capitulo 32: era una broma.

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Seguí hablando pero no dice nada. Está despierto pero no dice nada.

Agarro mi almohada y me encierro en mi armario, tengo un sofá aquí y hasta comida. Es un mi cuarto, así lo quise, ya que se abre con huella y solo tres personas pueden entrar, mi abuela, mi hermano y yo por obvias razones mi perro también.

Me acuesto en el sofá cama y listo.

Yo quería hablar y el no quería así ¡Que duerma solito! Cómo me puede engañar con una rubia y también puedas...espera...la chica que estaba en la casa era rubia y tenía mucho busto.

Uy ese...lo asesino.

¡Que vamos hablar! ¡Que hable con Dios para que sane su mente! Pero verdad no se hablan ¡Es Lucifer!.

Me quedo dormida pensando en todo esto.

***

Salgo del closet con mi pijama de Bob esponja. Bajo las escaleras sin fijarme si está o no mi jefe.

-buenos días a todos- digo yo.

-son las 11 así que buenas tardes casi- se burla Raina.

Sí que dormí.

Subo de nuevo las escaleras. Tengo algo que hacer a las 12 así que mejor me apuro.

Entro y mi jefe está saliendo de bañarse. Entro al armario y busco algo que ponerme. Veo el conjunto perfecto, una falda roja arriba de rodilla con pocas flores blancas, más un crop top rojo igual con unas tres flores blancas más o menos, con un nudo que deja ver un poco mi abdomen, más las mangas caídas abajo de los hombros largas.

Me recojo el cabello, me maquillo natural y me pongo un labial rojo.

Busco los lentes para el sol y salgo del armario o closet.

-buenos días- dice ya sonríendo mi jefe.

Es que es un bipolar.

Me siento en la cama para ponerme los tenis blancos. Mi mamá entra a la habitación -¿Vas a salir?- me pongo de pie y me mira arriba abajo -no estás tan cambiada.

-¿Que quieres antes de salir? Porque vengo tarde- le voy avisando. Porque luego anda con lo que es su casa sus reglas y debo avisar le.

-¿A dónde vas?- aquí viene.

-voy a una comida con amigo, ¿Algo más?.

-¿Por qué no llevas a tu esposo?- encerio que eres una....uy.

-no, voy sola. Punto, no va a ir conmigo- me cruzo de brazos.

Le susurra algo y sale de la habitación, cierra la puerta -estoy tratando de llevar la fiesta en paz pero no puedo.

-¿Lo estás tratando? ¿Encerio? Porque no veo cambios. No vas a ir.

-seguro con ese es con el que te vas a acostar.

Listo no quiero más de el.

Voy hasta la puerta pero el me detiene -me tienes que decir si vas o no acostarte con el.

-¿Si lo hago qué? ¿Me vas a encerrar o mucho mejor me vas a violar? Suéltame- estoy muy molesta que dije eso pero no creo que lo haga.

El me suelta impresionado por mis palabras. Salgo de la habitación, bajo las escaleras y salgo de casa.

Encerio no quiero pelear pero es que saca mi peor lado.

Eduard me lleva hasta el lugar que me gusta visitar cuando vengo en secreto.

Nos bajamos y entramos al hermoso lugar. Las paredes tienen mis pinturas en ellas, corren todos a mi.

Me siento en tanta alegría cuando estoy aquí, nadie sabe de este lugar y mucho menos que es mío, mi familia se vuelve loca. Me siento en le piso a jugar con ellos y con Eduard.

Ambos nos quedamos jugando un rato con ellos.

Este es mi lugar especial, siempre vengo cuando me siento mal, cuando quiero despejarme.

Después de unas cuatro horas jugando ya es hora de cambiar a maternidad. Veo a los bebés recién nacidos, ya con sus meses y es perfecto, son perfectos.

Agarro a una pequeña, es tan gordita, tan hermosa, su delicados pies, sus cabellitos rubios.

La dejo de nuevo en su cuna.

Después de dos horas viendo las historias de cada bebé, ahora ya me toca ir a casa.

Viendo tok tok ayer se me ocurrió hacer uno, tengo labial rojo, tengo todo, así puedo hacerle una pequeña bromita.

Más que todo debo meterme en mi papel celosa.

Llegamos a casa. El me cuenta un chiste, me río solo por lo malo que es, es tan malo que da risa.

Entramos riendo a la casa -aqui está en su palacio sana.

-gracias mi plebeyo.

Baja de las escaleras mi abuela y también mi jefe. Me acerco a el como para darle un abrazo y le doy una cachetada -¿Quién te hizo eso?- digo molesta.

Limpio mi mano en mi vestido disimulada.

El me mira como si fuera una loca-¿De qué hablas?.

Señalo el beso -¿Quien te hizo esto? Yo no te e besado- señaló su mejilla.

Baja y va directo al baño. Todos pendientes de lo que hacemos, hasta esta grabando mi tío.

-te juro que no sé- se sigue viendo en el espejo -tu hoy no me besaste y nadie me a besado la mejilla hasta donde recuerde- me mira -te juro encerio que no sé que es.

-un beso - digo obvia -¿Por qué me mientes? Los besos no vuelan, hasta donde yo sé no te dejan marca esos beso en el aire.

El ríe -pero mi bebé te prometo que nadie me a besado, encerio que no.

-¿Cómo qué no? Yo no fuí tú primer beso, no e Sido a la única que besas así que de besar si lo has hecho.

Vuelve a reír -¡Mujer pero no hoy! Es que ni a ti.

Se acerca a mí -mi bebé, encerio que no hay razón alguna para que te molestes encerio que no. Entiendo porque no me crees pero encerio que no.

Me comienzo a reír como loca -era una broma, si fuí yo solo que no con los labios- le muestro mi mano y el frunce el ceño -bese mi mano y cuando te di la cachetada quedó ahí el beso.

-eres una....- me gruñe -¡Yo aquí muriendo lentamente y Tú!- me señala -haciendo bromitas.

-era necesario, me dejaste hablando con la pared ayer.

-cuando te resfriaste yo quería jugar y tú querías dormir.

También en nuestra primera vez.

-es diferente, tú no me hablaste. Yo té hablé.

-para mi Instagram, pelea de esposos- dice riendo mi tío Carlos.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora