Una semana aquí y todos los días me piden disculpas mi familia porque no se acordaron de mi cumpleaños hace dos días y me hicieron una fiesta.
Casi los asesino...casi pero siguen vivos.
Ahora sí estoy muerta.
Mi padre me dejó con la abuela un vestido de encaje la parte superior, una pedrería, me encanta la abertura en la pierna y también la tiene, es largo y color rojo.
Busco unos tacones pero soy interrumpida por qué tocan la puerta del armario —pasen— digo viendo los tacones —estos— son unos plateados largos con mucha plataforma.
—tenemos que hablar— me dice mi jefe.
Me siento en el sofá para ponerme los tacones —habla entonces— estoy estresada y mucho —si son malas noticias me va a dar algo porque no quiero ahora más cosas en mi vida, tengo mucho con mi espalda, la boda, la fiesta y mi vida.
Me levanto —¿Qué me quieres decir?— niega.
—no nada, solo que estás hermosa— ruedo los ojos y salgo —encerio lo estás.
—¿Quien habla?— le pregunto y lo veo a los ojos —¿Tu boca o tu pene? Oh pero si los dos han pasado por mi, ambos— salgo de la habitación.
No estoy hermosa.
—estas de mal humor — afirma él.
—no solo me estoy preguntando ¿Por qué soy hermosa cuando estoy extremadamente maquillada, arreglada, peinada, con un vestido que muestra todo y no cuando estoy natural? Somos esposos falsos, no hay amor, no hay compromiso aquí, por eso no debes de mentir ni tratar de ser amable cuando estamos solos, puedes ser el mismo gruñón, lucifer de siempre.
Bajo las escaleras.
Eso me dolió más a mí que a él, me duele que no seamos de verdad, me duele que estoy enamorada, me duele que no hay nada que nos una.
Todos aplauden al verme bajar las escaleras, termino y saludo a todos.
—¡Ferdinand!— digo al ver lo, con su traje negro, camisa azul oscuro, una corbata del mismo color, sus ojos azules profundo, su liguera barba.
Aunque mi jefe siempre me la pasa por mi cara y me molesta, porque me está aruñando.
—feliz cumpleaños atrasado.
Le sonrio—muchas gracias por venir— beso ambas mejillas.
Encerio que es guapo —tu madre quería hablar con nosotros dos.
Frunzo el ceño ¿Mi madre? Esa loca ahora que va a querer —bueno tal vez sea de trabajo y así.
Asiente —se ve que es importante, pero mejor hacemos la junta en la empresa de tu padre mañana.
—me parece exelente.
Seguí hablando un rato con. Ferdinand, resultó ser un gran comediante, que mal que tengo humor negro.
Camino hasta mi tío que en esta llamando —toma— me dice con una copa.
Niego —no, no quiero tomar— e tenido mucho malestar así que mejor nada de alcohol.
Todos me saludan y me dan regalos.
Veo como mi jefe habla con mi abuela y con mis hermanos.
Mi teléfono suena y contesto.
—hola— saludo. No sé quién es —habla con Angelina.
—por favor ayúdame.
—lo haré— miro a mi lados disimulada para que nadie me escuche —por favor, finge que aceptas ir, no pongas resistencia alguna, yo manejo todo tranquila, todo va hacer fingido.
ESTÁS LEYENDO
el beso del infierno
Romance¿besar a lucifer? ¿besar a mi jefecito? nunca digas siempre. siempre me comportaré bien, patrañas de niña de 10. ahora que tengo 21, ahora me estoy dando cuenta que soy un desastre, todos se burlan de mi vida, pero tengo un detrás de esta cara. -¿qu...