el beso del infierno

capitulo 51: ahora te quedarás Aquí

Abro mis ojos y la luz hace que me escandile. Los cierro de nuevo y los abro despacio.

Recuerdo todo lo que pasó y entra la doctora —¿¡Cómo están mis bebés!?— digo desesperada.

—entraste en un coma— ¿En qué año estoy?.

—¿Cuánto tiempo?— ¿Otra vez?

—5 años— me dice Érica.

Abro los ojos.

Mis niñas tienen 5, entonces ¿Quién las cuida? ¿Ya sé casó William?

La doctora ríe —tan solo una semana, tranquila, las bebés siguen adentro de tí.

Cómo respuesta me patean ambas —ahi están— digo satisfecha.

—eres una abusadora— le digo a Erica y ríe con Dereck.

Me dan unas flores y las dejan en el mesón.

—¿Que pasó?— pregunto.

—casi tenías un aborto— abro los ojos, mi corazón se detiene —te dije que no puedes molestarte.

—¡Me dijo que ojalá abortara a mis niñas! — mi voz se corta —tan solo de pensarlo...no quiero que pase, ella no podía hablar así de mis bebés y luego irse como si nada.

—¿¡Que te dijo qué!?— responde molesta la doctora y Érica.

—yo lo escuché, encerio se lo dijo— apoya Dereck.

—hola— toca la puerta pero entra sin que nadie diga nada  de oye puedes pasar —¿Despertó?.

—¡No para verte!— le digo enojada.

Pero mi corazón late más rápido la verlo, la máquina esa del corazón ¡Controlate!

—¿No va muy rápido el corazón?— dice preocupada Érica.

—no te estreses— me dice la doctora.

Respiro de mala gana.

—largo de mi vista— recapacito mis palabras —no mejor de mi vida, sería más sencilla— susurro lo último.

—¡Tienes a mi hijas! No pienso irme porque tienes a mi sangre dentro de tí, porque créeme que por gusto no estoy aquí.

Eso hace que el enojo pase a Tristeza.

—¿Que tienes?— me dice la doctora —todos fuera y luego entran, necesito hablar en privado con ella.

Todos salen menos William —salte o no entras por gritarle— sale de mala gana —¿Que tienes?.

— es él, cuando lo veo mi corazón se acelera, cuando me dice esas cosas, me doy cuenta que solo estaba conmigo por las bebés...pero estoy enamorada, por eso se reduce la velocidad de mi corazón, es sentimental, lo digo no porque no lo quiera ver, si no porque me hace daño.

—ahora te quedarás Aquí hasta el nacimiento de tus bebés.

Asiento.

—¿Quieres que lo eche?.

—si usted lo cree las seguro para mis bebés hágalo, pero si es lo mismo déjelo, como usted crea que sea mejor.

—ya vengo.

Ella sale y me siento a contestar la llamada de Ferdinad, la pongo en altavoz.

—¿Estás bien? Me dijieron que estás en el hospital.

—estaba en coma desde hace una semana, pero ¿Vas a venir?.

Entra Dereck y Herman, atrás Érica y Wiliam.