el beso del infierno

capitulo 29: con qué eso era

Llevo 3 meses ya aquí con la familia de mi ahora esposo.

Lo escucho hablar con Dereck y Herman.

—¿Entonces lo lograste?— pregunta Herman.

—por supuesto que sí— responde mi esposo.

—cumpliste la apuesta— dice Herman.

Con que eso era. Una simple apuesta.

—ya tengo a tu chica y a la mía— dice Dereck.

Seguro es para Herman pero no me cae bien, será padre y ya busca aventuras.

—¿La rubia?— hace una pausa—tiene grandes tetas.

BUSTO ESPOSO.

Es que soy imbécil de verás.

—vamos al bar.

Bajo las escaleras. Suenan mis tacones por todo el lugar, voy hasta la cocina por un vaso de agua.

Después de un rato en el mesón, unos brazos me rodean y pone su rostro en mi cuello —¿Quieres salir?.

—no pienso ir de compras ni porque sea de bebé, estoy de mal humor.

Tengo hambre y mucha. Algo extraño...a ver la hora...ah es la hora de merienda, con razón.

Busco algo y veo un rico pollito sin comer.

Me siento a comerlo y veo bajar a lao tres con trajes.

Ahora estoy más molesta, se va a acostar con una rubia y además solo era una apuesta y con Herman.

—mi bebé vamos a salir— me dice serio sin verme mi jefe porque esposo ya no es.

Me acerco y le iba a dar una cachetada pero no...debo controlarme.

—¿Estás hormonal?— me pregunta Herman.

—¿Tú tomas esas pastillas anticonceptivas? Tengo entendido que cambia el humor de las personas— dice Dereck.

Comienzo a llorar —¡Lárgate de mi vista y hoy duermes en la sala!— subo las escaleras corriendo.

Cierro con seguro la puerta.

¡No lo quiero ver!.

Me acuesto en la cama pero me es imposible terminar de acostarme porque voy corriendo hasta el baño.

Mi pobre pollito se va por el inodoro.

Me limpio la boca.

Salgo de la habitación para buscar agua, busco mi vaso y recuerdo si el se acuesta con una yo puedo acostarme con le primero que vea.

Así qué soy libre.

Es un lindo divorcio la verdad.

Voy hasta la habitación y me quedo dormida.

Me despierta el sonido de mi teléfono. Cómo puedo llegó hasta el.

—umm ¿Aló?.

—bajsndnkwnn— es la voz de Axel.

—¿Qué?.

—toy en uño bales... toy...you love me— me canta —¡Estoy viendo a tu ESPOSO dejando sus bacterias vocales con una perra!— me grita.

—aja mañana hablamos hermoso, ahora vé a casa porque no pienso ir por tí.

Cuelgo y me acuesto a dormir.

A el rato escucho la puerta del cuarto cerrarse muy duro.

Me levanto asustada e hiperventilando.

—¿Que pasa contigo?— le pregunto con la mano en el pecho.

Gracias a mi vestido corto de seda blanco sin nada abajo ni arriba me estoy tapando toda.

—¡Te dije que vas a dormir abajo!_ le digo furiosa.

Me va a venir la menstruación cuando estoy tan molesta por todo me viene.

—¿Era encerio?— me pregunta incrédulo y se quita el traje —yo no creo que sea encerio y no pienso hacerlo— me dice sensual y se acerca a mí tal tigre.

Después de acostarse y meterse lo a esa tal rubia perra como dijo mi mejor amigo, viene a pegarme el sida.

Me levanto brusca de la cama.

Busco una almohada y entro a la habitación de Alisson —estoy molesta con tu hermano.

Ella ríe.

Está estudiando para un examen.

Ya que hasta donde tengo entendido se van mañana y tiene un examen de todo el mes de clases que no estubo presente. Se iban a quedar solo un mes pero parece que tenían mucho que hablar y hacer mis suegros aquí.

Me acuesto en su sofá.

Me duermo de inmediato.

***

Ya se fueron mis suegros.

Debo ir a mi departamento. Al llegar con todos atrás, odio que tenga que venir mi jefe pero no e hablado de él sobre todo eso.

Veo una caja en el piso. Frunzo el ceño —¿Pediste algo?.

—no— lo abro con mis uñas. Veo una tarjeta dejo la abro con la caja en mano pero la dejo caer.

Estás cordialmente invitado a la boda de...

Me siento en el piso.

Mis manos tiemblan, mi corazón se detuvo.

Mi teléfono suena.

Contesto —debes estar aquí la próxima semana.

—¿Por qué? — me levanto molesta —¿Por qué?.

—porque no te hemos visto y quiero verte.

—ah sí y justo debo de ir para eso ¿¡Que tienen en la cabeza!? Cerebro no.

Siento una punzada en mi estómago.

—¡No pienso ir!.

—vas a venir — me dice con su voz desafiante.

—no me hables en ese tono o me vas a conocer.

—ya te conozco tranquila.

—ok iré...pero solo con una condición ¡Me arreglas mi habitación!.

Chilla —la próxima semana nos vemos hermosa.

Me cuelga.

Ahora sí que me estoy metiendo en la boca del lobo.