capitulo 43: Boston

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—anda por fa— hace puchero. Niego. Ella me chilla —¡Vamos!— le echo una mirada y ella hace como cerrando un cierre en su boca y se calla.

—mi bebé no es así— reclama mi jefe, veo sus nalgas bien formadas y me dan ganas de ñam ñam, hacerle el cangrejo y pellizcar las.

—¡Vámonos!— le dije a esos dos.

Caminamos hasta el jet privado de mi jefe, pero los paparazzi vienen a mí.

—¿Son pareja?—

—¿Están en una relación?.

—¿Son ciertos los rumores que son esposos?.

Iba a decir algo pero mi jefe nos lleva al jet y el se baja para hablar. El se ríe con ellos —¿Entiendes algo?— me pregunta.

—debo estar más cerca para leer los labios, estoy muy lejos— le digo.

Todos sé van y él se monta de nuevo.

Me acuesto en el jet a dormir, ahora tengo más sueño de lo normal, ahora entiendo mis antojos, pero falta mi prueba de sangre.

La voy hacer en secreto y luego es que yo le diré el resultado a mi jefe.

El señor William sigue siendo lo mismo serio pero conmigo se comporta muy risitas aunque desde la última semana con su padre me trata... diferente.

Tal vez el embarazo me está haciendo ver cosas donde no hay, todavía tengo mi duda de quien es esa que fué el otro día a la casa.

Me quedo dormida de tanto pensar.

Me despierta al rato Ángela para poder dormir conmigo.

Así pasamos todo el viaje ella y yo durmiendo abrazadas.

***

Yo inventé una excusa para salirme de la casa, Érica que se vino un día antes me estaba llamando para algo muy importante de mi sobrino, ella en realidad me va a acompañar a hacer las pruebas de sangre.

Llegamos a la clínica y odio que me saquen sangre, si sale positivo haré una cita con la ginecóloga y luego de la ecografía es que le digo a mi jefe sobre esto.

Aunque lo comenzaré a llamar mi esposo, después de todo lo es, si él y yo teníamos relaciones seríamos esposos.

Aunque el anillo no me guste, no lo eligió el, fué sin amor pero estoy casada con el nombre del cual estoy enamorada por primera vez en mi vida.

Veo nerviosa a mí mejor amiga y ella me sonríe —seremos madres muy pegadas.

—tengo 4 meses así que pegadas en realidad — ella abre la boca.

—¿No sé volvieron a acostar?— me pregunta ofendida.

—era una apuesta.

Sigo caminando y ella va insultando al padre de su hijo y también a Herman más a mi esposo...no mi jefe y punto.

Entro a la enfermería y ahí me sacan las sangre, yo tengo que ver cómo sacan mi sangre para no desmallar me o si quieren que chille y me mueva entonces volteen mi cara.

Ella me sonríe y me dice que listo, que bueno que aquí todos saben lo que a mí me hace bien y no en hace desmayar.

—los resultados se lo daremos el viernes de la próxima semana— es domingo así que bueno...no es mucho pero los quiero ya.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora