𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 36

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—A ti. —confesó con una sonrisa pícara, aunque ella no lo esté viendo.

—¿Necesitas algo de mi, o a mi?
—preguntó divertida.

—A ti, y si me quieres dar algo..

—¿Mi sexo, Jughead? —dijo y se giró quedando frente a frente.

—lo que quieras, rubia.

Ella le sonrió y se acercó a él, sus respiraciones chocaban. —¿y que tendré a cambio yo?

—Todo lo que quieras. —soltó mirando sus labios.

—lo pensaré. —dijo y se giró para sacar algo de la heladera.

Jughead sonrió de lado, y salió de la cocina para ir a sentarse con David y Jacob.

—¿Como la han pasado anoche?
—preguntó curioso Jacob.

Jughead sonrió inconscientemente, recordando lo que había sucedido. Fue a hablar, pero David se le adelantó.
—¿Que te paso en el rostro?

—Eso estaba por contar. —dijo y se acomodó en el sofá. —un chico.. —este hizo una pausa para mirar si Betty estaba ahí. —quiso llevarse a Betty, y ella no quería. —Jacob y David se miraron, sus mandíbulas se tensaron.
—y justo lo vi desde una barra, me acerque y lo golpee. Claramente el me devolvió el golpe, pero no pasó nada más. —aclaró.

—Imbeciles. —soltó David.

—gracias, Jughead. —agradeció Jacob.

—esta bien, chicos.

(...)

Jughead estaba tirado en su cama luego de almorzar, pensando en.. en la rubia. Su teléfono sonó y este lo tomó.

—¿La rubia?

Era un mensaje de jessica.

—Si.

—No te hagas el misterioso,
cuéntame.

—Te veo en la esquina de la casa, en la cafeteria.

apagó su teléfono para así, cambiar su ropa y luego de unos largos minutos caminar hasta donde habían acordado.

—Hasta que llegas. —dijo esta.

—Exageras.

—Cuentame y deja de chillar.—río mientras se sentaban en las sillas de afuera. —creo que es interesante, dado a que no quisiste decirme por teléfono.

—anoche salimos nosotros, solos. Jessica alzó una ceja divertida. —porque sus hermanos no querían salir, yo queria y ella también. Estaba desde ese día divirtiéndose conmigo. Pero luego me dijo que baile, que ella lo haría, fue hasta la pista, pero yo no —ella asintió. —y cuando menos lo noté, un chico trató de aprovecharse, lo golpeé, me golpeó y luego fuimos a la casa, se sentó en mi regazo para curarme las heridas. —Jessica abrió su boca pero la cerró de inmediato. —y cuando quise acordar, estaba pidiéndole permiso para quitar su blusa en mi cuarto.

Right now | BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora