Era la típica historia cliché, dos adolescentes, el era de otro país e iba a vivir a la casa de ella por un intercambio. Todo fue tan rápido y extraño, Elizabeth jamás imaginaría que Jughead sería la primera persona en la que confiaría de nuevo lueg...
Betty estaba en el aeropuerto, dirigiéndose a sus dos hermanos los cuales la esperaban junto a Jessica.
Sonrió a boca cerrada al verlos. Se acercó a uno de ellos y lo abrazó.
—Te extrañamos. —confesó david mientras se separaban del abrazó.
Esta abrazó a Jacob y le sonrió a Jessica para darle un leve abrazo.
—¿Como ha estado el vuelo? —preguntó David, una vez que ya estaban en la camioneta de su hermano.
—Bien. Dormí. —confesó con una sonrisita leve.
Jessica, quien iba en los asientos traseros junto a ella tocó su hombro con una sonrisa. —¿conociste a los abuelos de Jug?
La rubia la mirócon una sonrisa. —si, y son muy amables. —confesó. —te amarán.
Ella soltó una leve risa. —hablé con el, y ellos están mejor.
—Estos días mejaroran. —aseguró.
—¿Los abuelos de Jughead? —habló Jacob, quien conducía.
—Si, ya están mejorando.
La rubiatomó su teléfono para no ver mensajes de su novio, así que fue ella quien le habló.
"Cariño, he llegado" "Estamos llegando a casa" "¿Como estás?"
Envió un mensaje tras otro, para apagar el teléfono y recortarse junto a la ventana. Sonrió mirando por el reflejo a sus hermanos molestarse mutuamente.
(...)
El teléfono delpelinegro sonó. Sonrió al ver el mensaje de su novia y entró al chat, dejando a su abuela hablando sola.
—Jughead. —murmuró la mujer.
Este, continuó escribiendole a la chica.
"¿Como ha estado tu vuelo?" "Yo estoy bien, estoy con mi abuela en el hospital" "¿Como estás tú?, supongo que has llegado a la casa"
Un suspiró de la mayor lo desconcentro para mirarla con una sonrisa, dejando su teléfono a un lado.
—Era Betty. —se excusó sonriendole.
—¿Ha llegado?
—Si.
Esta lo miró a los ojos, conociendo a su nieto. Miro a todos lados, en busca de alguien pero no habíanadie, por lo tanto, prosiguió.
—¿La amas demasiado?—se atrevió a preguntar.
Jughead jugó con sus dedos, con su cabeza agacha para asentir sin mirarla.
—¿No han terminado por la distancia, cierto?
—Decidimos continuar así. —murmuró.
—Levanta la cabeza y háblame porfavor, no te avergüences.
El levantó la cabeza, algo sonrojado.
—¿Tu que crees? ¿funcionaremos?
Ella tomóaire para hablar. —conozco poco su relación y como se llevan. —hizo una pausa. —pero yo no soy la que debería opinar ni decirte "duraran mucho o poco" porque eso lo determinarán ustedes.
Jughead hizo una mueca, sin entender exactamente a qué se refería. —¿que?
—Es depende de como puedan llevarse, de que tan fuerte sean, de como sean ustedes mismos. —aseguró.
—Yo no quiero terminar con ella. —confesó. —realmente, no quiero separarme.
—Debes dar todo por ella, por su relación.
—Siempre y cuando ambos demos de nuestra parte, funcionará. —aseguró recordando lo que una vez su abuela le habíadicho.
—Exactamente, mi niño.
(...)
—Hola, mi amor. —soltó la rubia unavez que su novio habíaentendido la llamada telefónica.
Jugheqd dejó su teléfono en su mesa de luz para luego recostarse en su cama con una sonrisa. —hola cariño. —soltó.
—¿Como estas? ¿Como fue tu día? —preguntó mientras entraba a su baño, con su teléfono entre manos.
El sonrió escuchando su voz. —estoy bien, mi día a sido... normal. —esto ultimo lo dijo en forma de pregunta.
—¿Si?
—Si, Betts. —hizo un silencio mientras tocaba su pelo. —es extraño, saber que no estarás a mi lado en toda la noche...
La rubia hizo una mueca, bastante dolida. —es triste. —asumió.
—Si, lo es... —tomo aire. —¿tu? ¿Como estás, como ha sido tu día? —este bostezó de cansancio.
—Pues... cuando llegué, vine a casa y estuve con todos, incluyendo a Jessica. —confesó. —y luego ya cenamos y vine a mi cuarto para dormir.
—Un día normal. —murmuró el. Cerrando sus ojos ante el sueño.
La rubia sonrió al sentir su voz cansada. —te amo. —aseguró mientras salía de su baño dispuesta a acostarse.
—También yo. —volvió a responder en un murmuró, para caer dormido.
Betty, sonrió para cortar la llamada y sonreír tristemente.
Hace cuánto tiempo no duermo sola... pensó.
Negó para poner su teléfono a cargar, y darse la vuelta, directo a dormir.
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