capitulo 33: ¿con quién hablas?

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Estoy dormida plácidamente en el sofá. Ya que sigue molesto por la broma mi jefe y me hechó de la cama.

Un ruido hace que despierte, desde mis 15 años o menos tengo el sueño más que liguero, me despierto por cada mínimo sonido de advertencia que pasa cuando duermo. Gracias a mi mala experiencia de las noches, siempre tenía que estar despierta, atenta a todo, mirar todo a mi alrededor.

Me siento en el sofá. Decido ponerme de pie, lo miro y está profundamente dormido, está con la boca abierta —te amo —murmura —Christian...—frunso el ceño ¿Es gay? —Christian es mi chica no tuya, shusma— siempre tan posesivo.

Salgo y el sigue murmurando cosas pero no le presto atención. Abro la puerta del pasillo y está oscuro, escucho un ruido de abajo, veo la hora y las 3:33 AM, ¿Para qué despierto? Ya sé quién es.

Bajo las escaleras, entro a la cocina que es su área favorita, me siento en el mesón y lo veo —volviste— me dice emocionado —si me acercaba con tu supuesto esposo te iban a dar a loca.

—lo sé— pongo mis manos en mi cara apoyando mis codos en el mesón —¿Que hiciste?.

—esta en peligro tu prima Ángela— me pongo de pie —la van a llevar al internado en secreto.

Mi respiración se detiene —la van a llevar hasta la mayoría de edad, para luego llevarla por obligación a estudiar derecho.

Un dolor en el pecho me invade —¡Respira!— me agarra.

William POVS.

Bajo las escaleras corriendo. No encuentro en ningún lado a Angelina y me estoy preocupando.

Cuando entro a la sala no está, lo único está prendido es la cocina y con la luz LED azúl.

Entro a la cocina la veo a ella ¿Cómo hace eso?, Está...como agarrada pero curvada, es raro porque parece que alguien la sostiene, pero no hay nadie.

—sueltame— dice ella.

Alguien está aquí. Me acerco con cuidado pero no hay nadie —debo impedirlo...está bien.

¿Habla por un micrófono o tiene una capa en la oreja?.

Ella se desvanece, corro a ella antes que caiga.

—AYUDA— grito para que todos bajen.

Baja corriendo su abuelo, padre y también su tío.

— está teniendo un ataque— dice preocupado su abuelo.

—¡Llama a la pelirroja!— exclama el tío, siempre trae una sonrisa pero está vez está teniendo una crisis.

La cargo y me van indicando como llegar a su camioneta. Entro a la camioneta de su padre, maneja Eduard mientras todos los demás preparan maletas y yo no sé que cosas.

Llegamos a emergencias y bajo rápido cargando a mi bebé, su piel está palideciendo.

¡No! No no no ella no puede.

Comienzo a correr hasta los médicos al verla me la quitan —Rosellia Meyer— dicen todos

¿La conocen aquí todos? Me alegra porque ya se lo están llevando.

Me ordena su padre que me calme. Doy vueltas por la sala de espera —no puedo calmarme, ella hablaba con alguien y luego así se desvanece, alguien la estaba agarrando.

El tío Carlos me mira, su abuelo le lanza una mirada al tío y su padre frunce el ceño —¿Volvió?— pregunta su padre.

—no lo creo, es...ella debe decidir si contarlo a su esposo y a tí, solo nosotros dos lo sabemos porque le enseñamos sobre eso pero...me va a matar si se los digo— nos cuenta el abuelo.

Si algo le pasa me va a dar algo.

Lo último que hice fué pelear.

Sale una doctora —no se a logrado estabilizar, está muy débil.

—ella no a comido estos días bien, todo lo que a hecho es vomitar lo que come y no, no se crea eso simplemente pasa, antes de venir no salía de hacer ejercicio y como ya dije comía lo estrictamente necesario y obligada por mí ya que si fuera por ella se alimenta con agua.

—¡Tengo que salir!— dice molesto el abuelo y su padre.

Ambos salen y el tío Carlos se sienta —todo esto es su culpa...ella era una niña normal hasta que llegó ella a su vida.

Aprieta sus nudillos —¿Usted qué es de ella?.

—es su esposo.

—entonces es mejor que le diga...lamento darle la noticia que tal vez no podamos estabilizarla, todo es emocional y ella tubo una noticia fuerte...no va a resistir.

Me siento para tomar aire.

Agarro mi cabeza. No no y no, me niego a creerlo.

Las lágrimas salen de mis ojos sin poder evitarlo, ella no...lo último que hice fué pelear con ella, dejarla dormir como no debe, ella es una reina y merece ser tratada como tal. Ella...mi bebé...no puede ser.

Me tapo la cara con mis manos.

No no y no, no quiero, no puedo aceptarlo.

—sé lo que sientes, ella es fuerte— dice Bernard su hermano mayor mellizo de...¿Cómo se llama? Audrey la morena que no parece hermana de Angelina, no se parecen en nada, ella es...todo negro, modelo...las cosas malas de Angelina —no es la primera vez que recibo está noticia, me dijieron más de 6 médicos y más de 17 veces que iba a morir, la ví en coma, la ví en tantas cosas...— su voz se corta y veo sus ganas de llorar —pero ella siempre demuestra lo fuerte que puede ser aunque ella misma crea que es débil. Ella pasará por todo esto y te dará una sonrisa al verte te lo aseguro.

No puedo ser el sentimental aquí y menos por mi hermano al frente.

Herman está al lado y me da un golpe en la cabeza, frunzo el ceño —te lo mereces por estúpido, cumpliendo apuestas y además lo que pasó en la bar y te molestas por una simple broma.

Lo sé pero no en acosté con la rubia, es Kelly mi ex novia pero no lo hice.

Lo iba hacer pero me sentía infiel, sentía que estaba besando a Angelina, porque sus besos se volvieron muy adictivos.

Le lanzo un mirada a su hermana, esas dos me están comiendo con la mirada. Ni están llorando por ella, su madre solo está con el aura molesta, su padre también como el abuelo.

Viene la doctora y me adelanto —¿Está bien?.

Ella ríe —¡Así me gusta! Se buscó a un esposo atento y guapo, aunque siempre dijo que no rubios y es muy raro que por tus ojos verdes no le des miedo pero bueno...está bien y lo primero que dijo es que te quiere ver o la menos al que se apode bebé.

—en realidad nuestro nombre es mí bebé pero soy yo.

—¿El de la cena?— dice Dereck.

—si, los dos solos bebés y tenemos lindos recuerdos.

Como cuando le hablo como bebé y ella mí.

Entro a la habitación que me indicaron y ella está sentada en la cama molesta.

—hola— saludo con la mano —aquí llegó tú súper bebé Superman— me pongo las manos en la caderas con una gran pose.

Ella ríe —ven aquí— abre sus brazos para que la Abrace. Lo hago y no la suelto, ella me está volviendo loco, me gusta estar con ella, me encanta su aroma siempre a chocolate y su cabello a chicle o tutti fruti.

—necesito que me ayudes en algo, debo secuestrar a alguien— me separo —no creas nada malo, es de sangre, además no es un secuestro, solo necesito que me ayudes con las maletas. Además que no viviré más contigo— ¿Qué? — ella vivirá conmigo y solo nos quedan dos meses.

—explicate bien.

—ella es...

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora