capitulo 22: ¿vives solo?

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Veo la casa y encerio esto es un castillo ¡Tiene 3 pisos! ¡TRES PISOS! ¿Para un solitario hombre?.

—¿Vives solo?— le pregunto yo.

—si— responde simple.

Entrando a la casa veo que todo está más que organizado, está limpio y hasta brilloso todo.

Sube las escaleras y ahí me perdí, veo todos los cuartos y encerio ¿Vive solo? —¿Tienes hijos?— le pregunto a mi jefe.

Detiene su caminar —es que con tanta habitación pensaba que sí.

Niega —no tengo ni novia así que no debo de tener hijos hasta donde yo sé.

—¿No te cuidas? Porque si lo harías estarías seguro.

—esas cosas se rompen.

—pero tienes la conciencia limpia que lo usaste.

Lo está pensando así que lo atrapé no lo usa.

Me lleva a una habitación —es...muy grande— no sé mi cómo describirla, la cama es como de 19 personas, en esta habitación puedo hacer una cocina, sala que bueno ya está una sala en la habitación así qué sí ya está.

—es mi habitación— abro los ojos —¿Que? ¿Pensaste que ibas a dormir en otra habitación? —asiento— ¿Que esposos duermen en cama separadas o habitaciones ? Además es nuestra “luna de miel”.

—¿Dónde vamos a dormir? Porque juntos no lo creo.

—mujer mi hermana siempre se mete a mi habitación cuando hay truenos o hermanas, así que nos toca dormir en la misma cama.

—esta bien— me rindo con este hombre.

***

El estaciona al frente del restaurant, me bajo del auto y cierro la puerta, el me gruñe y me mira molesto —eso debo hacerlo yo.

—tengo manos y odio que me abran la puerta solo lo dejaría con mi esposo y no eres el verdadero.

—porque no me acuesto con brujas.

Frunzo el ceño.

Me toma de la mano y me jala hasta adentro, voy maldiciendo en susurro a esa persona que me lleva como perro.

—buenas noches— dice bastante coqueta la mujer hacía mi jefe —¿En qué lo puedo ayudar?— el sonríe coqueto, la sonrisa más falsa de este mundo.

Me cruzo de brazos —tengo una reservación al nombre de William Schneider.

Ella asiente —por aquí señor — camina con ella.

Yo sigo atrás apartada de esos dos. En la mesa ya están todos me imagino.

—buenas noches— dice mi “esposo" alias señor gruñitos.

Todos sonríen al verlo, yo solo lo estoy viendo a el —hola papá— se dan su saludo varonil más común.

Ahora que veo a su padre si que veo el parecido, la barba, el cabello rubio de ambos, ojos...los de el son grises, me recuerda a mi padre con sus ojos.

El saluda a una mujer muy joven la verdad, cabello castaño claro, ojos azules eléctrico, una mirada maternal.

—ella es mi esposa Angelina— me toma de la cintura.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora