capitulo 10: eres el nuevo socio de mi papi

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Al llegar al edificio bajo del auto, estoy más que Nerviosa pero no me queda de otra debo entrar.

Al entrar al edificio vamos directo a el jardín, hay una parte techada para hacer reuniones al aire libre y se une al salón de fiesta.

La música se detiene, todos me ven caminar, no sonrió me mantengo seria en cada momento, me quito las gafas de sol.

Son grandes y marrones, me encantan realmente.

Me quedo saludando a todos y así voy pasando —el nuevo socio de tú papá llegó.

Me quedo viendo la comida, veo un rico brownie tamaño pequeño y lo tomo, me volteo y me atraganto al ver quien entra.

Si ese es el socio de papá eso significa que....mi dios, ahora sí, valí, me voy a desmallar.

—¿Angelina?— sonríe y se acerca a mi —¿Que haces aquí?.

—pues te seguí hasta aquí y bueno vine a verte— le digo y el ríe.

—ella es la hija del señor Meyer— dice el señor a mi lado.

El parece sorprendido —bueno conozco a sus otras hijas y la Verdad no tienes que envidiarles, de todas eres la más linda.

Que ellas lo escuchen para que vea que lo ponen en la lista negra.

Nos quedamos hablando un rato, la verdad el habla con él sale natural.

Me quedo hablando con el y unos inversores, ellos me preguntan cosas y cosas de mí vida, no sé sí es para saber si tengo novio o para saber si soy de fiar.

Creo que ambas.

***

—¿Qué es el amor?— le pregunta una niña de 5 años a su hermano.

—el amor, es dejar mi galletita de chocolate con chispas en el mesón, después del almuerzo, vengas a escondidas por la galletita y te la comas, dejarla todos los días en el mismo lugar para tí.

—¿Sabes? Yo creo que el amor solo es algo mental, psicólogico qué puedes manejar a tu propio antojo, tú decides de quién enamorarte pero también como sentirte, puedes permitir o no que pase ese amor.

El abre la boca —¿Para que preguntas si sabes más que yo?.

—solo me gusta escuchar cómo dejas tu galletita para mí, pero prometo dejarla en el mismo lugar para que la comas tú.

—mi niña, tú no recibes galletita y por esa razón yo te la voy a dejar siempre, te amo y por eso quiero que la agarres.

—hermanito, por favor prométeme que no me dejarás sola.

—por supuesto que no, eres mi sabelotodo— me abraza.

Despierto del sueño —no no no— digo la levantarme del escritorio.

Siento como unos brazos me rodean, me quedo paralizada, ¿Que es el amor? Sigo pensado lo mismo que a los 5 años.

Me gustas porque no eres atracción física nada más, me gustas porque es sentimental y mental. Va mucho más allá de tú físico, me gustas porque aceleras mi corazón.

Esa frase con su voz aparece en mi mente. Con recuerdos olvidados.

Chasquean los dedos en mi rostro —despierta mujer— dice Dereck y Herman.

Parpadeo varias veces para volver a la verdad y la realidad. Los veo a todos y mi jefe me abraza, mis manos están temblando.

No puedo estar de nuevo recordándome lo que más amo y odio.

—¿Estás bien?— pregunta Herman.

—la pregunta es estúpida si la vez temblando, sudando y no reacciona pendejo— le pega en la cabeza Dereck a Herman.

—me lo merezco, si soy menso.

Lo eres mi querido amigo lo eres.

—deberiamos llevarla al médico— dicen los tres.

Nos ponemos de pie, mi jefe no me suelta, seguimos caminando hasta el elevador.

—y eso que antes no te gustaba—me dice riendo.

—me gusta el peligro y eres peligro— el me toma de la cintura sonriendo.

Nos íbamos a besar pero el sonido de un grito nos espanta.

—¿Que está pasando?— salgo de la habitación para ver qué pasa. Veo como están encima de mi hermana y me les voy encima.

—¡No!— exclamo, no ahora sí me estoy volviendo loca.

Me tapo la cara, trato de calmar mi respiración, sigue agitada y el sudor sigue presente.

Me bajan del auto, al ver el hospital solo retrosedo —tenemos que entrar— me dice mi jefe y niego.

—prometeme por favor que no me van a inyectar.

—lo prometo— agarra mis manos —nadie te va a inyectar, si lo intentan nos escapamos como ninjas.

No puedo reír en este momento no.

Entramos, todos aquí me conocen —¡Rosellia!— exclama la doctora pelirroja.

No puedo abrazarla, sigo en estado de shock —¡Estás teniendo emociones muy fuertes! No puedes— me dice preocupada.

papi, no te vayas— le dice mi hermana.

—debemor irnos.

Otro recuerdo.

Me subo encima de el, deja a mi hermana y sus ojos me penetran.

Sube un trapo y me tapa la boca con él, ki hermana corre pero no puedo ver más solo mis párpados de cierran.

—tenemos que llevarla a emergencias ahora mismo— dice mi doctora, mis piernas fallan y si no fuera por mi jefe que me agarra mi cara besa el piso.

Mi pecho duele —corazon— digo yo para que la doctora sepa de qué hablo.

Toco mi pecho ya que el dolor es más fuerte aún me quejó del dolor pero los doctores vienen.

Mis ojos se cierran, los vuelvo abrir y veo las luces del pasillo y los vuelvo a cerrar.

el beso del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora