capitulo 41: mejor en Boston

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—¿Que pasa?— dice Angelina —que este hombre me anda persiguiendo ¡No en deja hacer mis necesidades sola!— comienzo a reír. Antes pensaba que no hacia número dos porque nunca la veía en el baño ella entra y sale rápido, si ella me dice que se toca no lo hace desde que está conmigo...bueno yo lo hago por ella —tengo que vivir con ese hombre.

—ser mi esposa trae privilegios, agradece que me preocupo por tí— le digo a la gruñoncita.

Cuando le diga no sé cómo se va a poner por eso disfruto cada minuto con ella.

—¿Por qué estás así? Llevas tres días así, mañana es la boda así que te me calmas.

—¿Irán a las fiestas de soltero?— dice Raina.

—no— decimos ambos.

—marido y mujer, ya entiendo porque se aman, son gruñones, sarcásticos, humor negro pero ella es alegre y el gruñón— dice Dereck.

—oye— le decimos ambos a el —no somos gruñones— le reclamamos y todos rien.

—¿Quien apoya que son como el Jing y el yang?— dice el padre de mi esposa.

Todos levantan la mano excepto la madre y Audrey.

—¿Me quieres decir porqué andas así?— me dice de nuevo ella.

—¿Y si estás embarazada? Vómito, desmayos, todo te da asco pero antes te encantaba, andas con una incomodidad estomacal, también andas sentimental.

—¿Sentimental?— dicen todos —pero si esa mujer no tiene sentimientos.

Ella suelta una carcajada —quien está todo el día con ella — me señalo— sabe que si anda enojada por todo y luego llora, luego se pone feliz y así está todo el día y puedo seguir la lista de variables.

—¿Entonces ambos?— su tío hace una sonrisa maliciosa, mete su dedo en le círculo de su pulgar y ella solo se pone rojita, tan hermosa se ve roja y yo suelto una carcajada —mi sobrina yo lo hice con mi esposa antes de la boda, un día antes así que tranquila.

—salvame dios— se tapa la cara y ríe —yo no quería saber lo de tu con mi tía.

—ella era una salvaje, se montó encima de mí y ella hacia como ranita saltando, su cuerpo en completo movimiento cuando ella— su esposa le lanza una mirada envenenada —es muy buena en la cama— le guiña el ojo —la mejor amante y esposa no pide buscar— acaricia su mano —espero que ambos sean igual.

Culpable.

Cómo quisiera...no puedo...debo hablar con Angelina sobre esto de una vez.

—hay algo que no sabes— agarra mis manos Angelina —yo no ...puedo tener hijos, soy estéril...hace unos años fuí a hacerme una prueba para saber si podía quedar embarazada y el doctor me hizo unas pruebas y no puedo. Por eso hace unos días con lo de la ecografía te dije que no por eso, por eso estaba segura.

Ahora siento un golpe contra un árbol.

Mi...no, debe haber una solución una medicación ¿No? La tecnología avanza.

Angelina POVS.

Tenía que decirlo.

No podía más.

Todos llegan a esa conclusión pero el no llegó.

Seguimos la cena y todos hablaban pero el no decía nada, ahora me siento mal.

Me levanto de la mesa por náuseas y el va detrás de mí, sostiene mi cabello pero no suelto nada. El me abraza, lágrimas corren por mis mejillas y el cierra con seguro la puerta y limpia mis mejillas.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora