—pero si estás perfecta— dice Dereck y Herman.
Aquí comienza la batalla.
—gloriosa.
—divina.
—diosa.
—perrisima.
—sacada de los Olimpos.
—sacada del cielo.
—sacada de una película.
Salgo de la habitación con solo mi teléfono, no me los voy a aguantar.
—vamos mi querida esposa— dice mi jefe tomando mi mano.
—no me agarres de la mano— frunce el ceño —que no— me suelto —ademas es prometida mañana es la boda.
Bajamos las escaleras —por cierto estás hermosa.
Su comentario hace que en detenga y lo vea —ja ja, se está metiendo en el papel del esposo mentiroso.
Bajo molesta las escaleras, obvio el dios griego de mi jefe, que a salido con todas tipos de modelos me dice hermosa a mí, esa palabra es como si fueras la flor más hermosa y llamativa de un jardín algo que no viene para mí.
Se pone a mi lado, debe actuar en una película porque encerio es un buen actor casi me lo creo solo recuerdo que es perfecto físicamente y supero su actuación.
—Rosellia— se acercan mis primos, se casaron a los 15 porque sus padres tenían un acuerdo de empresas, si ambos no se casaban todo el dinero y las empresas quedarían para un orfanato, pero intentan actuar que se aman pero son verdaderos conmigo y no fingen.
—mis dos primos, casados por obligación a los 15 años, por empresas y dinero que si no lo hacían iban a darlo a un orfanato, conmigo se comportan y pelean como sí nada — digo rápido para que sepa mi jefe de una vez.
—mi linda primita— dice mi primo — este es William Schneider.
El como siempre con cara de poker le da la mano —un gusto.
—¿Tú, con alguien?—dice su esposa que me cae más que bien, ella y yo éramos compañeras de clases — por cierto, estás hermosa.
—es mi esposo— sonrío, lo tomo de la mano —si quieres que lo haga dímelo— le susurro y beso su mejilla.
Me pongo normal otra vez, ese hombre hasta con tacones debo ponerme de puntillas para poder darle un beso.
Ellos abren los ojos y la boca —¿Tú? ¿Con esposo? ¿Después de...? Esto es increíble.
—no se preocupen, ya sé que está aquí— debo ganarme un Oscar, tratando de disimular que tu ex no te importa.
Ja por supuesto que a todas nos importa.
—lo lamento, debe ser duro— dice mi primo.
—es el pasado, sí estubo conmigo ese día pero nada más— digo sonríendo falsamente.
—nos tenemos que ir pero por cierto el nuevo socio está guapo— me guiña el ojo despidiéndose.
—eso si es verdad— le guiño el ojo y ríe, nuestros esposos por contrato solo nos lanzan miradas asesinas —si está guapo hay que decirlo— nos defendemos ambas.
Ambos de van —¿Cuál socio? Estás al frente de tú esposo.
—mi esposo es celoso— digo divertida y el frunce más el ceño —tranquilo solo tengo ojos mi amado esposo.
—si eres infiel yo puedo serlo— me susurra.
—atrevete y no me caso.
Se acercan los chinitos y mi prima al lado de su prometido —pero si te queda perfecto sabía que te iba a quedar así— dice mi prima feliz por su elección.
—debiste cambiar mi clóset de una vez.
—perdon vinimos ayer y solo compré mi vestido y el tuyo— ella trae un lindo vestido verde con pedrería.
—necesito salir de compras.
—puede acompañarte tu esposo— me propone ella.
—me parece una gran idea — dice el viéndome a los ojos.
Asiento.
Si ya odio salir de compras contigo será una eternidad.
La noche pasó con todos cantando, comiendo –algo que no hice– porque me siento mal desde hace un largo rato, pero ahora vamos a salir para que todos vean las flores de la noche.
Todos me ven fijamente con mi jefe y encerio creo que el centro de atención en vez de los comprometidos, que por cierto llegamos tarde y ella ya tiene el anillo pero lo grabaron así que ví como lloraba y lloraba, como me pude reír.
Después del lindo rato ahí con las flores ahora en siento peor, la cabeza en va a explotar, el dolor de estómago es insoportable, más que siento que todo da vueltas. Camino dejando a todos atrás, mi jefe corre a mí. Subo las escaleras, ellos ya se acomodaron en sus habitaciones y mi jefe tendrá que dormir en mi misma habitación. Abro la puerta y el entra, la cierro con seguro, busco una pijama de peluche que tengo, me cambio, salgo del baño y me acuesto en la cama. No sin antes tomarme mis pastillas, me cubro toda.
Mi jefe se acuesta de un lado —¿Que haces?.
—umm dormir— dice obvio.
—sin camisa y en mi cama— le digo obvia también.
Se levanta pero lo tapo con la sábana no quiero ver su perfecto abdomen —¿Cómo crees que voy a vivir?.
Lo miro incrédula —porque si no puedo tocar a otras mujeres ni besarlas, debo tocar a mi esposa algo que no puedo hacer ya qué la mujer no quiere que lo haga.
—son cinco meses, además si tú te enamoras de...
—¿Ti?.
—no iba a decir eso, eso no pasará, pero ajá déjame terminar. Si tú te enamoras de otra persona no tienes nada conmigo real así que puedes ser libre con ella, podemos poner en el papel de casamiento esto “si llegáramos a tener relaciones tu y yo, estaremos casados realmente" no solo un contrato si no ya como esposos como tal y si no quieres casarte conmigo de manera real entonces no me toques, las mujeres nos controlamos ustedes no.
—me parece un trato bastante acorde, acepto, esposa falsa.
Me ofende que no quiere casarse de verdad conmigo, yo lo haría, es apuesto y seguro me trataría bien.
Me olvido de eso, no puedo pensar ahora en eso porque el claramente no lo quiere hacer conmigo.
Me acomodo y a dormir se a dicho.
ESTÁS LEYENDO
el beso del infierno
Romance¿besar a lucifer? ¿besar a mi jefecito? nunca digas siempre. siempre me comportaré bien, patrañas de niña de 10. ahora que tengo 21, ahora me estoy dando cuenta que soy un desastre, todos se burlan de mi vida, pero tengo un detrás de esta cara. -¿qu...