Era la típica historia cliché, dos adolescentes, el era de otro país e iba a vivir a la casa de ella por un intercambio. Todo fue tan rápido y extraño, Elizabeth jamás imaginaría que Jughead sería la primera persona en la que confiaría de nuevo lueg...
Pido disculpas por los cambios de tipografía de este capitulo. Wattpad como siempre me funciona mal, sepan disculpar, traté de acomodar pero posiblemente se me borraría el capitulo.
Al otro día, la rubia estaba tras el mostrador junto a dos de sus amigas.
—Y luego hablamos en la terraza sobre que nos ha pasado en este tiempo. Pero muy por encima, nada de anécdotas ni menos. —suspiró con una leve sonrisa. —hoy lo acompañaré a ver a su abuela.
—¿Vino aquí por ella?
—Si, dijo que venía por ella, pero no podría venir aquí y no visitar a mi familia.
—Tu no lo has olvidado, Betty. Has dicho que sí, pero claramente no lo hiciste, tan solo escondias tus sentimientos
—Yo tan solo... sentí algo cuando lo vi. Pero quizás es nostalgia o extraño porque pasaron siete meses. —trató de justificarse.
—Ella seguirá negandoselo. —dijo una de sus amigas a la otra con una sonrisa divertida.
Betty tan solo se mordió el labio sería.
Horas luego, había salido de trabajar, y habíavuelto a su casa dispuesta a bañarse para irse de ahí sin siquiera almorzar. Habían quedado en encontrarse en una plaza frente al hospital.
Sonrió al ver al chico en la misma de espaldas con sus manos en sus bolsillos delanteros.
Se acercó a el con una sonrisa, sintió como su corazón se derretía al ver el sonrojo de Jughead al verla.
—Ni un minuto tarde. —soltó este sonriente por verla.
—Tu has llegado temprano. —respondió también sonriente.
—¿Vamos dentro? Ella está esperándote.
—¿Tu abuela está esperando por mí?
—Le dije que vendrías a verla. —confesó e hizo una mueca. —ella siempre pregunta por tí.
Betty pensó en cuál sería la respuesta de Jughead hacia su abuela, pues no tenían novedades del otro hace tiempo.
Ambos entraron al hospital, Jughead se acercó a la mujer que estaba como secretaría para dejarlos pasar.
Este la había visto hace unas horas, pero aprovecharían que aún no terminaba el horario de visitas.
—Abuela. —sonrió este entrando a la sala solo.
—Mi niño. —sonrió débilmente.
—Te he traído una sorpresa para que te visite. —guiñó su ojo haciendo que la mayor suelte una risa leve.
Betty entró por la puerta nerviosa, seria extraño. Sonrió dulcemente al ver a la abuela para acercarse. —hola.. —saludó con su mano sentándose a su lado.
—¿Como has estado Betty? —preguntó.
—Pues, he tenido puros meses de independencia, estoy viviendo sola. — contó orgullosamente.
—Que lindo. Es una experiencia muy linda. —aseguró feliz. —¿trabajaste esta mañana?
—Mhm. Trabajo en el café no muy lejos de aquí.
La rubia pudo ver la felicidad de la mujer, eso llenaba su corazón. Supo que Jughead sonreía bobo en la esquina de de la habitación.
La mujer estaba grave, había sido trasladada y no había sido fácil, ella no tenía muchas esperanzas. Ella quería dejar de molestar a su nieto, para que sea feliz y no este cuidando de ella toda su vida.
Un día, había pedido a los doctores que la desconecten, pero no pudo ser posible, sin contar el hecho de que ella no se había despedido aún de su chico.
Una doctora entró a la habitación. —Jughead Jones. —habló mirando al chico. —acompañeme porfavor. —pidió amablemente bajo la mirada de todos los presentes.
Este, sin mirar a Betty y su abuela caminó fuera de la habitación tras la doctora.
La rubia miró a la mayor. —¿le ha pasado algo? —preguntó confundida y algo preocupada.
—Me ha dicho que debía hacerse análisis. No me ha dicho de qué, pero dijo que no eran importantes ni graves. Quizás si tu le preguntas te dirá.
—Tal vez. —se encogió de hombros. Le preguntaría luego.
—Escuchame ahora que no está Jughead. —tomó aire para hablar. —no sé si te ha dicho, pero he tenido meses muy difíciles , el no lo ha procesado bien. Yo... estoy cansada de la situación. -—hizo un silencio. —no quiero seguir arrastrandolo, ni evitar sus estudios. Es lo único que he hecho en estos meses.
Los ojos verdes de la chica cristalizaron. Había entendido a lo que se refería. Era una situación muy fuerte. —¿que quiere decirme con eso?
—Hablé con mis médicos. Me desconectaran el lunes. —murmuró.—tan solo haz feliz a mi niño. El te ama, siempre lo ha hecho. No permitas que caiga en un pozo como lo hizo la vez que su abuelo se fue. —lagrimas caían por sus mejillas. —y si lo hace, sácalo de ahí, ayúdalo. El no merece nada malo en este mundo.
Betty se limpió sus lágrimas. ¿Que se suponía que decía decir o hacer?
—Y-yo... estaré para Jughead cuando más me necesite. —tomo la mano de la mujer. —eres muy fuerte, has luchado increíblemente. —murmuró.
—Gracias. —agradeció con lágrimas.
Jughead entró a la habitación con una sonrisa nuevamente para mirarlas confundido. —¿me perdí de algo?
La rubia limpió sus lagrimas para levantarse. —yo me iré. —suspiró levemente para mirarlo. —¿quieres ir a comer a algún lugar?
Este confundido asintió. —espérame afuera.
Betty tomó su bolso el cual había dejado anteriormente en el mini sofá y salió de ahí, reteniendo sus lágrimas. No sabía que hacer, que decir. ¿Debería de contarle a Jughead? no podía mentirle el resto de su vida, no podía decirle la verdad, y el se enojaria mucho al enterarse que ella sabía.
—Diablos, ¿porqué me lo ha dicho? —se quejó mientras se abrazaba a si misma.
Jughead se posó tras ella y habló. —¿que ha pasado? —su voz sonaba seria.
Ella se volteó a verlo. —tan solo nos emocionamos pensando en que pasaría si ella no estuviera aquí.
—Okey... —murmuró extrañado. No le sonaba muy convincente. —¿iremos almorzar?
—Claro. Vamos, conozco un lugar. —esta comenzó a caminar con el a su lado.
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