capitulo 6: la NASA viene por mi

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Angelina POVS.

—¿que haces?— pregunta mi mejor amiga.

—desafiando la gravedad, el espacio, las matemáticas, el tiempo, la ingeniería, la NASA, el aire y el espíritu santo— explico yo moviendo mis manos.

—aqui no se aceptan aptos diabólicos— dice la voz detrás de mi del jefecito.

Con los que usted hace creo que ya estamos de sobra.

—estoy invocando a la virgen de los abdominales para ver si le quiere dar unos a usted, está gordito— digo seria y el frunce el ceño y se va corriendo.

Suelto una carcajada —¿Se irá a ver al espejo? Lo hará— afirmo riendo.

—lo tienes loco, pero te dejó mucho trabajo así que mueve esas pompis.

Me siento en mi escritorio, entra una chica a esperar a mi jefe, cuando el se digna a regresar la ve —¿Que haces aquí?.

Le da una carta la lee y la ve, viene a mi escritorio y ¡No lo hagas! La mira y la corta con una tijera.

Mi dios ¡Ahora siento lo que yo le hacía a los niños del prescolar!.

—ay lo lamento tanto, el señor no está de humor — digo levantándome, acomodo mi falda y lo encierro en su oficina y me mantengo en la puerta, el quiere abrir pero no lo dejo —encerio mil disculpas, es que sabes que a veces uno se para con la rabia a mil...—ella solloza. Sale corriendo y quiero matar a mi jefe.

Le abro la puerta y está molesto —¿Por qué me encierras?.

—¡Usted me va a escuchar!— cierro la puerta detrás de mí, lo amenazo con el dedo y le lanzo una mirada matadora —usted la hizo llorar, se fué corriendo, y siga algo ofensivo, que el va a ir mal. Con un simple “no siento lo mismo por tí” le bastaba, no romperle la carta y a la vez el corazón, es que ¡Usted me va a escuchar! No volverá a faltarle el respeto a una mujer en su vida.

Me cruzo de brazos molesta. Le gruño —despidame si eso lo hace feliz— abro la puerta y ahí está parado a mí, me quedo quieta donde Estoy.

—¡Angelina!— exclama mi jefe, me agarra —¡Busca agua estúpido!— reacciona y sale por la puerta.

Es real ¿Si o no? Quiero que sea un sueño.

Entra de nuevo —que manera de conocerlo— digo yo. Me pongo de pie, mi jefe me agarra de la cintura preocupado —los dejo solos.

Salgo de su oficina. Veo mi mejor amiga y ella se está mordiendo las uñas —¿Que hace aquí?.

—es....— no termina porque la puerta de abre y sale el, me da una sonrisa y se la regreso, se acerca a mi mejor amiga y se despide con un beso.

Se acerca a mi y besa mi mejilla —deberiamos hablar en el parque de siempre 6pm— me susurra y besa mi oreja y se larga.

Frunso en ceño —¿Y, esté que se cree besando mi mejilla?— me cruzo de brazos y gruño.

—pronto sabrás que hacía aquí— me dice mi mejor amiga, en susurro porque sigue mi jefecito afuera.

Seguimos trabajando, veo unos papeles y me imagino que son importantes, me levanto y toco la puerta, escucho que puedo entrar y lo hago —creo que es un permiso de construcción en una de sus áreas no lo ví, pero parecen importantes — me ve y ve la carpeta, se la dejo en la mesa y salgo de ahí.

No quiero que diga o pregunte algo sobre el. No quiero hablar de él, es una etapa superada, superada.

Me siento agotada en la silla giratoria. A las 6 pm, no sé si deba, han pasado años así que tal vez se superó esa etapa pero quiere hablarlo.

Necesito ir al dichoso parque.

En las oscuridad de la noche camino por la calle.

La NASA viene por mí.

Lo veo sentado y cuando el ve sonríe. Me siento a su lado a mirar el parque.

—sabes...te extrañé.

Me quedo en silencio.

—estas hermosa.

Me volteo para mirarlo —lamento no darte la misma información sobre tí. Cuando a mi me dejes de gustar, nadie más gustará de tí, porque tengo gustos tan feos que solo los cometo una vez. Esas fueron mis palabras hace años, ahora digo lo mismo pero en cambio que me dejaste de gustar.

Me levanto de dónde estoy —adios, vine a solo decirte eso.

Me largo de ahí.  Las calles frías es lo único que veo, no hay nadie en la calle, con mis pintas espero no ser secuestrada.

Van a vender mis órganos en el mercado negro.

Entro por una calle que en mi vida había visto, veo a unos hombres son 3, me volteo y sigo mi camino.

¿Por qué rayos mi instinto y mi reflejos no fallan? Quiero voltear pero siento que me persiguen.

Doy la vuelta en la esquina pero me agarran del brazo, me voltean, el hombre me ve con esos ojos que hacen que mi respiración sea agitada, crezca un nudo en la garganta, siento que su mirada me está dando más miedo de lo común.

Los otros dos chicos también me ven como el ¡Estoy jodida! Los ojos verdes vienen a mí, su rostro viene a mí, y no es mi jefe, por esa razón me intimida tanto.

—quiero tu teléfono— no.

—no tengo ni bolsa — no traje nada solo las llaves de mi departamento y están en mis pompis.

Me agarra más duro del brazo. Su mirada penetrante en mí, no puedo dejar que esto pase.

Un carro se estaciona, suelto mi brazo y me pongo en posición, un pieza detrás del otro, los puños bien formados y le golpeo partiendo su nariz, los otros dos vienen a mí, uno me ahorca, el otro es derribado. Con mi brazo le jalo el suyo, lo paso mi cabeza y le doy un goleó bajo que hace que quede inconciente.

Sus ojos verdes me ven. Me abraza y los tres se quejan del dolor —te voy a sacar de aquí— me toma de la mano delicado, subimos a su auto.

Mis manso tiemblan y sigo con mi respiración agitada —¿Te hicieron daño? ¿Te robaron Algo?.

—solo iba a ver a alguien, si antes lo odiaba ahora más, pero solo salí con mis llaves.

Estaciona en mi departamento —gracias.

—no agradezcas, ¿Que hacías ahí?.

—me perdí, no conozco la cuidad mucho gracias a qué siempre iba a la universidad, comida y ya — digo desabrochando el cinturón.

Abro la puerta —igual gracias, nos vemos mañana jefecito.

—nos vemos mañana señorita Angelina.

Cierro su puerta con delicadeza. Camino hasta la puerta del edificio, el siempre espera que entre para irse, entro y el arranca.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora