capitulo 28: esos dos.

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—¡No!— exclama el niño del sofá.

Me acerco a el —¿Que pasa?.

—no hables que me interrumpes el juego— sigue con su jueguito.

Desde hace dos horas está con ese jueguito hablando con sus amigos señores empresarios en realidad son unos niños empresarios.

Se ve tan sexy con su torso descubierto, unos joguers color gris y su cabello rubio desordenado, su barba no tan larga pero ya está creciendo más, sus pies descalzos y ¿Ya dije su abdomen? Es que encerio está para comerlo.

Entro al baño para cambiarme. Me pongo un joguer justo gris para estar combinada con mi jefe, me pongo un crop top tejido que deja ver mi abdomen y un poco mi busto.

Salgo del baño, me quedo en la puerta con los brazos cruzados para ver jugar al bebé que tengo como “esposo”.

—me voy a dormir pero contigo jugando no puedo— el voltea a verme de arriba abajo y frunce el ceño.

Voltea y sigue jugando.

Encerio quiero dormir y el quiere solo jugar.

Me paro al frente del televisor, el se mueve para verlo y también me voy moviendo con él, el me gruñe —que te quites.

—que me dejes dormir— digo en su mismo tono.

—quitate.

—asi no se trata a tu esposa.

Frunce más el ceño —que me dejes ver mi juego— masculla.

Busco algo....esto, tomo la secadora de cabello y se la pegó en la cabeza varias veces y se levanta más molesto.

Dejo caer la secadora y salgo corriendo —ven aquí Angelina— bajo las escaleras corriendo.

Me encuentro con todos ahí en la cocina pero yo sigo corriendo y voy detrás de mi suegra riendo.

—¡Angelina ven aquí miedosa!— me dice molesto y corro por toda la cocina.

El me agarra por detrás.

—¡No!— exclamo riendo.

—te quedas aquí y me dejas jugar en ¡Paz!— se va y me deja sentada.

—esos dos— se burla mi suegro y cuñado.

Me levanto y subo las escaleras.

Tengo sueño....tengo sueño...y tengo más sueño.

Entro a la habitación, el no me escucha por sus audífonos. Ya sé.

Me paro al frente de el y frunce el ceño, le quito el teléfono de encima, me siento en sus rodillas, para luego subir hasta su pecho y hacerme bolita en su pecho, pongo mi cara en su cuello.

Su embriagante perfume entra por mis fosas nasales. Sus manos se posan en mi tracero para poder jugar, el está tan concentrado en su juego que ni me presta atención.

Dejo un beso en su cuello tierno.

Cierro mis ojos para dormir.

Sus acaricias hacen que abra los ojos, sus ojos me ven como los míos a el.

—buenas noches a todos, voy a dormir— se quita los audífonos.

Sus manos siguen en mi tracero, me acomodo más como bolita en su pecho pero el me quita.

Me pongo de pie, si el me tira pues adiós, doy unos pasos pero soy interrumpida por su mano en mi muñeca.

—no dije que te lenvantaras.

—tu no decides que hacer conmigo, yo misma lo hago— estoy un poco molesta porque solo me acomodé y el me quita.

—no te quité, te iba a acomodar pero te levantaste antes que lo hiciera.

Se sienta en el sofá y me atrae con el, me sienta arriba de él.

—¿Sabes que te ves inrrecistible mente sexy con esa pijama no pijama?— me dice viendo descaradamente mi top.

—¿Te gusta lo que ves?.

—me gusta.

Me pega más a él, estoy arriba ahora de su entrepierna —no sabes cuanto en este momento quiero follarte.

—no e dicho que no quiero que lo hagas.

—me vas hacer lo mismo que la otra vez dejarme caliente— me quito el top.

—por favor hazlo— le ruego.

—¿Segura?— asiento —dilo.

—que sí.

Sus manos posan en mi tracero, acerco nuestros labios pero es el quien me besa, con una mano la pone en mi cuello, mete su lengua en mi boca. Nuestras lenguas tienen un baile mientras sus acaricias por mi espalda se quitan.

Se separa de mí...mi dios lo va a hacer, se quita la camisa por el cuello, me encanta cuando hacen eso.

Su hermoso abdomen que estaba descubierto, hace unos 20 minutos estabas tapado por una camisa que ahora no existe.

Me toma de los glúteos, se pone de pie, enrollo mis piernas en su cintura, así estoy más alta, besa mi cuello haciendo que algo dentro de mí que no había sentido nunca. Nos recostamos en la cama, el se baja el pantalón y bóxers de una vez.

Me quedo viendo su hermoso cuerpo.

—¿Te gusta lo que ves?— me pregunta como yo lo hice hace unos minutos.

Me apoyo con los hombros en la cama le doy una repasada de pies a cabeza —me gustará más arriba de mí.

Muerdo mi labio —cierra la puerta— el la cierra con seguro y veo sus nalgas.

Me provoca darle una nalgadita, son como las de un bebé, adorables y mordibles.

Se pone encima de mí —¿Mejor?.

—por supuesto.

El sonríe —¿Sabes que después de esto estamos realmente casados?.

—entonces vamos a dejarlo así— me siento en la cama —porque si no quieres...— sus dedos de introducen en mi entrada.

Toma de mis piernas y me baja hasta a él —serás mía— sus dedos hacen fricción con mi parte íntima.

Sus dedos están en mis paredes, su movimiento es delicado pero va aumentando, quiero más... necesito más pero no voy a decir nada. Sus dedos van más rápido y me hace solar un pequeño gemido, siento que voy a llegar al punto y su movimiento es aún más rápido.

Saca sus dedos —¿Quieres que te folle?— asiento. Lo que me está haciendo sentir no es normal, no lo había sentido, mi corazón va a mil, estoy nerviosa pero sé lo que hago —dilo quiero que me folles.

—quiero que introduzcas tú pene en mi vagina, quiero que me dejes sin caminar y quiero que me folles como ninguna otra— digo viendo sus hermosos ojos.

En este momento no tengo miedo de sus ojos, no tengo recuerdos, no tengo nada más que deseo y quedarme así con el para siempre.

Subo mis piernas abriendo mucho mi entrada para que pueda hacerlo cuando quiera —no sé que tienes pero voy a follarte como ninguna otra vez.

Su intimidad entra a la mía, lo siento dentro de mí, tengo una leve incomodidad y el no se mueve —¿Quieres que siga?.

—hazlo— sus movimientos son lentos mientras acaricia mi abdomen.

Comienzo a sentir un poco de placer —mas rápido— pido y sigue mis órdenes.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora