de los chicos, y como estaba Jacob en Yale.
La rubia suspiró notando a Jughead en línea, sin responder sus mensajes. ¿Porque no entraba nunca a su chat? Dudó en escribir, pero al final lo hizo.
"¿Puedes hacer llamada?" Envió nerviosa, mordiendo sus uñas.
Minutos luego, el entro a su chat.
"Estoy en la sala de espera." Contestó Jughead.
Betty tomó aire, mientras el volvía a escribir.
"Espera, ya salgo afuera y te llamo."
La chica hizo una sonrisa. Quería oír su voz.
En menos se un minuto, su teléfono sonó. Rápidamente atendió.
"Amor." Habló Jughead, sonaba cansado.
"Cariño, ¿como estás?." Preguntó.
"Bien." Aseguró. Aunque su tono de voz de voz decía lo contario. "¿Tu? ¿está todo bien?
"Mhm." Se limitó a decir, recostandose en su cama. "Pero sé que tú no. Cuéntame".
"No es nada, bebé." Tomo aire, mientras caminaba en círculos en el estacionamiento. "Fue tu primer día." Soltó, como si lo estuviera recordando. "¿Como te fue?
"Bien. Tengo... varias compañeras." Contó. Al no oír respuesta tomo aire para volver a preguntar. "Amor, ¿enserio estás bien?
Jughead tardó en responder. "Está muy mal." Dijo soltando algunas lagrimas. "Mi abuelo."
La rubia hizo una mueca de tristeza. Le partía el corazón escucharlo así. "¿Que pasó?".
"Le faltaba el aire." Habló entrecortado, pues las lágrimas eran más fuertes que el. "Y-yo estaba a su lado"
"Jug..."
"No, amor. Yo... estaré bien. ¿Si? Ve a descansar. No te preocupes por mí"
"Jug, no." Negó rápidamente. "Puedes hablar. Desahogate. Estoy aquí."
"Yo no sé que haré sin ellos, Betts." Confesó limpiando sus lágrimas. "¿Que hago?
"Tu debes estar ahí para ellos. Alentarlos. Ellos pueden con esto, y tu también."
"Yo no puedo con tanto solo." Este lloraba con su teléfono en manos. Realmente se sentía mal. "Quiero abrazarte."
"También yo." Soltó evitando sus lágrimas, debía ser fuerte para el. "Pero sabes que no podemos vernos aún"
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Right now | Bughead
FanfictionEra la típica historia cliché, dos adolescentes, el era de otro país e iba a vivir a la casa de ella por un intercambio. Todo fue tan rápido y extraño, Elizabeth jamás imaginaría que Jughead sería la primera persona en la que confiaría de nuevo lueg...