capitulo 14: no aguanto ni 3 minutos

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Mañana es el gran día del viaje, la maleta es pequeña ya que allá veo que me pongo para las reuniones.

Me acuesto a dormir, mañana me espera un gran día y muy largo.

Suena mi despertador, ni e dormido y veo que son las 5 AM, debo irme al aeropuerto. Me levanto de nuevo, me lavo la cara, cepillo mis dientes, busco un mono rosa holgado más un suéter rosa también bastante largo y grande.

Salgo corriendo de mi edificio, veo a mi jefe abajo, subo al auto y no articulamos ninguna palabra con los que hablo es con Dereck y con Herman.

Esos dos me encantan y me caen bien, no puedo decir lo mismo que mi jefe que hasta me tiró café encima ¡Caliente! ¿Que caliente? ¡Estaba recién hecho! ¡Está más que loco! Hasta yo creo que más que el de Alicia el país de las maravillas.

Bajamos al llegar al aeropuerto, bajamos del auto para caminar hasta llegar a la recepción. Saludo y le piden a todos sus boletos y de última yo, ya que claro a la pobre de mí la cambian por tres chicos perfectos dioses griegos ¿Verdad? Bueno con esas caritas hasta yo.

Yo iba a la sala de espera mientras ellos van a su super lujoso jet privado. Me detienen y me llevan con ellos, reclamo porque quiero irme en un avión normal, si me ven llegar con estos tres van a decir “orgia” me quedo quieta siguiéndolos. Al llegar al avión no me equivocaba, lujoso y grita me tocas y vendes tu departamento y todas tus cosas y no vas a pagar ni mi limpieza entramos al jet y ahora solo quiero dormir.

Nos sentamos, abrocho mi cinturón, acuesto mi cabeza y a dormir se a dicho.

Después de un rato durmiendo viene mi jefe y me despierta.

—¿quieres casarte conmigo?—me dice mi jefe. solo me limito a carcajear como loca de manicomio.

—estas drogado —afirmo —por favor, me insultas todo el día de esposos nos vamos a matar.

—¿quieres ser mi esposa?-—vuelve a preguntar con su tono demandante.

—no aguanto ni 3 minutos con usted y tendría que aguantar lo todo el dia, encerio usted tomó mucho café sin azúcar y el hace falta.

—no nos vamos a casar de verdad, solo son 5 meses fingiendo ser mi esposa, nos casaremos pero de mentira.

Me explica que solo serán 5 meses pero necesito reglas — primero reglas— asiente —no quiero que te acuestes con otras en estos 5 meses porque no pienso que en vean como la engañada.

—te iba a decir lo mismo.

—si tú me llegas hacer “infiel” yo tengo el derecho de también serlo, tampoco quiero besos en mis labios, Tampico quiero manos en mí.

Abre la boca al igual que los otros dos —no me miren así, tengo mis razones.

—¿Cuáles?— dicen los tres —nadie se va a creer un matrimonio que no se tocan, ni se besan.

—todos en esa boda me conocen, si el me llega a tocar el mínimo cabello van a ir con mi ex novio, ya que también estará ahí, además que no quiero que se den cuenta que me tocas, luego se vuelven locos — hago un círculo en mi cabeza — besos en la frente, mejilla y...no veo otro ¿Cuál otro? Bueno tienes esos dos o en la mano.

—estas loca, tal vez a tí te lo crean pero mi familia no.

—puedo decirles que no me gusta que me beses o en toques en público, que es verdad, lo odio, no me gusta afectos en al aire libre.

—rezale a Jesús para qué se crean eso— dicen Herman y Dereck.

—encerio, en esa fiesta alguien ve un mínimo roce conmigo y estaré en la tumba y me van a decir Miles de cosas, ya tengo suficiente por ahora y no quiero más de eso en mi vida.

—¡Pero ni sé que es!— dice exaltado —toma— me da la caja del anillo.

Lo veo confundida pero creo que ya sé que quiere, me arrodillo —¿Quieres casarte conmigo?— digo seria abriendo la cajita. Me pongo de pie y pego un brinquitos —si— chillo y me abrazo a mi misma.

Me hago que me ponen el anillo pero me lo pongo yo misma —aja, listo puedo morir en paz ahora.

Digo sonriendo.

Mi jefe me quiere matar.

—no me busqué una esposa más...— me pongo de pie y me tapo la boca, a ahorcadas voy al baño que en enseñaron.

Abro la puerta y saco todo lo que desayuné. Mi rica hamburguesa se fué.

Limpio mi boca, salgo del baño y ahora sí debo de llamar a la doctora —ya lo pensé y mejor sin besos.

No puedo ni mirarlo. Solo me siento en la silla para poder sentirme mejor busco mi teléfono y llamo a la doctora, despues de un rato de hablar ella me dice que es normal, solo estoy preocupada por la boda.

Por la mía y por la boda de esos dos tortolos.

—por cierto deberías decirle a tu esposo que te cuide más.

—no me lo digas ni en broma, no le importa esto y mucho menos lo que me pasa.

—bueno ese día se veía preocupado.

—es eso, es ese día porque sigue siendo un estúpido.

Los tres chicos están muy lejos de mí por miedo a que dañe su ropa.

Ella me dice que debe irse así que cuelga. Me quedo dormida de nuevo tomando también la silla de mi jefe.

Me mueven y me despierto agitada —¿Qué Pasó?— digo asustada.

Ahora todo me da vueltas por pararme tan rápido, me siento y veo que ya es de noche ¡Llegamos!.

Me pongo de pie como todos, bajo con ellos hasta llegar adentro del aeropuerto ellos pasan y por última como siempre yo.

Al salir los paparazzi nos invaden, solo camino normal pero ellos no pueden salir de ahí.

Por eso deben vestirse como personas de un viaje común, y no venir como si fueran a la met gala.

Llego al auto que me estaba esperando, ellos llegan corriendo y arrancan el auto —¿A dónde?— le doy mi teléfono —¿La mansión...— le corto la inspiración.

—que sí hombre.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora